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El drama de Baltimore: rezos en español, una indemnización superior a mil millones y contenedores peligrosos

Las autoridades priorizan la retirada de los escombros que taponan la bahía y avanzan en la investigación a bordo del Dali, que encara cuantiosos pagos por haber embestido y destruido el puente.

Varias personas rezan en memoria de las víctimas del colapso del puente de Baltimore.
Varias personas rezan en memoria de las víctimas del colapso del puente de Baltimore.
Julia Nikhinson

Los propietarios del portacontenedores Dali podrían afrontar una de las indemnizaciones más altas conocidas en un accidente naval por la destrucción del puente de Baltimore y la muerte de seis personas en la colisión. Los expertos calculan que el proceso compensatorio será muy largo y que la naviera. Grace Ocean Private Ltd., encarará pagos superiores a los mil millones de dólares (casi 927 millones de euros). Algunos medios especializados opinan que incluso podría alcanzar los 3.000 millones de euros y superar así a los 1.500 que supuso el accidente del trasatlántico 'Costa Concordia' frente a la isla italiana de Giglio en enero de 2012. En aquel siniestro murieron 32 personas. Aparte de las indemnizaciones, el desmantelamiento del lujoso crucero, que quedó varado de costado, conllevó un gasto de 600 millones de euros.

El presidente de Lloyd's en Londres, Bruce Carnegie-Brown, ha pronosticado que el colapso del puente Francis Scott Key causará posiblemente la mayor compensación nunca vista de la industria aseguradora en un desastre marítimo. Según ha explicado en The Times, el accidente resulta inusual porque todo el "riesgo" estaba "asegurado". Es decir, tanto el puente, como el mercante, su carga y el puerto se encuentran protegidos por pólizas, aunque todavía se desconoce el perjuicio económico que el bloqueo de la bahía provocará entre los cargueros que siguen amarrados, sin posibilidad de zarpar.

En definitiva, las graves consecuencias económicas que ya comienza a generar la parálisis del puerto y las compensaciones a los familiares de los trabajadores fallecidos serán dos capítulos clave del procedimiento. El tercero reside, como recuerda el presidente de la histórica compañía británica, en los costes de reconstrucción del puente, asegurado por el Estado. El Gobierno federal ha anunciado que, sin esperar a pleitos, asumirá de inmediato las inversiones "necesarias" para reconstruir "lo antes posible" una vía de comunicación vital de Maryland.

Un cuarto elemento influyente serán las propias características del siniestro; si ha sido debido a una negligencia o, como todo parece indicar, a una avería. Según medios económicos, la propietaria del Dali tiene contrato con un consorcio global de seguros que le permitiría un techo de cobertura de 3.000 millones de dólares. A modo de anécdota, los expertos en cuestiones jurídicas no descartan que la naviera recurra a una ley de 1851, confeccionada en su momento para reducir los costosos pagos en accidentes colosales y evitar la ruina de los gigantes del mar. Los dueños del Titanic ya la usaron en 1912 tras el hundimiento del trasatlántico.

El bloqueo de los muelles debido a la enorme cantidad de escombros que taponan la salida de la bahía de Chesapeake se ha convertido en un importante desafío para las autoridades de Maryland. "Nadie puede recordar la última vez que el puerto se vio obligado a cerrar por completo", ha subrayado este jueves el presidente del Senado, Bill Ferguson. La mayoría de los 15.000 trabajadores de la terminal se ven abocados a un cierre temporal de las empresas y talleres hasta que el tráfico marítimo se reanude. El impacto es monumental. Cada día se pagan en el puerto dos millones de dólares en salarios. Los empleados "están asustados. Simplemente no saben cómo será el futuro", señala Ferguson.

Los legisladores del Estado tramitan con urgencia una normativa, llamada Ley Port, para proporcionar cobertura económica a los trabajadores y financiar a las empresas durante el tiempo que permanezcan cerradas con el fin de que conserven sus plantillas. El objetivo es que esta legislación entre en vigor antes del 8 de abril. "Hasta que podamos limpiar los escombros y abrir el canal nuevamente, no habrá trabajo para ellos". reconoce el congresista demócrata Kweisi Mfume, quien dice que el puerto pierde 15 millones de ingresos por cada día que permanece inmóvil.

Aguas muy turbias

Precisamente por esta urgencia, y después de una reunión con los servicios de emergencia esta pasada madrugada, las autoridades han decidido ralentizar la búsqueda de los cadáveres de las cuatro víctimas que permanecen en paradero desconocido para dar prioridad a la retirada de los restos del viaducto. "Tenemos que concentrarnos en reconstruir el puente", ha declarado el presidente del Senado de Maryland.

También es cierto, según ha reconocido el superintendente de la Policía de Maryland, Roland L. Butler, que las condiciones de rastreo de los cuerpos se han complicado de manera excepcional. Las aguas bajan tan turbias que los buzos apenas ven más allá de sus brazos. Después de rescatar dos cadáveres dentro de una furgoneta, los servicios de emergencia creen que los otros cuatro desaparecidos podrían encontrarse dentro del camión y los otros tres automóviles que continúan en el río. El problema es que los vehículos están atrapados dentro de los restos hundidos de la superestructura del puente, lo que aumenta los riesgos y dificulta las labores de acceso.

Los fallecidos son todos ellos latinoamericanos. Baltimore los ha recordado este jueves mediante una ceremonia en el histórico jardín botánico de Patterson. Los congregados han cantando y rezado en español. Un líder de la comunidad hispana ha señalado que su muerte ha provocado un "potente impacto emocional" en el colectivo latinoamericano de la ciudad, que ha criticado las "durísimas" condiciones de trabajo que sufren los inmigrantes, pese a tratarse de una fuerza laboral clave en sectores como la alimentación, la construcción y los servicios.

Todas las operaciones en el río Patapsco parecen complicarse a medida que transcurren las horas y se revelan hasta los más ínfimos detalles de la catástrofe. El 'Dali' sigue anclado e inmóvil bajo los restos del viaducto. Cuando colisionó contra su base en la madrugada del martes, la parte superior del tablero giró sobre sí misma y se desplomó sobre la proa del mercante, que ha quedado atrapada bajo cientos de toneladas de metal y sufre graves daños.

El barco, con bandera de Singapur, transportaba 4.700 contenedores y su destino final era Sri Lanka. Tenía previsto rodear Sudáfrica para evitar a los rebeldes hutíes en el mar Rojo. Lo que más inquieta ahora a las autoridades estadounidenses es que más de medio centenar de contenedores se abrieron y algunos cayeron al mar. Algunos contenían materiales peligrosos, según la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, mientras otras fuentes han asegurado que ninguno de ellos encerraba sustancias tóxicas. El Dali llevaba 764 toneladas a bordo de productos corrosivos e inflamables. Jennifer Homendy, presidenta de la Junta, ha informado que "hemos visto brillo en la vía fluvial" y destacado que el portacontenedores "está devastado" y registra grandes daños en la cubierta.

"Se acerca un barco sin rumbo"

Las características de la carga se añadirán a la investigación que las autoridades realizan sobre el origen de la colisión con el puente. El capitán del barco, el primer oficial y el jefe de máquinas ya han sido interrogados y los agentes se reunirán este jueves con los dos pilotos. Los 21 tripulantes continúan a bordo, sin autorización para bajar a tierra mientras prosiguen las investigaciones, evalúan los daños y se concentran en el mantenimiento. Tienen comida para 27 días.

Las grabaciones de las últimas seis horas de actividad en el Dali ya están siendo analizadas, aunque se presume que las pesquisas durarán bastantes días. La rigurosidad de este proceso obliga a revisar al menos el último mes completo de registros de datos para averiguar si el mercante tuvo algún tipo de avería o sufrió otros apagones como el que derivó en la embestida del viaducto.

Las conversaciones grabadas durante los cinco últimos minutos previos a la colisión revelan, de momento, una cadena de casualidades fatales, fallos técnicos y situaciones de gran nerviosismo ante lo inevitable del choque. Se sabe que a la 1.25 de la madrugada, los remolcadores se soltaron del portacontenedores, el barco comenzó a acelerar y, de repente, sonaron "numerosas alarmas audibles", cita el informe.

A continuación, los motores dejaron de funcionar y ocurrió un "apagón total". El práctico que iba a bordo percibió que el buque iniciaba una deriva hacia la derecha. Ordenó arrancar de nuevo el sistema de propulsión y girar a la izquierda. En el vídeo del siniestro se percibe una gran humareda negra. Es el momento en el que los pilotos activan el generador auxiliar, pero no sirve de nada porque el Dali ya es un misil de 95.000 toneladas.

Los remolcadores, avisados por el propio práctico, iniciaron la maniobra de regreso para intentar tomar el control del navío, pero no hubo tiempo. En última instancia, el práctico mandó lanzar el ancla de babor. Nada sirvió.

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