Dos oficiales y siete soldados israelíes mueren en Gaza en la emboscada más sangrienta de la guerra

El Gobierno advierte de que la ofensiva para acabar con Hamás seguirá "adelante con o sin apoyo internacional"

Un soldado israelí durante una operación en Gaza
Un soldado israelí durante una operación en Gaza
ISRAEL DEFENSE FORCES

Desde el final de la tregua Israel rodea los principales bastiones de Hamás en Gaza y sus soldados combaten casa por casa. Veinticuatro horas después de que el ministro de Defensa, Yoav Gallant, anunciara que "los batallones de terroristas que parecían invencibles, que se prepararon durante años para combatir contra nosotros, están a punto de ser desmantelados", llegó la emboscada más sangrienta sufrida por sus hombres desde el 7 de octubre. Al menos nueve soldados, entre ellos el coronel que lideraba la unidad de combate de élite, fueron abatidos este miércoles por los milicianos en Shejaiya, al este de la Ciudad de Gaza. Otro militar murió además en una operación diferente al norte de la Franja, lo que eleva la cifra de bajas en el ejército a 115.

Shejaiya es un lugar de triste recuerdo para las tropas hebreas porque en la ofensiva de 2014 sufrieron otra encerrona en la que murieron siete hombres al ser alcanzado el blindado en el que viajaban. El brazo armado de Hamás logró, además, retener uno de los cuerpos y sigue sin entregarlo. Nueve años después los islamistas volvieron a sorprender al enemigo.

La radio del Ejército israelí apuntó que "un alto mando militar aseguró que bombardear el distrito antiguo de Shejaiya en lugar de ir edificio a edificio no funcionaría, ya que los terroristas huyen de los bombardeos y luego regresan. No hay alternativa a la lucha sobre el terreno". Medios de comunicación como The Times of Israel señalaron que un grupo inicial de cuatro soldados penetró en la zona vieja de este barrio de la parte oriental de la Ciudad de Gaza y cayó en una trampa al explotar un artefacto en un edificio que inspeccionaba. Cuando sus compañeros acudieron al rescate, los milicianos les esperaban y los combates fueron intensos.

Pese a la gravedad del ataque, el Ministerio de Defensa israelí considera que el batallón de Hamás en Shejaiya, un lugar bombardeado de manera masiva, "ha perdido la cadena de mando y opera de manera poco organizada a base de pequeños escuadrones de terroristas".

La noticia de la emboscada se produjo en una jornada en la que se libraron violentos enfrentamientos en Yan Younis, ciudad del sur en la que Israel sitúa al liderazgo de Hamás y en la que cientos de miles de gazatíes buscaron refugio las primeras semanas tras la orden del ejército de abandonar el norte. Las tropas cercaron el hospital Naser, convertido en un enorme campo para desplazados y colapsado por el número de heridos que recibe cada día.

Hospitales

Los militares acusan a Hamás de usar los hospitales como centros de operaciones bajo los que esconde túneles y ha realizado varios ataques contra centros médicos en el norte de la Franja, el más importante el de Al-Shifa. En las últimas horas, el Ministerio de Salud denunció el asalto de los soldados al centro Kamal Adwan, situado en Beit Lahia, en la zona norte próxima a la verja de separación.

A este respecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se mostró "extremadamente preocupada" porque en dicho centro que ya operaba bajo mínimos por la escasez de combustible, agua, alimentos y medicinas, "quedan 65 pacientes ingresados en cuidados intensivos".

Mientras, los combates se endurecen en una Franja inundada por las lluvias y donde ya han aparecido los primeros casos de hambruna, según las autoridades locales. Las familias de los 135 cautivos que siguen en manos de Hamás, según cálculos israelíes, muestran cada día su malestar por la gestión del gabinete de guerra. Los dirigentes del país no parecen dispuestos a aceptar una nueva pausa para permitir intercambios de rehenes por presos y, pese a las críticas del presidente estadounidense, Joe Biden, sobre los "bombardeos indiscriminados" o la votación a favor del alto el fuego en la ONU, afirman que seguirán "adelante con o sin apoyo internacional", según el ministro de Exteriores, Eli Cohen.

Fue también una nueva jornada en la que se organizaron también marchas de protesta en Tel Aviv y Jerusalén para pedir que un plan que priorice traer a sus seres queridos de vuelta a casa. Netanyahu apuesta por la fuerza para rescatar a los suyos, pero las familias lamentan que "ahora sólo recuperan cuerpos". La noticia publicada por el diario norteamericano The Wall Street Journal sobre el comienzo de la inundación de túneles con agua del mar aumentó la preocupación porque es en estos subterráneos donde los islamistas tienen a los rehenes y prisioneros de guerra.

La guerra en Gaza tiene un impacto directo en Cisjordania, donde Israel ha matado a 271 palestinos, de ellos 69 menores, desde el 7 de octubre. Ejército y colonos han reforzado la represión en un territorio en el que el apoyo a Hamás y a la lucha armada se han disparado, según una encuesta elaborada por el Palestinian Center for Policy and Survey Research (PSR), dirigido por Khalil Shikaki. Este mismo estudio muestra la falta de confianza de los palestinos en la Autoridad Nacional, cuya disolución apoya el 60% de los encuestados.

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