Marta Jiménez Serrano: "Lo que más duele del amor es que se acabe"

Nacida en Madrid en 1990, la poeta y narradora presentó su libro de relatos de amor ‘No todo el mundo’ (Sexto Piso) en Cálamo y lo  firmó este lunes en el Día del Libro.

Marta Jiménez, que ha estado en Zaragoza, inquieta a sus lectores con sus cuentos de amor.
Marta Jiménez, que ha estado en Zaragoza, inquieta a sus lectores con sus cuentos de amor.
A. C./Heraldo

Se reveló con un accésit del Adonais, ‘La edad ligera’, y con una novela, ‘Los nombres propios’. Publica ‘No todo el mundo’. ¿Había escrito antes cuentos?

No había publicado, pero sí había escrito. Tiré por el cuento porque me daba la posibilidad de reflejar diferentes perspectivas y conflictos de la pasión. Cuando una historia de amor daba para una novela tiene un conflicto más poderoso quizá, y yo quería poner la lupa sobre lo cotidiano.

Cuando se escribe de amor así, ¿es por qué se sabe mucho, es por qué se ha sufrido mucho?

No, no. Es que se pregunta mucho por el amor, ese tema tan universal que nos toca a todos. No creo que los libros sean una respuesta siempre sino el desarrollo de una pregunta. Es un problema que me interesa mucho.

¿Siempre le interesó tanto?

Sí. El amor y cosas que están relacionadas: la intimidad, que tiene algo inaccesible, es muy difícil acceder a la intimidad del otro. Me interesa mucho como somos de la frente para atrás: qué hay dentro de las cabezas de cada uno, y el amor, encima, es la relación entre dos personas, a veces tan desiguales como un profesor y su alumna, y es la comunicación entre dos personas…

En el libro son casi siempre dos personas; también interviene un tercero, el intruso que lo puede levantar todo por los aires.

Claro. Claro. Ese tercero, en ocasiones, puede ser incluso una niña; con frecuencia tenemos solo a una de las partes, y tenemos que decidir si nos fiamos de ella o no. Y a veces he puesto al narrador de incómodo testigo. He querido reflejar el amor en la sociedad. No estoy en Babia. La pareja no está en una burbuja: está con su drama, con su trabajo, con los hijos que cada uno trae, con las exparejas, con la atracción inesperada que puede sentir por otros.

El libro es un abanico de la pasión. ¿Ha tenido que leer mucho, se ha inspirado en la realidad?

He mirado mi vida, la de mi entorno, he analizado muchísimo la realidad, y luego es verdad que he leído bastantes ensayos sobre las relaciones amorosas, y la teoría a veces se me quedaba corta. Hay cosas que uno a veces lee, y luego dice, «suena bien, suena bonito, pero esto cómo lo llevamos a la vida, a los sueldos, a la hipoteca, al trabajo». El amor lo contamina todo. Quería ver cómo seres de carne y hueso lidiaban con estos problemas.

Afinemos algo más. Si tuviera que definir el amor, ¿qué diría?

Hay una frase en uno de los relatos que dice que, a lo mejor, «el amor es la capacidad de que la conversación siga siendo siempre interesante». En esa conversación que no concluye nunca estaría todo: la pasión, la confianza, el respeto, la atracción, la complicidad, el tener un proyecto en común, el sexo… Hay muchos modos hoy de abordar una relación de pareja. Pero que la conversación siga siendo interesante es condición ‘sine qua non’.

¿El amor en tiempos de la covid?

También está aquí. Generó una burbuja de aislamiento y fue una prueba de fuego para la convivencia. He leído el libro ‘El fin del amor. Amar y follar en el siglo XX’ de Tamara Tenenbaum y ella habla del fin de la hipocresía. Dejamos de aceptar que todo es perfecto cuando ya no lo es.

¿Qué le ha preguntado la gente?

Lo hacen como si yo fuera una gurú. Me preguntan: «Pero, ¿entonces el amor no puede durar para siempre?». Es bonito porque se retratan los lectores. «Me han gustado todos los relatos, menos tal o cual», me dicen. Y ese es el que ha tocado hueso, el que les incomoda. En las relaciones, unos lidiamos más con la culpa, otros con los celos, otros con mantener la individualidad, otros con la capacidad de entregarse…

¿Qué duele más del amor?

Duele que se acabe. Todos los lectores me dicen que los relatos de las rupturas son los que más les impresionan o les interpelan. En el primer cuento se narra la historia de una pareja que rompe y no se sabe por qué. Ese hecho perturba mucho. Me lo comentan con cierta desazón. «Si se acaba la pasión y no se sabe por qué, de algún modo todos estamos expuestos a esto», parecen pensar.

Acaba de firmar en Zaragoza. ¿Cómo valora el Día del Libro?

¡Ha estado muy bien!

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