El restaurante zaragozano Gayarre –carretera del Aeropuerto, 370; teléfono 976 344 386– puso en marcha ayer unas jornadas gastronómicas que se prolongarán hasta el 15 de marzo para sacar el máximo partido a la trufa negra aragonesa.

Se concretan en un menú compuesto por tres aperitivos y cinco platos, con la Tuber melanosporum como protagonista. Lámina de trufa con champán, chistorra asada y crema de queso trufada Río Vero con pan de cristal conforman un aperitivo original y que sorprende gratamente. Llegan a continuación tallarines de pasta fresca a la carbonara tradicional con trufa rallada, a los que siguen un reconfortante plato de cuchara: foie confitado en aceite de oliva con lentejas estofadas.

El siguiente pase consiste en un exquisito arroz cremoso de trufa para terminar con albóndigas de ternasco con puré 'perfecto', según el inolvidable maestro Teodoro Bardají. El toque dulce lo pone el colofón, un postre que llaman chocolate y cítricos y que es el único pase del menú que no lleva trufa negra entre sus ingredientes.

El precio del menú es de 49,50 euros por persona, IVA y bebida incluidos. La bodega elegida es champán francés Henri Abelé o vino tinto Valdubón de la Ribera del Duero, referencias ambas pertenecientes al Grupo Freixenet.

En la presentación de las jornadas a la prensa especializada, esta semana, estuvieron presentes, además de los hermanos Chema y Antonio Lasheras, gestores del establecimiento, los doctores aragoneses expertos en trufa Domingo Blanco, investigador de la Universidad de Zaragoza, y Juan José Barriuso, director del Centro de Investigación y Truficultura de Graus.

También asistieron Trinidad Usón, vicepresidenta de la Asociación de Truficultores de Zaragoza y propietaria de la empresa truficultora Foresta Algairén, en la zona del Moncayo, de donde proceden las trufas que se utilizan en el menú, y Jorge de Gispert, director nacional de Marketing del Grupo Freixenet.

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