La Romareda sigue adelante
La comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza ha dado luz verde a la modificación del Plan General de Ordenación Urbana con los votos del PP, Cs y Vox.
Este cambio hace posible la construcción de una nueva Romareda después de tres proyectos fallidos. La modificación se ha aprobado con la oposición de los partidos de izquierda, que denuncian que se "privatiza" el nuevo estadio, y de la DGA, que considera que el cambio es "ilegal". A dos meses de las elecciones locales, los partidos han preferido la confrontación a la negociación. No obstante, el tacticismo preelectoral no les libera a ninguno de una obligación histórica con la ciudad para dotarla de una valiosa infraestructura socio-deportiva. El campo debe estar al margen de la pugna política. Ninguna Administración debe judicializar el proyecto, sino dejar que siga adelante. En junio, la nueva corporación tendrá la última palabra.
La modificación del PGOU, la más relevante de las acometidas durante el mandato del alcalde Azcón, agrupa en una sola parcela, la del estadio, los usos deportivos y terciarios que ya existían allí. Además, se acepta una propuesta del Real Zaragoza de que la calificación final del solar sea de uso privado y no público, como en la actualidad. De este modo se posibilita la cesión del estadio durante 75 años, en lugar de plantear una concesión a 40 años como se había previsto en un principio.
Más allá de los argumentos que esgrime cada parte, la obligación de todos es forjar un amplio pacto político e institucional para que la capital aragonesa cuente de una vez con un moderno estadio, llamado a convertirse en una icónica infraestructura de la Zaragoza del siglo XXI. Si en plena campaña no son capaces de recuperar la unidad que sí existió al principio de la legislatura, al menos hay que exigirles que no se bloquee el proceso en perjuicio de la ciudad.
