Diego Peña: "En Aragón un insulto puede ser un saludo: '¡Qué pasa calvo!'"

Al cómico zaragozano Diego Peña nunca le ha fallado reírse de sí mismo para conseguir una carcajada ("tengo la nariz grande, soy calvo, barriga... ¡tengo el kit completo!", asevera). Lo tiene más que comprobado, pues, en sus palabras, es "un ser humano que vive del humor". Así lo va a demostrar en el escenario del Teatro del Mercado este jueves, 14 de febrero, con el estreno de su quinta obra ‘Increíble, pero cierzo’ (dirigida por dirigida por Rafa Blanca y con la colaboración de Juan Carlos Ortega), la primera que ha conseguido programarse dos semanas consecutivas en el Teatro del Mercado, tras conseguir 'sold out' para las primeras actuaciones.

Dos semanas para disfrutar de 'Increíble, pero cierzo', pero solo quedan algunas entradas. ¿Por qué no conviene perdérselo?

El espectáculo que estrenamos este jueves, 14 de febrero, es diferente a lo que hay... Si bien es cierto que parte de la comedia más pura (al fin y al cabo, buscamos hacer reír al espectador), está estructurado de forma original. Está dividido en cinco capítulos que, aunque comparten un hilo argumental, se nutren de herramientas interpretativas diferentes. ¡Espero no defraudar a nadie!

(Nota del entrevistado: "Todos los días que hacemos el espectáculo, una hora antes de que empiece, sale a la venta la última fila de butacas. Por si alguien se ha quedado sin entrada y quiere acompañarnos").

Para quien no le ha visto aún en acción, ¿cómo le describiría su humor?

Es surrealista, aunque tiene mucha base en el monólogo más clásico. Lo cierto es que a mí lo que me gusta es sorprender, que nadie se espere que es lo próximo que puede pasar; y, para ello, utilizo todo lo que tengo a mano.

Sin 'spoilers', ¿qué aventura el título de la obra?

Hay estudios que se centran en el efecto real que tiene el viento para activar la locura de la gente... ¡Imagínate lo que nos hace aquí el cierzo! Y en este espectáculo la tratamos desde diferentes perspectivas, y cada de ellas retratada a su manera.

Durante la presentación oficial de 'Increíble, pero cierzo' ha lanzado una pregunta, que ahora le devolvemos: ¿de dónde viene la locura?

Para mí, viene de nacimiento. Todos tenemos nuestras rarezas y, por tanto, nuestra locura particular. Por eso, tenemos que aprender a vivir con ella y a respetar la de las personas que tenemos alrededor para disfrutar de lo que nos rodea sin problemas. A veces se nos olvida que todos podemos ser locos para alguien en un momento dado.

¿En Zaragoza también es aplicable eso de: ¿no hay locos ni cuerdos, sino que todos son raros?

Por supuesto, es aplicable a toda la humanidad. No hay más que poner el telediario para darse cuenta...

Una de las escenas del espectáculo. D. P.

Aragón y su gente, ¿dan para contar muchos chistes?

'Increíble, pero cierzo' no habla de Zaragoza en concreto (por eso del cierzo), sino de la locura en general. Pero sí, somos buenos para el chiste. Y el motivo no es otro que el carácter de los aragoneses: tenemos mucho sentido del humor, nos gustan las bromas y no nos importa que se metan con nosotros. De hecho, aquí un insulto puede ser un saludo: "¡Qué pasa, calvo!"... Sabemos reírnos de nosotros mismos.

Sabemos que, si hay sorpresas, no nos las va a contar. Pero, ¿nos adelanta si va a arriesgar?

Sí, lo vamos a hacer durante la hora y media que dura el espectáculo. De hecho, te voy a dar una exclusiva... Durante uno de los capítulos, que son de más o menos quince minutos, no voy a decir ni una palabra; lo que no significa que no vaya a pasar nada. Pasarán otras cosas... ¡Y esto sí que es una novedad frente a otras actuaciones!

Con este espectáculo, ¿busca la carcajada fácil o que la gente salga dándole vueltas a lo que ha visto?

En 'Increíble, pero cierzo' hay de todo: humor negro, blanquito, surrealista. Así, el que quiere reírse a carcajadas tiene una hora y media para hacerlo. Y si, además, alguien cuando salga se va a casa dándole vueltas al asunto, pues más contento que me quedo, porque yo lo que busco es que el público se adentre en el espectáculo, que se dejen llevar y que se sumerjan en mi locura.