La consulta interna del consejo de la república de Puigdemont amenaza la investidura

Aragonès insiste en condicionar la negociación al referéndum y presiona con el traspaso de Cercanías

Catalan separatist leader Carles Puigdemont addresses a press conference in Brussels, Belgium September 5, 2023. REUTERS/Yves Herman SPAIN-POLITICS/PUIGDEMONT
Catalan separatist leader Carles Puigdemont addresses a press conference in Brussels, Belgium September 5, 2023. REUTERS/Yves Herman SPAIN-POLITICS/PUIGDEMONT
YVES HERMAN

Las negociaciones entre los socialistas y los nacionalistas catalanes para investir a Pedro Sánchez son un campo de minas. Están las exigencias en sí de una y otra parte, muy difíciles de aceptar para PSOE y Junts, dos partidos, en las antípodas ideológicas. Está la vieja guardia del PSOE, presionando al presidente del Gobierno para que no ceda con una amnistía. Está la derecha, que este domingo apretará con una manifestación en Barcelona. Y están los sectores más radicales del independentismo, que ya acusan a Carles Puigdemont de rendirse. El último obstáculo le ha llegado a la negociación desde el lado nacionalista y desde el entorno del propio Puigdemont.

El consejo de la república, una especie de gobierno en paralelo que dirige el expresidente de la Generalitat desde Waterloo, ha convocado una consulta interna para decidir si boicotea la elección del candidato socialista. '¿Debe promover el consejo de la república el bloqueo de la investidura por parte de los partidos independentistas?'. Esta es la pregunta que deben responder las bases del consejo. La votación no es vinculante y Puigdemont tendrá en todo este proceso la llave final para tumbar o no a Sánchez diga lo que diga la consulta, pero introduce incertidumbre y desconfianza.

Maniobrar en contra de un revolcón de los suyos sería muy difícil de justificar por parte del líder de Junts. El partido soberanista, que no ha aclarado aún si someterá a sus bases la decisión sobre la investidura, afirmó este miércoles que la consulta no debe afectar a la negociación. Aunque hay votaciones que las carga el diablo. Como la que hace un año celebró Junts para decidir sobre su permanencia en el Govern. La mayoría de la militancia apostó por romper con ERC y a los dirigentes junteros no les quedó otra que acatar el veredicto de las bases.

En este caso, la consulta la impulsan los sectores críticos del consejo de la república con la gestión que Puigdemont y Comín están haciendo en esta entidad. Les acusan de nula democracia interna, de deriva autoritaria y de actuar de manera unilateral. La decisión de Puigdemont de cargarse la asamblea de representantes del consejo (que hace de parlamento paralelo) se ha interpretado por los sectores críticos como un movimiento para quitarse oposición y tener las manos más libres para decidir sobre la investidura.

La consulta del consejo la ha registrado una única persona, que ha obtenido mil avales (el 1% de los asociados), suficientes para que las bases se pronuncien. Será entre el 17 y el 23 de octubre. Los resultados se conocerán el día 24. Esa es la semana en que el PSOE y Sumar quieren cerrar su acuerdo de legislatura, por tanto, las bases del consejo podrían votar sin saber, por ejemplo, el alcance de la ley de amnistía. Quedará un mes para evitar la repetición electoral.

El independentismo radical aprieta al expresidente de la Generalitat, mientras ERC y Junts siguen tomando posiciones en las conversaciones, a la espera de reunirse con Sánchez en la ronda de contactos. El Govern y Esquerra insistieron este miércoles en vincular la investidura a avances en la autodeterminación, a pesar de que Sánchez fue claro al cerrar la puerta por completo al referéndum. Los republicanos volvieron a elevar el tono, viendo que Junts está acaparando todo el protagonismo. "Hay quien se empeña en no querernos escuchar, en no tomarnos en serio, en no tenernos en cuenta y en dar por hecho nuestro apoyo erróneamente", avisó el portavoz de ERC en la Cámara catalana, Josep Maria Jové, en la sesión de control al Govern en el Parlamento catalán. Si el PSOE "quiere investidura", las "condiciones" de los republicanos son amnistía, "fijar las bases de un referéndum" y avanzar en el traspaso de Cercanías de Renfe, una carpeta que quiere jugar fuerte el presidente de la Generalitat.

Mediador sí o sí

Junts, en cambio, guardó ayer silencio sobre las negociaciones y cargó duramente contra el Govern catalán, el día después de que Pedro Sánchez aceptara el encargo del Rey de abrir una ronda de contactos.

Los junteros podrían transigir con que la amnistía no esté aprobada para la investidura, pero entonces serán aún más inflexibles con la figura del mediador internacional que Puigdemont exigió hace un mes en la conferencia de Bruselas.

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