BIOGRAFÍA. ocio y cultura

José María Palacio, el maestro oscense al que Antonio Machado dedicó un poema

Jesús Rubio Jiménez publica la biografía y una selección de textos de este humanista que firmó 100 artículos y limpiaba la tumba de Leonor Izquierdo

Uno de los mejores retratos de José María Palacio, en sus años de Soria.
Uno de los mejores retratos de José María Palacio, en sus años de Soria. Llegó a la ciudad en 1901.
Archivo Rocío Hierro Moset y José María Palacio Hierro.

ZARAGOZA. Jesús Rubio Jiménez, soriano afincado en Zaragoza y catedrático de Literatura Española, es un trabajador incansable que mira no solo hacia las grandes figuras –Bécquer, Valle Inclán, Antonio Machado o Gómez de la Serna, entre otros–, sino que le interesan también esas figuras minúsculas, de vidas más o menos fascinantes. Un buen ejemplo de ello es el libro ‘José María Palacio Girón. Un regeneracionista aragonés en Castilla’, que publica el Instituto de Estudios Altoaragoneses, donde se cuenta la vida y se recogen los textos de este humanista oscense, nacido en Rasal en 1880 y fallecido en 1936 en Valladolid, que hizo la carrera de Magisterio y que abrazó las ideas de Joaquín Costa, «a quien no sé si llegó a conocer –dice Jesús Rubio–. Le interesaron sus principios y los glosó en muchos de sus textos aparecidos en prensa».

Jesús Rubio ha recuperado su partida de nacimiento y de defunción, y su expediente escolar. «No fue un gran estudiante. Cursó Magisterio en la Escuela Normal de Huesca, y hacia 1901 llegó a Soria. Se presentó a las oposiciones y logró un puesto de escribiente para la sección de montes de la Diputación. Una vez instalado, inició su colaboración en prensa», dice Jesús Rubio. José María Palacio Girón firmó entre 1.300 y 1.400 artículos.

«Colaborador de diversos medios desde muy joven, fue corresponsal en HERALDO, donde se inició. Mandaba crónicas desde Arguis, Angüés o Nueno; más tarde firmaría también en el ‘Diario de Huesca’». Tras instalarse en Soria colaboró en ‘Noticiero de Soria’, ‘Tierra soriana’, ‘El Avisador Numantino’ o ‘El Porvenir Castellano’, un diario en cuya fundación participó con Antonio Machado y con su editor e impresor José María Reglero.

José María Palacio tuvo cinco hijos. Se le habían muerto dos hijas en Soria y en Valladolid le nació un nuevo hijo.
José María Palacio tuvo cinco hijos. Se le habían muerto dos hijas en Soria y en Valladolid le nació un nuevo hijo.
Archivo de Rocío Hierro Moset y José María Palacio Hierro.

Escribiente y corresponsal

¿Qué clase de periodista fue Palacio? Rubio Jiménez completa su biografía, con una ‘Antología de escritos’, que muestra su preocupación por la educación, la regulación del río Duero, el paisaje, el ferrocarril, las obras de Joaquín Costa –quien tras el inmenso eco de su muerte, «cayó en el olvido y en su propia tierra faltó el respeto debido a su memoria», apuntó Palacio en 1913– y las duras condiciones de la vida. «Es decir, seguía el credo costista: escuela y despensa», esboza Rubio.

«La huella de Antonio Machado es constante. Y se ve en las colaboraciones que se publican. En el periódico mandó algún artículo Miguel de Unamuno, se reprodujeron textos de Valle-Inclán, y Juan Ramón Jiménez publicó, por entregas, su poemario ‘La soledad sonora’. En ese período, el 1 de agosto de 1912, falleció la joven esposa de Machado, Leonor Izquierdo, algo que fue una conmoción, con la que estaba vinculado Palacio por su familia».

«Se dice que Palacio tenía el poema enmarcado, siempre muy cerca. Lo incorporaría luego a la segunda edición de 1917, que fue bastante distinta. Machado estuvo en Soria desde 1907 a 1912, solo cinco años, pero esa estancia fue capital también por la asimilación del paisaje castellano, la visión social, la comunión con el hombre sencillo y humildes»

«El poeta Antonio Machado se fue de Soria poco después y tardó en volver veinte años. Lo hizo cuando lo nombraron hijo adoptivo. José María Palacio fue uno de los grandes amigos aragoneses del gran poeta, lo llamaba “mi hermano en el dolor”. Había razones para ello. Palacio se había casado con Heliodora Acebes y en Soria perdieron dos hijas (tuvo cinco hijos), Carmen y Rosario. Una murió a los pocos días y otra con cinco años; una expiró antes que Leonor y otra después», explica el biógrafo y recuerda que debió entonces cuando Machado le escribió el poema ‘A José María Palacio’, que comienza ‘Palacio, buen amigo’. Cuando se fue Machado, Palacio escribió una nota: "Machado quiere a Soria mucho, y se va de ella, porque se tiene que ir, fatalmente. Sus sentimientos nobles, delicados y tiernos, como los de un niño grande, capaz de sentir los dolores con una fuerza tan solo reservada a los espíritus escogidos, sufrirían en esta tierra de sus amores..."

Ante la tumba de Leonor

El poeta no lo pudo incorporar a la primera edición de ‘Campos de Castilla’. Durante años el propio Palacio se encargó de poner flores y de limpiar la tumba de Leonor. «Se dice que Palacio tenía el poema enmarcado, siempre muy cerca. Lo incorporaría luego a la segunda edición de 1917, que fue bastante distinta. Machado estuvo en Soria desde 1907 a 1912, solo cinco años, pero esa estancia fue capital también por la asimilación del paisaje castellano, la visión social, la comunión con el hombre sencillo y humilde, la sensación de fracaso histórico y nacional de España. No es lo mismo el poeta de ‘Soledades’ que el de ‘Campos de Castilla’, sobre todo el de la segunda edición», señala Jesús Rubio.

Palacio era escribiente pero dejó un rastro de humanismo y solidaridad a su paso. Fue uno de los impulsores del asociacionismo, activó y colaboró con la Cruz Roja y «participó en la recepción y el apoyo a los jóvenes soldados que volvían de África, les daban dinero para que pudiesen llegar a su casa. Era amigo de Manuel García Ardura, el topógrafo que colaboró con Adolfo Schulten en las excavaciones de Numancia. Allí también coincidiría con el médico Mariano Iñíguez Ortiz, un oscense de Villarreal de la Canal (Huesca), que atendió a Leonor y realizó estudios como médico higienista porque se daban muchas infecciones, entre otras cosas porque la gente se alimentaba con agua del Duero como agua de boca», indica Jesús.

José María Palacio y Heliodora Acebes con tres de sus hijas. La pareja tendría cinco hijos
José María Palacio y Heliodora Acebes con tres de sus hijas. La pareja tendría cinco hijos
Archivo de Rocío Hierro Moset y José María Palacio Hierro.

Con el paso del tiempo, José María Palacio Girón lograría una plaza en la Escuela Normal de Maestros de Soria, puesto que también logró más tarde en Valladolid, adonde se iría a vivir. Poco a poco, pese a su trayectoria anterior, se fue volviendo más conservador y apoyó el golpe de estado que dio lugar a la Guerra Civil. Sufrió un infarto en 1936 y falleció a los 56 años.

EL POEMA

A JOSÉ MARÍA PALACIO

Palacio, buen amigo,

¿está la primavera

vistiendo ya las ramas de los chopos

del río y los caminos? En la estepa

del alto Duero, Primavera tarda,

¡pero es tan bella y dulce cuando llega!...

¿Tienen los viejos olmos

algunas hojas nuevas?

Aún las acacias estarán desnudas

y nevados los montes de las sierras.

¡Oh mole del Moncayo blanca y rosa,

allá, en el cielo de Aragón, tan bella!

¿Hay zarzas florecidas

entré las grises peñas,

y blancas margaritas

entre la fina hierba?

Por esos campanarios

ya habrán ido llegando las cigüeñas.

Habrá trigales verdes,

y mulas pardas en las sementeras,

y labriegos que siembran los tardíos

con las lluvias de abril. Ya las abejas

libarán del tomillo y el romero.

¿Hay ciruelos en flor? ¿Quedan violetas?

Furtivos cazadores, los reclamos

de la perdiz bajo las capas luengas,

no faltarán. Palacio, buen amigo,

¿tienen ya ruiseñores las riberas?

Con los primeros lirios

y las primeras rosas de las huertas,

en una tarde azul, sube al Espino,

al alto Espino donde está su tierra...

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