La XXI edición de Espiello, Festival Internacional de Documental Etnográfico de Sobrarbe, ha supuesto el regreso de esta iniciativa a los niveles prepandémicos en cuanto a la asistencia. Una gran noticia para este consolidado proyecto. 

"Hemos recuperado las cifras de público de ediciones anteriores a la pandemia. Más de 7.000 personas han asistido a las proyecciones del festival en el Palacio de Congresos de Boltaña, en residencias de mayores, en la escuela de música, en museos y centros educativos...", explica la organización.

Espiello bajó el telón el pasado domingo con la proyección de 'Raíces, melodías y seducción', del ainsetano Maxi Campo. Un pase destinado al público local con el que decir adiós al certamen hasta el próximo año. 

El sábado se dieron a conocer los ganadores en las siete categorías, con  el filme peruano 'Wändari (Territorio)' de Daniel Langares y Mariano Agudo como el vencedor en la categoría principal. El premio más ovacionado fue el Espiello Choven para la directora Sara Sarrablo, natural de Boltaña, con su ópera prima 'Puyuelo', que narra la historia de cuatro jóvenes que llegan a rehabilitar un pueblo deshabitado de Sobrarbe.

El premio del público al mejor documental recayó en 'Tañen furo', seguido por 'Puyuelo' y la coproducción España-Suiza 'Solidarity Crime, the borders of democracy' de Nicolás Braguisky Cascini y Juan Pablo Aris Escarcena.

También fueron premiados 'L'alemany de la botiga de fotos' de Luis Perez Bordoy, España; 'Urak Lawoi, Hermanos del Mar' de Telmo Iragorri y Manuel Coronado, España; y 'Maa-Yiem. La extraordinaria historia de Jordi Sabater Pi' de Alfonso Par, España.

En cuanto a las dos menciones especiales de este año, el jurado reconoció la persistencia en la reivindicación de un modo de vida propio que expresa a la vez esperanza individual y colectiva reflejado en las películas 'Aza Kivy' de Nantenaina Lova, Francia-Madagascar; y la iraní 'Dokhtari Az Parsian' de Parinaz Hashemi.