Relato de los supervivientes de la masacre en un auditorio en Moscú: "Disparaban a quemarropa"

El número de las víctimas mortales en el ataque terrorista producido el viernes en una sala de conciertos de la región de Moscú ha ascendido a 133 personas, informó el Comité de Instrucción ruso.

Atentado en Moscú
Atentado en Moscú
Maxim Shemetov

"Mi esposo y yo nos sentamos en la platea de la primera fila. El tirador apareció literalmente a diez metros de nosotros. Estaba camuflado. No lo vi bien, pero me pareció que la barba era postiza. Empezó a disparar con una ametralladora. Le disparó a mi marido delante de mis ojos. Vi que estaba herido, pero no tuve tiempo de ayudarlo. Todos corrieron. Yo simplemente me dejé llevar por la marea de gente". La mujer está en estado de shock. Es una de las supervivientes de la matanza del Crocus City Hall de Moscú. Quiere creer que su marido sigue vivo. Rodeada de personal de emergencia, aguarda junto a un nutrido grupo de personas que, como ella, buscan a parejas, hijos o padres, con la esperanza de que alguien les comunique que han salido ilesos o, en el peor de los casos, heridos.

Varios testigos coincidían anoche en la perfecta sincronización de los terroristas y en su falta de piedad. "Disparaban a quemarropa, a centímetros de quienes tenían delante. A otros los remataron", afirmaba un hombre de mediana edad que, como el resto de espectadores, acudió al concierto del grupo Piknik, una de las bandas más populares y longevas del rock ruso. Una mujer creyó ver a los asaltantes caminando a lo largo de la platea sin dejar de apretar el gatillo contra los ciudadanos que se escondían entre las sillas mientras "empujaban al resto de la gente hacia el centro de la sala". Una hora más tarde, ya a salvo, no supo precisar si aquellas personas pudieron escapar por el escenario o fueron asesinadas fríamente. Pero se temía lo peor.

Europa Press

A otra mujer el asalto le sorprendió en el balcón superior del auditorio. "Faltaban unos diez minutos para el inicio del concierto y ya se había sentado mucha gente. En algún momento escuchamos el sonido de los disparos, aunque a mí me parecieron fuegos artificiales. Mi amigo, sentado al lado, me miro y dijo también: 'Fuegos artificiales, ¿o qué?' Y después vimos a un montón de personas caminando deprisa por la parte inferior, cerca del escenario, como si estuvieran jugando al tren. No entendí que significaba". Pero enseguida se dio cuenta. Los 'fuegos artificiales' "se hicieron más fuertes y cercanos. El pánico se desató y muchos comenzaron a dispersarse en distintas direcciones, a chocar entre sí, a caerse. No hubo evacuación: comenzó el tiroteo en la sala, vi una línea de fuego que se dirigía hacia la gente y todos nos tumbamos en el suelo, unos encima de otros, intentado arrastrarnos hasta las salidas".

Los supervivientes recuerdan el pánico absoluto a que otros terroristas entraran por las puertas laterales y empezaran a disparar con sus ametralladoras. "Nadie sabía cuántos había Pero podían llegar por cualquier lugar". Algunos testigos se "toparon con diferentes puertas cerradas. Nosotros, por ejemplo, tuvimos que derribar una para cruzar hacia la calle. La gente entró en pánico, algunos lloraron, otros llamaban a sus familiares y hasta había un grupo esperando un ascensor que no funcionaba. Cuando salimos al fin, el fuego ya había comenzado".

El terror ni siquiera se detuvo en el exterior. Los espectadores corrían en todas direcciones mientras el humo se elevaba sobre el edificio en grandes nubes oscuras. Y lo peor: "Al pasar por la parte delantera del Crocus, me di cuenta de que había gente corriendo y golpeando las ventanas al otro lado, sin saber cómo salir, porque todas las demás puertas estaban cerradas".

"Fusilados" sin piedad

El ataque terrorista comenzó inesperadamente. Un espectador aseguró que solo un milagro le salvó: fue al baño y, en cuanto empezó a escuchar las rágafas, buscó cómo escapar. En el camino se topó con uno de los terroristas. Pero aparentemente no le vio. En cambio, quienes se encontraban en el vestíbulo no tuvieron la misma suerte. Fueron "fusilados" sin ninguna piedad. Los asaltantes estaban "preparados y entrenados. Cuando entraron en el edificio, lo primero que hicieron fue matar a los guardias y a las personas que estaban en las puertas. Luego bloquearon la entrada principal". Este testimonio lo corroboró otra persona citada por un medio local.

A partir de ahí, se dirigieron hacia el auditorio. No se desviaron hacia los camerinos, donde estaban los integrantes de Piknik. "Nos preparábamos para el concierto como de costumbre, sentados en el camerino. Estaba a punto de salir hacia el escenario cuando nuestros músicos corrieron a mi encuentro. Lo primero que pensé fue que había un cortocircuito en alguna parte porque vi humo. Nunca se sabe qué tipo de historias técnicas hay. Pero entonces escuché gritos y disparos. Me dijeron que volviera al camerino y me atrincherara", aseguró el bajista Marat Korchemny en el 'Pravda'

Un espectador explicó el miedo que sintió al perder de vista a su hermano y a su hija durante el ataque. "Había fuego por todas partes. Lo habían hecho para que se quemara todo", apostilló entre sollozos.

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