LITERATURA. OCIO Y CULTURA

Eduardo Riestra: "¿Y si Mario Vargas Llosa nos ponía una demanda por esta novela?"

El editor de Ediciones del Viento publica su primera novela, 'El negro de Vargas Llosa', un homenaje al Nobel y una parodia, y la presenta en Cálamo.

Eduardo Riestra debuta en la ficción con un homenaje, una broma literaria, un juego de espejos y una relectura de Vargas Llosa y de los libros del 'Boom'.
Eduardo Riestra debuta en la ficción con un homenaje, una broma literaria, un juego de espejos y una relectura de Vargas Llosa y de los libros del 'Boom'.
Ediciones del Viento.

Eduardo Riestra (La Coruña, 1957) ha hecho muchas cosas: ha viajado alrededor del mundo, ha vivido en Portugal y Madrid, ha sido y es traductor, y sobre todo se ha dado a conocer con fuerza desde hace más dos décadas con su sello editorial Ediciones del Viento, donde ha publicado numerosos libros de viajes, memorias e incluso valiosas novelas. Trabaja y reside en su ciudad y colabora asiduamente con una columna dominical en ‘La Voz de Galicia’. Y ahora salta al ruedo de la ficción, y no de cualquier modo: con una novela osada y divertida, llena de sabiduría, de homenaje, de bromas y veras: ‘El negro de Vargas Llosa’ (Pepitas & Los Aciertos), que no vendría a ser otro que él mismo. Recibe, o se lo imagina, ajustar y redondear un libro como ‘El sueño del celta’ porque su admirado Mario Vargas acaba de recibir el Premio Nobel y anda un poco agobiado.

“Si bien es cierto que llevo 20 años publicando libros y que en ese tiempo he conseguido crear un sello con el mayor prestigio en la literatura de viajes, Ediciones del Viento, llevo mucho más tiempo dedicado a la lectura, que es mi verdadera vocación. Ser un buen lector lleva tiempo y empeño, pero también es tiempo de placer y de actividad, aunque sean los hemisferios del cerebro lo que se ejercita. ¿No es allí donde convergen también los estímulos de placer?”, dice este hombre que ha editado a Manuel Leguineche, a Karen Blixen, a Kipling, Orwell, Javier Reverte, Meneses, y tantos y tantos otros.

"La primera intención era poner por escrito mis opiniones sobre los libros que mayor impresión me han causado, los libros de ese inmenso saco que es mi bagaje de lecturas"

"Como consecuencia bastante natural de todos estos años que nace la idea de 'El negro de Vargas Llosa'. La primera intención era poner por escrito mis opiniones sobre los libros que mayor impresión me han causado, los libros de ese inmenso saco que es mi bagaje de lecturas. De ellos elegí los de autores hispanoamericanos porque yo me hice un lector adulto con el 'Boom'. Los primeros pelos que me salieron en las piernas se llamaban ‘Rayuela’, 'El túnel', 'Conversación en la Catedral'”. 

Confiesa que ‘Rayuela’ le descubrió el sexo y el amor; estuvo sojuzgado por el umbrío Ernesto Sabato, y sufrió como muchos otros aquel auténtico maremoto que fue ‘Cien años de soledad’ de Gabriel García Márquez. “Me gustaba dejar contado -para aquel a quien pudiera interesar- lo que yo pensé y sentí al leer aquellos libros. Pero la reiterada presencia del premio Nobel peruano, con tan extensa obra, me viene acompañando desde aquellos años jóvenes hasta estos de pelo blanco y escaso. De modo que decidí contratar imaginariamente sus servicios, como Dante hizo con Virgilio, y utilice su obra y su persona como testigo por el que trepara la enredadera de lo que desde ese momento quedó establecido que sería una novela”.

Eduardo Riestra en su casa de La Coruña, en su poblada biblioteca.
Eduardo Riestra en su casa de La Coruña, en su poblada biblioteca.
Ediciones del Viento.

Un libro así, de entrada en apariencia irreverente, exige complicidad y osadía por parte de un editor. Y la encontró en Julián Lacalle, que visitaba a menudo Zaragoza durante algunos años. “El encuentro con mi editor, Julián Lacalle, y sus Pepitas fue algo casi inmediato. A él le entusiasmó mi borrador y a mí su entusiasmo, y quedó sellada de manera inmediata nuestra relación. Pero una sombra planeaba sobre nuestro libro. Lo que allí se leía era que un editor gallego independiente había estado actuando como ‘negro' del escritor peruano. ¿Y si nos ponía una demanda? Tras unos días de duda y zozobra, decidimos, coger el toro por los cuernos y seguir adelante”.

“A Mario Vargas Llosa le mandé un ejemplar de la obra nada más salir de imprenta, y que solo tres días después recibí un mensaje suyo. ‘El negro de Vargas Llosa’ le había encantado. Mi editor y yo podíamos respirar”, dice Eduardo Riestra

Mario Vargas Llosa tiene sentido del humor y sabe que la literatura es juego, invención y también “la verdad de las mentiras”, como tituló uno de sus ensayos. Quizá eso explique su reacción. “A Mario Vargas Llosa le mandé un ejemplar de la obra nada más salir de imprenta, y que solo tres días después recibí un mensaje suyo. ‘El negro de Vargas Llosa’ le había encantado. Mi editor y yo podíamos respirar”, revela Eduardo Riestra que visita Cálamo -librería que aparece en la novela, dicho sea de paso– el miércoles 4 de octubre a las 19.00.

Un nuevo matiz del editor y ahora escritor, que posee un abundante sentido del humor y a veces parece hacer recordar a Gonzalo Torrente Ballester. “¿Una novela nacida con la covid-19? No. No. Yo no creo tanto que sea una novela de covid sino que uno escribe porque tiene tiempo y se aburre. Lo mío fue como lo de San Pablo. Un día en la ducha pensé el libro, el título, las citas, la dedicatoria y la estructura, y lo sorprendente es que me salió lo que pretendía. Me llevó tiempo porque releí mucho, pero la escritura fue fluida y divertida”.

Un detalle. El capítulo XIX arranca así: “La modestia es muy mala, o que me dije: coño, Eduardo, tú puedes; y me metí de cabeza. Decidí, para comenzar por fin el trabajo para el que había sido contratado, dejarme de medias tintas y escribir el capítulo más vargasllosiano que fuera capaz”. Hasta ahí se puede contar. Sepa el lector, eso sí, que el libro está lleno de perfiles de distintos autores, José María Arguedas y Haroldo Conti, Felisberto Hernández, Juan Carlos Onetti o Héctor Abad Faciolince, entre muchos otros. Zaragoza sale en varias ocasiones en la novela y los Premios Cálamo han sido para el autor una fuente de amistad.

La portada del libro de Riestra y un retrato de Mario Vargas Llosa, cuando ingresó en la Academia Francesa.
La portada del libro de Riestra y un retrato de Mario Vargas Llosa, cuando ingresó en la Academia Francesa.
Archivo Ediciones del Viento.
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