¿Por qué el voleibol es el nuevo deporte de moda?
En los últimos diez años las licencias en Aragón para practicar este deportes se han multiplicado por diez.
"El voleibol es una droga". Así de claro lo tiene David Lechón, presidente de la federación aragonesa de este deporte este zaragozano de 49 años empezó a practicar en el colegio, siendo un niño.
Deportes clásico, pero en absoluto mayoritario, en los últimos años ha experimentado un enorme crecimiento. Lechón llega a decir que el voleibol "se ha disparado". Solo en Aragón, las licencias para practicarlo se han multiplicado por dos -hay 2.700 escolares y 1.200 federados, un 85% féminas-, por no hablar de los equipos que se han creado fuera de las competiciones oficiales.
Varias son las razones detrás de este fenómeno. Para Lechón, entre las más determinantes está la pandemia. "El voleibol es un deporte que no es de mucho contacto y a nivel psicológico vino muy bien en un momento en el que la gente estaba deseando practicar deporte, pero de manera más segura", explica.
A nivel escolar, hay otro curioso motivo tanto o más influyente, una serie manga: 'Haikyuu'. Parte del catálogo de Netflix dede hace cuatro años, Shoyo Hinata es su protagonista, algo así como un Oliver Atom que no juega al futbol, sino que remata en la red. La serie narra la historia Sinata, quien en Primaria ve un partido de voleibol en el que juega Pequeño gigante. Queda impresionado hasta el punto de querer emularlo.
Curiosamente, este conexión anime japonés-voileibol no es la primera vez que se produce. En los 90, la serie de dibujos 'La panda de Julia' también supuso un enorme empujón para este deporte. En ella la heroína era una chica, Julia Jara (entonces algo poco común tratándose de una trama deportiva). En ella Julia (Kozue Ayuhara en la versión original) es una joven que, superados ciertos problemas de salud, llega a un nuevo instituto. Su sueño es entrar en el equipo de voleibol, hecho que consigue gracias a sus estupendas cualidades. Deberá superar la animadversión inicial de sus compañeras, en especial la de Elena, una chica procedente de una acaudalada familia.
La historia atrapó a muchos niños y jóvenes de la época, entre los que se encontraba la zaragozana Ainhoa Gotor. "Yo no sabía nada de este deporte hasta que vi a Julia Jara", recuerda Ainhoa quien años después sigue enganchada al deporte. En la actualidad lo practica a nivel 'amateur' y está particularmente volcada en el voley playa, pero llegó a jugar en importantes divisiones a nivel competitivo como miembro de equipos como el Universidad de Zaragoza o el Aljafería.
Si se le pregunta qué tiene el voleibol para que resulte tan atrayente lo tiene claro: "Es bonito de jugar y de ver". Para ella, "el voley es visualmente muy atractivo". Lo mismo opinan otros aficionados, como Olga Sánchez, otra deportista que llegó a formar parte de la selección de Aragón y ahora se dedica a introducir a los más jóvenes en este mundo. "El voley es muy estético... y también muy difícil", avisa.
Ainhoa Gotor, jugadora
Para Ainhoa, esto nunca fue un problema. Más bien al contrario. "Es un deporte muy técnico, pero cuando consigues que te salga...". Lechón también destaca las particularidades que diferencian a este deporte de otros: "Es muy explosivo, pero no agota al nivel que lo hacen otros, por lo que a nivel cardiovascular resulta muy interesante".
David Lechón, presidente de la Federación Aragonesa de Voleibol
Olga Sánchez se congratula del 'boom' del voley que ella está experimentado desde Zuera, la localidad en la que reside y donde el fenómeno está siendo particularmente llamativo: "Cuando acabó el confinamiento la gente tenía ansias de libertad, de moverse, de estar en la calle". Pusimos un cartel en las redes sociales haciendo un llamamiento para quienes quisieran practicar el voley, sobre todo niños. Nos vimos desbordados", recuerda. En tres años, han pasado de ser un equipo de veteranas a tener 1.000 niños a su cargo en el que ahora es el Club Voleybol Zuera. Muchos de ellos, confirma Olga, espoleados por la serie japonesa.
Olga Sánchez, jugadora
A nivel pedagógico, Olga destaca el voleibol como un deporte que ayuda a cultivar la paciencia, algo que se echa en falta en los chavales de hoy en día. "El voley es muy técnico y a veces se desesperan, pero cuando por fin le s coges el truco es una maravilla", reconoce Olga.
En Zaragoza, este éxito del voleibol tiene una cara B: las instalaciones deportivas, sobre todo municipales, son incapaces de absorber la demanda. No obstante, la Federación Aragonesa se ha lanzado, "sin ayudas", a instalar una gran carpa en el Parque Deportivo Ebro donde en la actualidad entrenan cientos de personas. "Fue una apuesta que nos está saliendo", se felicita David Lechón.
