TEATRO, CINE Y TELEVISIÓN

Pilar Bergés: "Ser actriz es un viaje a ninguna parte, siempre estás en el camino"

La intérprete bilbilitana de teatro, cine y televisión trabajó con Alejandro Amenábar, acaba de estrenar 'Alimañas' y actúa en otro filme de Vigalondo

Pilar Bergés es actriz de cine, teatro y televisión, ha dirigido un corto y forma parte de la compañía Mujer en Obras.
Pilar Bergés es actriz de cine, teatro y televisión, ha dirigido un corto y forma parte de la compañía Mujer en Obras.
Guillermo Mestre.

«Soy hija de dominicano y de zaragozana. Mi padre, Antonio, vino con un grupo de dominicanos en los años 60 a Zaragoza para estudiar Medicina. Un día entró en un bar, vio a una mujer de blanco tomando un café, la miró no sabemos cuánto tiempo, se acercó y, sin más, le dijo: “Usted será la madre de mis hijos”. Qué osado y qué confianza en él», dice Pilar Bergés (Calatayud), que regresaba a Zaragoza, al Paraninfo, el pasado lunes.

Por lo que se ve, lo logró.

Parece un cuento, pero es real. Antonio tenía determinación: se casaron. Yo soy la tercera: primero nació mi hermano Antonio; luego Pablo, y después, ya en Calatayud, yo. A mi padre lo destinaron allí como jefe de Pediatría del hospital. Así que puedo decirle que viví mi niñez y mi adolescencia en Calatayud.

¿Cómo lo recuerda?

De maravilla. Mis padres era curiosos, amaban el cine, el teatro y la literatura. Nos llevaban al cine Capitol siempre que podían y también a las funciones del Principal. Y allí me enamoré del teatro.

¿Tanto? ¿Se enamoró?

No sabe de qué forma. Primero del cine porque mi hermano Antonio venía a casa con bolsas de enteras de VHS de alquiler y me contagió su pasión por el cine. Él fue clave en mi vida: es ese hermano curioso que te abre puertas. Y luego estaba el teatro. Recuerdo que con nueve o diez años fuimos a ver ‘Magnolias de acero’; entre las actrices estaba Beatriz Carvajal. La pieza es un drama, pero recuerdo como ahora mismo, y aún me emociono, que ella con su desparpajo y su humor rompió aquel clima trágico y provocó la carcajada general. Aquello se me quedó grabado. Hace poco se lo dije.

¿Le sucedió algo más que imagine clave?

Mi madre pensaba que tenía una criatura sensible en casa, creo que soy hasta un poco hipersensible, diría yo. Me llevaba a clases de dibujo. Y yo me apuntaba en todas las funciones del colegio.

¿La marcaron algunos profesores?

¿Lo sabe? Pues sí. Tuvimos una profesora fantástica que nos leyó un cuento de Edgar Allan Poe, con inmensa magia, ‘El corazón delator’, y luego nos explicó detalles de él y del autor. Aquello me impresionó y me suscitó curiosidad. Desde entonces hago mis pinitos.

¿Escribe cuentos? ¿Escribe?

Sí que escribo, sí, pero quizá algún día muestre esas piezas. Con todo esto la interpretación ya se me había metido dentro y me había colmado de sueños.

En su biografía se recuerda que vivió un año en Zaragoza.

Mis padres, amables, me decían que eso estaba bien pero que había que vivir de algo. Me matriculé en traducción e hice aquí un curso de Filología Inglesa, pero fue un año extraño, de ensimismamiento, de incertidumbre. No me integré mucho y creo que no disfruté la ciudad.

¿Y luego?

Me fui a Soria, estuve tres años, y por supuesto me apunté al teatro. Con un grupo de compañeras, en una época que no sabíamos mucho de la escena, hicimos esa obra dificilísima de Federico García Lorca que es ‘La casa de Bernarda Alba’, y a mí me tocó Angustias; estaba tan angustiada como el personaje. Más tarde, en mi evolución como actriz, haría ‘Yerma’ y ‘Bodas de sangre’. Es decir que Lorca es muy importante en mi vida.

¿Cómo vivió en Soria?

Tengo maravillosos recuerdos: es la ciudad de Machado y Leonor. Luego me fui a Bélgica de ‘Erasmus’ y también viví un año en Barcelona. Y hace 17 años, más o menos, les dije a mis padres que me iba a Madrid para ser actriz. Y me fui. Ja ja ja.

Parece que lo ha conseguido ¿no?

En todos estos años hice muchas cosas. Muchísimas. No se puede imaginar. Hice el máster de traducción cinematográfica y trabajé traduciendo películas y series. He tenido que picar mucha piedra en el desierto. A veces tenía una frase, una aparición, un leve destello, poco más.

Su vocación era invencible. ¿No?

Creo que sí. Yo siento que soy sensible, incluso hipersensible, y he tenido la sensación de que en el teatro podía dar lo mejor de mí misma, con esa intensidad y con esa sinceridad, en la actuación.

Pilar Bergés participó en Zaragoza en el ciclo 'La buena estrella', que coordina Luis Alegre.
Pilar Bergés participó en Zaragoza en el ciclo 'La buena estrella', que coordina Luis Alegre.
Guillermo Mestre.

Y fue a las clases de Juan Carlos Corazza.

Sí. Estudié con él, es mi maestro artístico. Se lo debo todo o casi todo. Estuve en su academia cuatro años, entre los 24 y los 28, y con una pieza que montamos en un final de curso, ‘Evocando Yerma’, fuimos a Moscú. Fue una experiencia muy hermosa y evocadora. Allí me encontré con Javier Bardem, que también es alumno suyo y vuelve, cuando puede, a trabajar con él, a realizar cursos, ensayos, etc.

¿Javier Bardem hace eso?

Este es un oficio que se no se acaba. Ser actriz o actor es como un viaje a ninguna parte todo el tiempo. Nunca llegas a ningún sitio: siempre estás en el camino.

De golpe, todo le empezó a ir mejor.

Sí, fue en plena pandemia. En 2020. Había decidido dejarlo todo. Esto no me daba para vivir. Me había planteado volver a casa, a Calatayud, esa ciudad a la que siempre vuelvo y por la que tanto me gusta pasear, para pensar en mí misma y preguntarme: «¿Qué hago, sigo, lo dejo todo, he dado todo lo que podía, es la hora de inventarme otra vida?». Y recibí la llamada para ‘By Ana Milán’. Para hacer de su mejor amiga. Fue un subidón increíble. Y fue para mí como un talismán de buena suerte. Ella es una líder, un torbellino, impresionante, una gran amiga.

El azar escogió por usted.

Desde luego, porque casi a la vez recibí la llamada de Alejandro Amenábar para intervenir en su serie ‘La fortuna’ y coincidía con la serie de Ana Milán. Fue una maravilla. Una escuela de aprendizaje y de delicadeza. Que Alejandro Amenábar es un genio ya se sabía, pero además es un hombre delicado, bondadoso, cariñoso, muy buena gente. Aunque mi papel era corto, fui varios días al rodaje y lo pasé muy bien. Me hice muy amiga de Stanley Tucci, uno de los actores, y hablamos mucho; fue un rodaje estupendo. Desde entonces no he parado.

¿No ha parado?

Bueno ahora llevo cuatro meses esperando, pero estoy tranquila. Acabo de estrenar ‘Alimañas’, que hemos presentado en ‘La buena estrella’ con Luis Alegre y Pep Antón Sánchez; y tengo pendientes ‘Miocardio’ de José Manuel Carrasco, un director exquisito, y ‘Daniela Forever’ de Nacho Vigalondo, que es un hombre talentoso y muy divertido y ha hecho una historia de amor de ciencia ficción. Actuar es mi vida y me permite superar fragilidades. Dirigí un corto, ‘Radetzky'…

Y, además, tiene una compañía teatral.

Bueno, integro con once mujeres la compañía Mujer en Obras, con la que hemos ganado dos premios Max con ‘Cucaracha con paisaje de fondo’, y preparamos ‘Del oso las yemas’. Trabajamos en grupo, en pequeños laboratorios donde germinan las ideas, estimuladas por las sugerencias y la dirección de Jaime Ballesteros.

¿Qué relación tiene con Calatayud?

Sigue siendo mi casa. Me gusta mucho. Y allí me siento cómoda y feliz, con mis amigos o a solas con mis recuerdos. Me encanta el paisaje y la arquitectura; pasear por el entorno de la torre mudéjar de Santa María me emociona siempre. El arte es una de las mejores expresiones del ser humano.

¿Quiénes son sus intérpretes de referencia?

Entre las extranjeras, me gustó mucho Woopi Goldberg en mis inicios. Meryl Streep siempre está bien, pero en 'Los Puentes de Madison' está insuperable. Qué actriz más increíble. Sarah Polley, actriz y directora, me parece una mujer muy inteligente. Y por supuesto la Kate Winslet de 'Revolutionary Road'.

¿Y españolas?

Muchas. Penélope Cruz me parece una espléndida actriz. Y Carmen Maura. Y Amparo Baró. Y, por supuesto, Blanca Portillo: me parece excepcional en el cine y en el teatro, qué poderío en el drama pero también en la comedia si es necesario. También me interesan mucho actrices jóvenes como Vicky Luengo y Marina Salas.

Pilar Bergés y Pep Antón Gómez, codirector con Jordi Sánchez de 'Alimañas'. Contaron un montón de secretos del rodaje en el Paraninfo en el ciclo 'La buena estrella'.
Pilar Bergés y Pep Antón Gómez, codirector con Jordi Sánchez de 'Alimañas'. Contaron un montón de secretos del rodaje en el Paraninfo en el ciclo 'La buena estrella'.
Guillermo Mestre.
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