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Marta Borraz: “ Con ‘Años de vida’ conseguí entender los hechos que nos llevaron a una Guerra Civil"

La abogada oscense, afincada en Barcelona, publica una novela basada en el asesinato de su bisabuelo en Casbas y la existencia de su abuelo médico

Marta Borraz ha hecho una minuciosa investigación en su familia, en los testimonios y en los libros de historia para componer 'Años de vida'.
Marta Borraz ha hecho una minuciosa investigación en su familia, en los testimonios y en los libros de historia para componer 'Años de vida'.
Archivo Marta Borraz.

Marta Borraz es abogada, reside en Barcelona aunque es oscense de nacimiento. Acaba de debutar en la ficción con ‘Años de vida’ (Xordica), una narración inspirada en su bisabuelo, asesinado en la Guerra Civil, y su abuelo médico Alfonso Borraz, que se sumó a los grupos anarquistas. El libro, basado en hechos reales, ha recibido ya los primeros elogios. Severino Pallaruelo la calificó de “novela redonda”. Se presenta el jueves 7, en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza, a las 19.00, en compañía del escritor, bibliófilo y colaborador de HERALDO José Luis Melero.

Marta, ¿desde cuándo escribía? ¿Qué fue primero, esta historia o el deseo de ser novelista?

El primer relato corto lo escribí a los diecisiete años, contaba un hecho dramático que le sucedió a un antepasado monegrino; pero escribo desde que los Reyes me trajeron un pupitre de madera cuando era niña. Durante la adolescencia escribía diarios y cartas, también me inventaba cuentos para mis hermanas pequeñas. El deseo de ser escritora estaba antes de que imaginara esta historia, aunque los miembros de mi familia siempre han sido una inspiración. 

Aunque da algunas claves en el epílogo, ¿cómo le llegó la historia, cuándo decidió que debía escribirla?

Cuando mi madre me contó lo que le dijo su suegro el día que la conoció: «No me has decepcionado, tienes la belleza de las Oliván». Después encontré los cuadernos de mi tía Mercedes con anécdotas de nuestros antepasados. Gracias a esos escritos pude a imaginar cómo vivía mi tatarabuela Concha o el tío Martín en Casa O Medico de Alquézar. Comencé por la parte más costumbrista, recogiendo testimonios orales de los abuelos del pueblo, y buscado papeles y fotografías por casa. 

Al margen de que es la narración de su abuelo y de su bisabuelo, ¿qué encontró en ella para hacer ese intenso trabajo de campo que ha hecho? ¿Qué le conmovió?

En el momento que empecé a investigar lo sucedido en la guerra, yo estaba estudiando en la facultad y me identifiqué con mi abuelo, el estudiante de Medicina, que pasó de tener una vida como la mía a verse inmerso en el conflicto. Me conmovió lo joven que era y la carga emocional que tuvo que soportar. 

"Es una novela basada en personas y hechos reales, pero también tiene mucha ficción. Al principio me costó encontrar el lenguaje de la época, la forma de hablar del siglo pasado, para eso tuve la ayuda del fondo documental que encontré en casa y de los libros antiguos"

Podríamos decir que es un biografía novelada con un fondo histórico. Lo que llama la atención es la naturalidad con que está escrita. ¿Quería que fuera así?

Es una novela basada en personas y hechos reales, pero también tiene mucha ficción. Me gusta que me diga que transmite naturalidad, muchas gracias, aunque lo he hecho de manera inconsciente, es mi manera de escribir. Al principio me costó encontrar el lenguaje de la época, la forma de hablar del siglo pasado, para eso tuve la ayuda del fondo documental que encontré en casa y de los libros antiguos.

¿Cómo define a ese joven en formación, de buena familia, que vive entre Alquézar y Casbas, y que parece que todo le viene rodado?

Como un privilegiado que es consciente de serlo. Él venía de pueblos pequeños y empobrecidos, donde se relacionaba con otros niños que no tenían la posibilidad de salir a estudiar fuera y ayudaban a sus padres en el campo o en sus oficios. Pienso que él valoraba las oportunidades que tenía y las aprovechaba al máximo, tanto en la parte formativa como en la social. 

¿Ha sido necesario inventar sus episodios amatorios, con Marina, con la joven de 16 años que finge ser otra, con todas esas cartas, con Mariví, o estaba todo ello en las vivencias del personaje?

Descubrir la parte romántica y pasional de mi abuelo ha sido muy divertido. Encontré cartas, incluso con sus respuestas en sucio, algunas venían con flores de lis secas entre sus páginas. Con ese material pude construir escenas y personajes, la mezcla entre realidad y ficción ha hecho que las historias de amor de esta novela sean tan especiales.

Marta Borraz utiliza dos voces para contar una historia que recorre casi todo el siglo XX: la del médico Alfonso, su abuelo, y la de su tía abuela Mercedes.
Marta Borraz utiliza dos voces para contar una historia que recorre casi todo el siglo XX: la del médico Alfonso, su abuelo, y la de su tía abuela Mercedes.
Archivo Marta Borraz.

En este sentido, ¿ha sido más cronista y documentalista de unos hechos, o también hay elementos de ficción?

Hay un equilibro entre las dos cosas. Los capítulos de la Guerra Civil tienen mayor porcentaje de realidad que los de la vida íntima de mi familia. También he tenido que tirar más de la imaginación para construir los hechos de principios de siglo que de los de los últimos años, pues en esta parte contaba con testimonios vivos de los protagonistas. En algunos momentos la realidad ha superado la ficción y se me ha descontrolado la historia. 

Parece que cuenta casi con distanciamiento su historia de amor con su abuela, a pesar de esa anticipación de los siete hijos. ¿Es así, ha querido tomar distancia? ¿Cuál fue la reacción de su abuela al leer la novela?

Esto me ha dado muchos quebraderos de cabeza. Como todos los matrimonios, el de mis abuelos tuvo buenos y malos momentos, y meterme en esa intimidad me resultaba incómodo. Al principio intenté contarlo desde la distancia, pero no funcionaba; fue en la corrección cuando me adentré en su historia de amor y desamor y traté de reflejarla de la mejor manera posible sin hacer daño. Mi abuela fue un personaje en sí misma, toda la gente que la conoció destaca lo guapa y divertida que era. Tenía 96 años cuando terminé la novela y le fallaba la memoria, pero pude leerle algún fragmento de los capítulos de Jaca. La escena en la que conoce a mi abuelo le encantó, y se escandalizó un poco con lo que decía de los “Pardinilla”. 

¿Qué significó para él Zaragoza y la medicina?

Pienso que Zaragoza para él fue la libertad. Allí se relacionaba con chicos y chicas como él, no tenía a su familia cerca controlándole y hacía lo que le gustaba. Mi padre me contó que el abuelo Alfonso se fue a llorar a la puerta de la facultad de Medicina el día que terminó la carrera porque comprendió que se le acababa la buena vida. La medicina fue su vocación, no me lo imagino estudiando otra cosa.

"Mi abuela fue un personaje en sí misma, toda la gente que la conoció destaca lo guapa y divertida que era. Tenía 96 años cuando terminé la novela y le fallaba la memoria, pero pude leerle algún fragmento de los capítulos de Jaca. La escena en la que conoce a mi abuelo le encantó, y se escandalizó un poco con lo que decía de los 'Pardinilla'"

¿No le impresionaba la aparente contrariedad de su abuelo: el bando republicano mata a su padre, boticario en Casbas, y él se suma a los anarquistas? ¿Es ese el gran dilema moral del joven?

Esa era la pregunta que hacía desde muy joven a todos los miembros de mi familia y nadie me sabía contestar. ¿Qué hacía él en la Roja y Negra después de lo que pasó con su padre? ¿Tan fuertes eran sus ideales? La respuesta la encontré en los libros de José María Azpíroz y Víctor Pardo. A partir de ese momento ya no pude parar de escribir. 

¿Pudo quitarse de la cabeza en algún momento al asesino o a los asesinos de su padre?

Me habría encantado preguntárselo a él. Yo creo que esto no se olvida, solo se queda guardado en algún rincón para que no duela tanto. 

Estuvo en muchos frentes: en Zuera, en Teruel, conoció la cárcel. ¿Qué lectura haces de esa experiencia, cómo le marcó la vida?

Estas experiencias hicieron que tuviera la responsabilidad moral de ayudar a los compañeros que no tuvieron tanta suerte como él cuando acabó la guerra. Desde su posición privilegiada intentó compensar las injusticias y aliviar el padecimiento de familiares de los combatientes de la Roja y Negra.

¿En qué momento eligió las dos voces: la de Alfonso y su hermana Mercedes, monja, menudita y observadora?

Al escoger un narrador en primera persona protagonista, Alfonso, había algunas cosas que no podía contar porque él no estaba presente. Mercedes era la testigo perfecta y la auténtica escritora de la familia. Fue una decisión tardía, la introduje cuando llegué a la parte de la Guerra Civil.

¿Qué es lo que más le costó para contar esta historia?

Lo que más trabajo me ha dado ha sido contrastar los testimonios orales y documentación personal con los hechos históricos reales. Por mi formación profesional, abogada, soy muy puntillosa con las pruebas y quería asegurarme de no cometer ningún error. Para eso conté con la supervisión de expertos como Víctor Pardo o Luis Alfonso Arcarazo, que se involucraron en la novela desde el primer momento y me están acompañando ahora en las presentaciones del libro.

¿Ha aprendido algo Marta Borraz sobre la Guerra Civil, la convivencia, el fratricidio entre las distintas Españas?

Muchísimo. Cuando empecé a escribir esta historia no sabía diferenciar entre la FAI y el POUM, pero gracias a los libros de historia y, especialmente, a los que se han escrito sobre el frente de Aragón, conseguí entender los hechos que llevaron a este país a una Guerra Civil y lo que sucedió posteriormente. Una vez comprendí la parte histórica, me centré en las experiencias vivenciales y di con las memorias mecanografiadas del maravilloso Ángel Longarón, que ha acabado convirtiéndose en uno de los personajes más queridos de esta novela. He intentado ser escrupulosa y no adoctrinar sino mostrar hechos históricos verídicos sucedidos en ambos bandos y cómo los vivieron sus protagonistas.   

¿Cuál ha sido la reacción general, de la familia, de los amigos, a ‘Años de vida’?

En mi familia se ha vivido con mucha intensidad la creación de esta novela; mis padres y mis tías se han involucrado contándome anécdotas y leyendo los borradores para que la voz de los protagonistas fuera lo más auténtica posible. También ha sido muy emocionante la implicación de personajes vivos reales y sus familiares, como Encarnita, que fue la mano derecha de mi abuelo en la consulta de Jaca. Los amigos han sido el apoyo incondicional que ha hecho que no desfallezca al adentrarme en el complicado mundo editorial.

Por cierto, ya de paso, ¿podría contarnos qué quiere decir eso exactamente, porque no es lo que parece...

“Años de vida” es una expresión que se utiliza en el Somontano para dar el pésame; es contradictorio, pero a mí me parece una forma muy bonita de despedir a los seres queridos y celebrar la vida que tuvieron.

LA FICHA

'Años de vida'. Marta Borraz. Xordica. Zaragoza, 2024. 352 páginas. [Presentación en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza, jueves, 7, a las 19.00, en compañía de José Luis Melero y con la colaboración de Librería París.] 

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