Ricardo Ostalé: "El arte africano influyó en Pablo Picasso durante toda su vida"

El galerista zaragozano ha comisariado una muestra en Milán que cierra la conmemoración del año dedicado en Italia al pintor

El zaragozano Ricardo Ostalé, en su galería, junto a una máscara africana.
El zaragozano Ricardo Ostalé, en su galería, junto a una máscara africana.
José Miguel Marco

El Año Picasso, iniciado el 8 de abril pasado, cuando se cumplían cinco décadas de la muerte del pintor malagueño, está a punto de concluir. Y en Italia se cierran las conmemoraciones con una exposición inaugurada en el Museo de las Culturas (Mudec) de Milán. Una muestra que rastrea la influencia del arte africano en la obra de Picasso y que ha sido comisariada por Malén Gual, conservadora honoraria del Museo Picasso de Barcelona, y por el galerista zaragozano Ricardo Ostalé.

‘La metamorfosis de la figura’ reúne cuarenta obras de Picasso (1881-1973) entre pinturas, esculturas, dibujos y estudios preparatorios del valioso ‘Cuaderno número 7’ de bocetos de ‘Las señoritas de Avignon’, cedido para la muestra por la Fundación Pablo Ruiz Picasso - Museo Casa Natal de Málaga.

"Ahora sé mucho más de lo que sabía del artista antes de embarcarme en este proyecto, pero mucho menos de lo que me gustaría", señala Ricardo Ostalé, recién regresado de Milán tras inaugurar la exposición. "La idea surgió hace ya cinco años y se ha visto afectada por la pandemia y por el Año Picasso, que nos han obligado a cambiar el listado de obras que manejábamos al principio. He estudiado el arte africano durante muchos años y viajado varias veces al continente, recorriendo el interior de países como Congo o Uganda. Y luego he disfrutado mucho rastreando su influencia en el arte contemporáneo. Por eso me ofrecieron el comisariado".

‘Arte negro’, ‘arte africano’ o ‘arte exótico’ son denominaciones para un tipo de obras que a lo largo del siglo XX han gozado de un aprecio, consideración y revalorización crecientes. "El africano no se ha considerado propiamente arte hasta hace bien poco –añade Ostalé–. Cuando empezó a llegar a Europa lo hizo con destino a los gabinetes de curiosidades y fue mucho tiempo después, al prestarle atención los anticuarios parisinos, cuando se inició el gran proceso de dignificación que ha experimentado. Fueron ellos quienes lo convirtieron en algo codiciado, y ese proceso se gestó y se desarrolló con buena parte de las vanguardias artísticas europeas en París. No solo Picasso ‘bebió’ de ese arte, también lo hicieron creadores como Brancusi, Modigliani e incluso nuestro Pablo Gargallo. Cuando empezó a ser estudiado por los especialistas se vio que había escuelas creativas dentro de talleres centenarios y milenarios, que producían obras al mismo nivel creativo que el arte europeo aunque por otros caminos. Y es que el pensamiento animista es distinto al nuestro. Y su cosmogonía también".

La exposición recorre la obra del autor desde 1906 hasta los últimos trabajos de los años 70 y pone el acento en el retorno de Picasso al primitivismo, que se produjo alrededor de 1925. ‘La metamorfosis de la figura’ reúne obras de colecciones públicas (Museo Reina Sofía de Madrid, Museo Picasso de Barcelona...) y privadas. Recorriéndola, el visitante puede observar el amor de Picasso por el arte primitivo y cómo lo asimiló a su obra a lo largo de toda su vida. "Ideó el cubismo junto a Georges Braque porque quería romper con el academicismo de su época –añade Ostalé–. Para esa ruptura, el arte africano le venía perfecto. Pero hay que destacar que las piezas que él valoraba, compraba y coleccionaba no eran antiguas, sino contemporáneas. No buscaba la antigüedad o el valor etnológico del pasado. Para él ese arte no era ni otro ni distinto al europeo".

Ricardo Ostalé, comisario de una exposición de Picasso en Milán.
Ricardo Ostalé, comisario de una exposición de Picasso en Milán.
José Miguel Marco

Una frase del pintor ejemplifica esto bien: "No hay pasado ni futuro en el arte. Si una obra no puede vivir siempre en el presente, no tiene sentido".

Las piezas del genio malagueño se disponen a lo largo del recorrido junto a piezas muy seleccionadas de arte africano (se ha incluido también una obra de Papúa/Nueva Guinea), estableciendo diálogos más o menos evidentes con ellas.

La muestra incluye 40 obras de Picasso que ha seleccionado Malén Gual. Veintiséis de ellas son dibujos del ‘Cuaderno número 7’ de bocetos preparatorios para ‘Las señoritas de Avignon’.

"Estos bocetos son muy importantes por cuanto ‘Las señoritas...’ fue el primer cuadro rupturista de Picasso, la obra que puso en sus manos el timón de las vanguardias, que hasta entonces había estado en manos de artistas como Cézanne o Matisse. También exponemos un cuadro de 1907 que es un estudio para ‘Las señoritas’. A partir de ese punto, y hasta el final de la vida de Picasso, vamos siguiendo la trayectoria del pintor malagueño y la influencia que ejerció en él el arte africano. Esa influencia al principio es evidente pero con el paso de los años se va diluyendo y hay que aguzar la mirada para poderla detectar. Pero duró toda su vida".

Así, un ‘Desnudo recostado’, obra del pintor y pieza emblemática por cuanto se ha elegido para la portada del catálogo, se dispone al lado de una máscara fang (Gabón/Guinea). Y un ‘Desnudo durmiente’, de 1954, dialoga con una máscara pende del Congo. "En esos dos casos la influencia es muy clara, pero hay más. En la exposicón tenemos por ejemplo una escultura de madera de 1907 de Picasso que podría pasar por un objeto proveniente de África. Y muchos años después, en 1964, hizo de ella una tirada de 11 ejemplares en bronce. También hemos incluido los bocetos de dos caballos del ‘Guernica’ porque hemos entendido que había ciertos préstamos de las máscaras zoomorfas de la etnia senufo".

La exposición, que se podrá visitar hasta el 30 de junio, ha sido organizada por el Ayuntamiento de Milán y cuenta con el patrocinio de la Embajada de España.

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