El restaurante de Zaragoza donde puedes comer subido a un columpio

Las redes sociales han hecho que algunos bares de la capital zaragozana tiren de originalidad para que los comensales suban las fotos más instagrameables. 

Restaurante Birabola de Zaragoza.
Restaurante Birabola de Zaragoza.
Fran Luján

Cuando se va a comer, lo que importa es la comida, el servicio, la higiene, la comodidad y, de nuevo, la comida, con la relación entre calidad y precio como un dato fundamental. A todos nos gusta darnos un homenaje de vez en cuando y salirnos del sota, caballo y rey para disfrutar en un lugar especial, pero evidentemente hay que tener en cuenta hasta dónde llega el bolsillo de cada uno a la hora de hacer planes culinarios. Zaragoza tiene una oferta muy variada en cocina tradicional, en opciones de vanguardia y, cada vez más, en lugares que juntan todos los elementos descritos con la originalidad en la decoración o la propia infraestructura. 

Por ejemplo, si te dicen que vas a comer sentado en un columpio, o enjaulado, puedes pensar que es imposible, o que quizá no te va a gustar, pero hay un sitio en Zaragoza donde puedes hacerlo.

Además, el lugar invita a que lo fotografías absolutamente todo, por lo que es bueno disponer de un poco de tiempo y darle vida a la cámara del móvil, siempre teniendo en cuenta que la comida está mejor cuando la consumes en el momento correcto, sin perderte demasiado en los detalles decorativos que te rodean.

Dónde está el restaurante Birabola de Zaragoza y qué comer

Birabola se ha hecho ya un nombre entre los zaragozanos. Es una de las estrellas del Actur (Gertrudis Gómez de Avellaneda, 43) y abre todos los días al mediodía y la noche: el viernes y sábado se queda un poco más tarde, hasta bien pasada la medianoche. Diferentes espacios, cocina imaginativa que tiene inspiración en muchos rincones distintos del mundo y un criterio muy bueno: servir comida que encanta a quienes la preparan.

¿Destacados? Las borrajas en velouté de jamón tostado, la ensalada de caquis, granada y mozzarella, arroz con chuletón de frisona, albóndigas de ciervo con demiglacé de vino tinto o las birabolas de helado de vainilla macadamia con caramelo y ferrero rocher. Hay más, por supuesto, pero es mejor descubrirlo.  

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