Heraldo del Campo

entrevista

Miguel Gutiérrez: "Es necesario un mayor acercamiento entre el sector primario y la investigación"

El nuevo director del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) celebra la vuelta del organismo al Departamento de Agricultura, Ganadería y Alimentación del Gobierno de Aragón.

Miguel Gutiérrez, nuevo director gerente del CITA.
Miguel Gutiérrez, nuevo director gerente del CITA.
José Miguel Marco

Ha pasado de los ensayos a pie de cambio a los despachos y los laboratorios de investigación. ¿Qué le ha llevado a aceptar este cambio?

Hay una parte no sé si decir sentimental. Comencé mi vida laboral, becado y con unos contratos pequeñitos en Aula Dei y ha sido volver un poco a esa circunstancia, por lo que en el final de mi carrera creo que es una guinda muy bonita, un trabajo bastante ligado al sector agrario y, además, me permite estar al otro lado de la valla y, lo que es más importante, conocer profundamente las necesidades del sector y, sobre todo, aportar aquello que me ha dado la vida profesional hasta ahora.

El CITA vuelve a la consejería de Agricultura de la que salió en 2002. ¿Qué supone este cambio?

Desde mi punto de vista, todo. Hay una parte muy importante que es la relación que el sector tiene o debe de tener con la investigación y la transferencia. Y eso está en el Departamento de Agricultura. No es que hasta ahora esa relación haya estado interrumpida pero creo que ha estado muy poco estructurada o, por lo menos, no ha tenido capacidad de crecimiento porque no había estrategia que pudiera facilitarla, con lo cual, creo que su vuelta a Agricultura es un decisión muy correcta, aunque quiero decir también que la relación que existe con el Departamento de Ciencia y Universidad, a través de la dirección general de Investigación y Ciencia sigue estando encima de la mesa. Una cosa no quita la otra.

El consejero habló de reestructurar el CITA. ¿Le ha dicho cuáles son sus planes?

Creo que es una reestructuración que hace más referencia a la necesidad de disponer de una estrategia de comunicación de los trabajos que se están realizando, porque el propio sector necesita y solicita más acercamiento a la investigación. Hay un vacío en medio de las dos partes, del sector agroalimentario por un lado y la investigación por el otro. En estos momentos se requiere un acercamiento entre ambas partes y precisamente ahora que está todo en el mismo tronco, es decir en la consejería de Agricultura, debería de ser mucho más fácil. El consejero a lo que hacía referencia es a que quiere una implicación del propio sector agroalimentario con la investigación y al revés.

¿Ese es su plus? Usted ha centrado su carrera profesional en la transferencia, ¿cómo va a aplicar esa experiencia en el CITA?

Hay que decir que los sucesivos departamentos de Agricultura han ido eliminando a los actores que han estado trabajado dentro o junto con el propio sector, y sobre todo lo que es más importante, en el territorio. Ya no es posible volver a ese escenario porque la situación de la Administración y del propio sector es muy compleja por la PAC, que lo que ha burocratizado todo. Para solventar esa pata que es la transferencia se ha tenido que buscar redes de colaboración público-privadas, que en mi opinión es el único sistema posible con el que se puede funcionar ahora.

Los investigadores del CITA reclaman el reconocimiento de su carrera investigadora como tienen en otras entidades como el CSIC o la Universidad. ¿Se va a atender esta demanda?

Ya se está atendiendo. Ya hay un reconocimiento por parte de CITA de la carrera profesional, ahora falta establecer la parte económica que con toda posibilidad se solucionaria en este 2024.

Habla de la necesidad de una estrategia para el CITA. ¿Ya tiene diseñada su hoja de ruta?

Sí, tenemos una idea bastante preclara. Se han dado los primeros pasos para realizar una estrategia global, porque el CITA no está aislado y tiene la necesidad de conectar con otras estructuras del Departamento de Agricultura, como el centro de transferencia agroalimentaria o el centro de sanidad y certificación vegetal, que tienen labores técnicas. La intención es poder estructurar esa colaboración, de impulsar el acercamiento tanto a la producción primaria, como a las cooperativas, a la industria, a las organizaciones empresariales e incluso a los clúster que operan en el sector. Y sobre todo pensamos en una estrategia de comunición que en estos momentos es más que necesaria. El CITA tiene una muy buena comunicación interna, pero tenemos que trasladar mejor al sector los proyectos que realizamos.

El CITA cuenta con un presupuesto de 17 millones de euros. ¿Es suficiente?

No, nunca es suficiente. Hay una cuestión en la que creo que se debería actuar con urgencia, como es la adecuación de las infraestructuras del centro, porque hay vejez en muchas de estas instalaciones. Si nos hemos modernizado en conocimiento, nos tendríamos que modernizar también en infraestructuras, sobre todo para darle mayor valor al centro que no solo tiene actividades de investigación, sino también de asesoramiento e incluso de servicios. Y para todo eso se necesitan unos laboratorios acordes a tal fin, lo que exige, por supuesto, disponibilidad de recursos económicos. Me gustaría poder dejar al menos, las primeras piedras de esta modernización.

Es usted experto en cultivos herbáceos. ¿Va a impulsar la investigación de estas producciones desde la dirección del CITA?

Creo que hay grandes sectores que no han tenido una política de investigación aplicada, entre ellos los herbáceos. Es cierto que ha habido muchos trabajos relacionados con agronomía de cultivos, con suelos, con riegos, con material vegetal, pero yo creo que no se realizado lo que era absolutamente necesario. Los cultivos herbáceos ocupan casi el 70% del territorio y lo que un centro de investigación no puede hacer es mirar hacia otro lado y abandonar a un sector tan importante, que además está sufriendo en estos momento una complicada situación no solo por lo económico sino también por el cambio climático. Ese trabajo tiene que estar en el CITA y hay fórmulas para hacerlo. Y no hace falta crear nuevas estructuras sino colaborar con las que ya existen y que están funcionando bien.

¿Por ejemplo la Red Arax que usted impulsó?

Por ejemplo, sí.

El próximo día 16 de febrero y en el marco de FIMA se presenta un gran proyecto en el que participa el CITA y que está financiado con fondos Next Generation. ¿Qué puede avanzarnos?

El proyecto se llama Agroalnext y en él participan las comunidades de Aragón, Navarra, La Rioja, Comunidad Valenciana, y Murcia, para desarrollar un proyecto conjunto que persigue la transformación ecológica y digital del sector agroalimentario. Esta dotado con 30 millones de euros, de los que 3,5 corresponden a Aragón. De este gran proyecto cuelgan otros tres proyectos SOS Suelo, que abordará la evaluación de la calidad del suelo en diferentes agroecosistemas y determinación de indicadores para un manejo sostenible, Biodiversa, que investigará sistemas agrícolas biodiversos y resilientes y Ganaram, con el que se analizarán sistemas de producción ganadera en Aragón y resistencias antimicrobianas que afectan a la salud humana.

Carne de laboratorio, alimentos plant based e incluso personalizados...¿son posibles líneas de investigación para el CITA?

Entiendo que sí, pueden estar. Si hablamos de proteína es fundamental pensar que tendríamos que contemplar todo tipo de posibilidades y trabajar con amplitud de miras en este tipo de líneas de investigación.

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