'Todos somos San Antonio': un paseo endemoniado por las calles de Zaragoza

Fantasía, matemáticas, historia, urbanismo y sorpresa se mezclan en la ruta por el centro histórico de la capital aragonesa que propone la arquitecta Ana Montserrat en busca de unos demonios salidos de un cuadro del Museo Alma Mater.

La arquitecta Ana Montserrat, con algunos de los demonios que ha ido repartiendo por las calles de Zaragoza.
La arquitecta Ana Montserrat, con algunos de los demonios que ha ido repartiendo por las calles de Zaragoza.
H. A.

Imágenes de diablos distribuidas matemáticamente por Zaragoza en el entorno de las iglesias que ya estaban en pie en el siglo XV. Esta idea, que parece salida de una novela de Dan Brown, comenzó a gestarse en abril de 2021 y casi tres años después después ha recibido uno de los Premios Jóvenes Creadores Aragoneses Crear 2022 del Instituto Aragonés de la Juventud (IAJ).

Detrás de ella está la arquitecta Ana Montserrat, quien decidió traducir en un plano y después trasladar físicamente a las calles de la ciudad el mundo de fantasía que le sugirió el cuadro 'San Antonio Abad ascendiendo a los cielos', pintado en el siglo XV por Martín Bernat y que actualmente puede verse en el Museo Alma Mater de la zaragozana plaza de la Seo.

Montserrat fundió arte, creatividad, historia y su formación en arquitectura para llevar a cabo el proyecto 'Todos somos San Antonio', una original ruta por el centro histórico de la capital aragonesa marcada por las señales que Ana, concienzuda y pacientemente, fue dejando en casi 90 puntos del callejero zaragozano fruto de la construcción de un diagrama.

"San Antonio Abad ascendiendo a los cielos"
"San Antonio Abad ascendiendo a los cielos"
Twitter

Pero para entender mejor la mecánica de esta propuesta, regresemos a 2021. Entonces Ana, espoleada por la propuesta de un concurso que invitaba a versionar cuadros, se fijó en la obra de Bernat en la que el santo, en elevación hacia la gloria divina, es asaltado por varios demonios. Fueron estas imágenes diabólicas a las que la arquitecta recurrió como 'leit motiv'.

Versionó los demonios, dándoles una apariencia más actual, y los convirtió en pegatinas. Posteriormente, hizo un listado de las iglesias que estaban en pie en el momento en que Bernat pintó el cuadro, en el siglo XV. Eran las siguientes: la de Nuestra Señora del Portillo, San Pablo, Santa María Magdalena, San Carlos, San Miguel de los Navarros, San Gil Abad, la catedral del Salvador (La Seo) y las basílicas de Nuestra Señora del Pilar y la de Santa Engracia. A cada uno de estos nueve templos, Ana les asignó un demonio para después imaginar una historia fantástica: ¿Qué pasaría si estos demonios se visitaran unos a otros y asaltaran a los paseantes, como le sucedió al santo? ¿En qué punto exacto de la ciudad confluirían si salieran uno al encuentro del otro desde 'sus' respectivas iglesias?

El plano con el diagrama que forman los puntos de encuentro entre demonios.
El plano con el diagrama que forman los puntos de encuentro entre demonios.
Ana Montserrat

Es en este punto del discurso de este proyecto en el que asoma la Ana arquitecta: "Estoy muy interesada en los diagramas, en cómo encontrar lugar físico a cosas fantásticas o conceptos abstractos, es lo que más me puede gustar de la arquitectura, siempre ha estado presente en mi trabajo". 

Guiada por ese espíritu, trasladó a un mapa de Zaragoza la historia que imaginó sobre cuál sería el camino que seguirían los diablos si cada uno fuera al encuentro de otro desde las iglesias respectivas que ella misma les había asignado, Y calculó matemáticamente en qué punto concreto del plano se encontrarían: dónde montaría su aquelarre el diablo de Santa Engracia con el de San Pablo o el de La Magdalena con el del Pilar. Una vez dibujados toda la red de trazas y los lugares de convergencia, llegó el momento de salir a la calle.

Ana comenzó a poner pegatinas por los casi 90 puntos de encuentro imaginarios de las diversas parejas de diablos. "Lo hice acompañada de amigos y siempre evitando dañar el patrimonio o el entorno", puntualiza.

Encuentra los Demonios Patrones de las iglesias por los diferentes puntos de la ciudad. Todos somos San Antonio

"Es un proyecto que hice para mí y, como mucho, para esos amigos que me acompañaron a veces a horas intempestivas a poner pegatinas. Fue una experiencia personal, pero también de exploración de temáticas que me interesan, como la de los diagramas y la señalética en las ciudades".

En este tiempo transcurrido desde que colocó los cientos de pegatinas en los más variados rincones de la ciudad, Ana está sorprendida del resultado: "Hasta lograr el premio nunca he contado nada de mi autoría ni he subido fotos del proyecto a mis redes sociales. Pero he visto de todo en cuanto al destino de mis demonios y estoy muy feliz. Para empezar, de lo que han durado la mayoría de las pegatinas, pero también de las que no. Algunas han desaparecido junto con el objeto al que estaban adheridas, mobiliario urbano o cabinas telefónicas, otras han sido despegadas enteras casi nada más ponerlas, las han coloreado o incluso hay quien se ha atribuido su autoría", cuenta Ana.

'Todos somos San Antonio' tuvo un punto de partida, pero no tiene fin. La posibilidad de pasear por la ciudad a ver si se encuentra algún demonio a suertes o bien con el diagrama en la mano (que se adjunta con este artículo) será posible mientras los adhesivos aguanten. 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión