Por
  • Ignacio Marco-Gardoqui

El confuso panorama económico

Cesta de la compra.
El confuso panorama económico
Laura Uranga

La economía española ha entrado en una fase confusa, plagada de contradicciones. Si empezamos por el PIB veremos que las cifras del año pasado han sido buenas y las previsiones para el presente son excelentes. 

El crecimiento no es muy sano, pues se compone de un consumo interior razonable, sostenido por el empleo, de una demanda exterior que no está asentada, pues sufre la mala situación de nuestros principales clientes, y de una inversión que está huida. Una huida preocupante pues la inversión es una de las bases de la productividad del país. Al contrario, la base de nuestro crecimiento es el gasto público.

Esa es la foto, pero si miramos el vídeo, veremos que entre 2019 y 2023 somos el país número 23 de la UE en crecimiento y si nos fijamos en la inversión por persona en edad de trabajar veremos que ha caído desde el primer trimestre de 2022 un 5,3%, que compara mal con el imponente 53% que ha crecido en la UE.

Las cifras más destacadas de la economía española parecen indicar que todo marcha estupendamente. Pero en cuanto se profundiza un poco, se comprueba que hay demasiadas debilidades

Sigamos con el empleo. Las cifras absolutas son magníficas, con récord de cotizantes y un paro menguante. Pero, estamos en lo mismo, si hurgamos un poco es difícil de explicar que sigamos siendo el segundo país con más paro; que las horas trabajadas en 2023 sean las mismas que en 2019 y 592 millones menos que las de 2008.

Un 57% de los nuevos ocupados en 2023 trabajan menos de seis horas diarias. Luego, hay mucho empleo público, que ha crecido durante el mandato de Pedro Sánchez un 21%, 520.000 personas más, mientras que el del sector privado lo ha hecho al 9%. Mientras que seguimos con el misterio de los fijos discontinuos cuyo número, a pesar de las numerosas promesas emitidas, sigue sin resolverse.

Complete el panorama con el auge del absentismo laboral, con casi 1,4 millones de trabajadores que no se presentan a diario a su puesto de trabajo, con la sangría de capital humano que supone la marcha de 531.889 personas que se han ido al extranjero en busca de un puesto de trabajo, de las que un tercio tienen estudios superiores, y con la desagradable sorpresa de que el número de trabajadores que sufrió un despido colectivo en 2023 aumentó un 50,8%.

Y la renta per cápita ha bajado desde el pico del 105% de la media de la UE en 2006 al 86% actual

Nos quedaría por comentar la evolución del coste de todo ello, del incremento del endeudamiento, debemos ya más billón y medio de euros, de las ayudas recibidas de Europa de los fondos tradicionales, 85.000 millones y de los nuevos del Next Generation, cuya llegada resulta imposible de cuantificar dado que los sistemas informáticos no funcionan y, al parecer, nadie es capaz de arreglarlos.

Y algo deberíamos decir de la paradoja del consumo, que en pleno auge del empleo y con las pensiones aupadas sobre la inflación convive con dos hechos. Según la OCU, consumimos menos pescado fresco (60%), menos carne sin procesar (54%), menos aceite de oliva (53%), menos fruta y verdura (50%) y menos lácteos (30%). Pero si ha buscado este fin de semana una mesa en un restaurante, si ha querido reservar un apartamento en Cádiz para agosto o si piensa ir a la final de la Copa en Sevilla, seguro que ha comprobado que son innumerables los que se le han adelantado en la idea.

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