Una ceremonia con reminiscencias regias para que el aborto entre en la Constitución gala
Será necesario que 555 de los parlamentarios voten a favor de la revisión que ha sido ya aprobada, por amplia mayoría, por ambas cámaras de forma separada.
Francia está a un trámite parlamentario de convertirse en el primer país que inscribe el aborto en su Constitución, una ceremonia con reminiscencias regias que tendrá lugar este lunes en el Palacio de Versalles donde tres quintos de los diputados y senadores deberán avalar el proyecto.
Los 577 diputados y 348 senadores se sentarán en los sillones dispuestos en la impresionante "Ala del Mediodía" del faraónico palacio, levantado por Luis XIV, para esta sesión extraordinaria del llamado Congreso que, por un lado, retrotrae al boato monárquico y, por otro, marca la importancia que conlleva modificar la Carta Magna.
Ninguno de los dos hemiciclos habituales puede albergar tal cantidad de parlamentarios, por lo que para estos trámites se eligió esa sala rectangular, levantada entre 1875 y 1876 para ser residencia de los infantes de Francia, capaz de acoger a 1.500 personas y que ya sirvió de refugio a los diputados durante el levantamiento popular de la Comuna de París en 1871.
Será necesario que 555 de los parlamentarios voten a favor de la revisión que ha sido ya aprobada, por amplia mayoría, por ambas cámaras de forma separada, lo que deja pocas dudas de que el texto propuesto por el presidente, Emmanuel Macron, saldrá adelante.
A diferencia de los usos clásicos, diputados y senadores se sentarán por orden alfabético y no por adscripción política, en una sesión que estará dirigida por la presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet.
Al ser la primera mujer al frente a la cámara baja, también será la primera que presidirá un Congreso.
Macron, ausente
El presidente, cabeza del Ejecutivo, tiene prohibido acudir a este órgano legislativo -tampoco puede acudir a las cámaras por separado- cuando está en sesión deliberativa, como la que tendrá lugar este lunes.
Si puede ir el presidente a sesiones declarativas. Macron ya ha reunido el Congreso en dos ocasiones, en 2017 y 2018, para dar las grandes líneas de su acción de Gobierno, y prometió hacerlo cada año, pero finalmente renunció a ello.
Su antecesor, el socialista François Hollande, también lo reunió en 2015, para mostrar la unidad de la nación tras los duros atentados yihadistas que sufrió el país.
Pero la última vez que esta reunión de diputados y senadores tuvo lugar para modificar la Constitución fue en 2008, bajo presidencia del conservador Nicolas Sarkozy, que introdujo reformas instituciones.
En total, el Congreso de Versalles ha validado 21 de las 24 revisiones de la Constitución de 1958. El resto se han decido por referéndum salvo una que lo fue por un procedimiento parlamentario ya extinguido.
De forma solemne, la presidenta abrirá la sesión con un discurso y dará la palabra al primer ministro, Gabriel Attal, encargado de defender el ingreso del aborto en la Carta Magna, una medida que cuenta con el respaldo del 86 % de los ciudadanos.
Posteriormente, cada grupo parlamentario enviará a un portavoz para expresar su opinión sobre la misma, alternando uno de la cámara alta con otro de la baja y en orden creciente de representación.
El voto se efectuará en sufragio público pero de forma electrónica en trece salas aledañas denominadas "Imperio", decoradas con imágenes que repasan la vida de Napoleón.
El sistema de urnas electrónicas facilita el sufragio pero permite conocer qué ha votado cada parlamentario.
Braun-Pivet anunciará al pleno el resultado de la votación y, en caso de se apruebe la reforma constitucional, lanzará el último rito ceremonial.
Acompañada del presidente del Senado, Gérard Larcher, y de los miembros del Gobierno, acudirán a la llamada "Sala del Sello", que alberga una imprenta de sellar de 150 kilos, construida en 1875, que sirve para dar el marchamo oficial a la reforma.
