gastronomía
Calatayud une torrijas y limonada en una ruta esta Semana Santa
Casi una treintena de negocios ofrecen estos productos estrella de la Semana Santa hasta el 31 de marzo.
La III Ruta de la Torrija y la Limonada de Calatayud, en la que participan 28 establecimientos hosteleros bilbilitanos, ya ha echado a andar y contará con estos dos productos estrella en el plano culinario de la Semana Santa. Se trata de una campaña no competitiva, en la que, por cada consumición, se entregará una papeleta con la que participar en el sorteo de cinco jamones de cerda.
Las urnas estarán disponibles hasta el próximo 31 de marzo. "Aunque los ingredientes son muy parecidos, cada cual las hace de una manera diferente. Ninguna sabe igual", destaca Mercedes García, presidenta de la Asociación de Hosteleros de Calatayud y Comarca.
En cuanto a los negocios participantes, bien con solo uno de los productos o con los dos, están repartidos por toda la ciudad. En total son: Abadía, Ányelo, Australian, Bar Caballero, Bar Capricho, Bar-restaurante Paco, Bar Rioja, Baviera, Bikiny's Fast Food, Casablanca, Edo, El Buen Yantar, Gran Café, Helen Café, Hotel Globales Castillo de Ayud, La Ronda, Los Juncos, Mamá Dolores, Manhattan, Mesón la Dolores, Milenium, Pescadito Frito, Pirukas Bar, Quev-Edo's, Restaurante la Charluca, Rincón de Manolo, Tizón y Xalón.
García reconoce que es una iniciativa que "gusta a todo el mundo". En su caso, como capataz de los fogones de El Rincón de Manolo, las primeras remesas de torrijas las empezó a preparar este pasado jueves. "Hay que cocer la leche y yo le echo canela en rama, peladura de limón y miel. Una vez cocida, se deja a temperatura ambiente y se le añade el pan", remarca. Ella opta por pan específico para torrijas que compra a un proveedor local: "Se deja que empape, se pasa por huevo y a la sartén, hasta dejarle el dorado".
El remate: pasar las rebanadas por azúcar y canela. Además, también tienen ofrecerán limonada y García destaca que "lleva más trabajo del que la gente se piensa". "Dos semanas antes, hay que cocer el vino y mi marido (Manuel Campos), que es el que lo hace, le echa canela, azúcar y limones. Y todos días hay que removerlo y, llegado el momento, quitarle los limones", desgrana. A este respecto, puntualiza que "hay que ir probando el dulzor, no lo haya agriado el limón". En ese punto llega el tener que probar y equilibrar.
"El objetivo es que la gente salga y vaya probando en los establecimientos", recomienda.
