Heraldo del Campo

Nuevas armas para detener a voraces conejos

Desde el Gobierno de Aragón se admite ahora que la solución a la plaga de conejos es «complicada», pero asegura que se trabaja en distintas medidas para atajar los daños que provocan en el sector agrario.

Muchos árboles frutales se ven afectados por la plaga de conejos.
Muchos árboles frutales se ven afectados por la plaga de conejos.
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Los agricultores aragoneses llevan casi dos décadas teniendo que compartir sus cultivos con unos molestos y voraces animales que primero mostraron su predilección por el grano de los cultivos herbáceos y en los últimos años han incluido en su dieta la corteza de los leñosos (olivos, frutales, almendros y vid), aunque tengan incluso que trepar para llevársela a la boca.

Fue en 2005 cuando el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón reconocía que la enorme cantidad de conejos que destrozaban las cosechas de, al menos, una decena de municipios del entorno de Zaragoza podía considerarse una plaga. Desde entonces, estos pequeños mamíferos han conquistado todo el territorio aragonés y ya son 135 las localidades repartidas en las tres provincias aragonesas en las que se ha reconocido sobrepoblación de conejos y se han establecido medidas extraordinarias –todas ellas centradas únicamente en la caza– para su control poblacional.

No es suficiente. Lo dice el sector agrario, los dicen los responsables políticos y lo dicen las cifras. De hecho, según los últimos datos del Gobierno de Aragón, durante el pasado año se comunicó la caza de 949.568 conejos en la Comunidad, una cifra que la propia Consejería de Agricultura, Ganadería y Alimentación está segura de que es mucho mayor y que da buena cuenta de la importancia de este «problema» que causa «daños millonarios» en las producciones agrarias.

Por eso, el departamento que lidera Ángel Samper tiene previsto dotarse de nuevas armas para intentar poner coto a la proliferación de conejos. Pero para ello, quieren saber cuál es la magnitud del problema al que se enfrentan. Y para conocer hay que disponer de datos, por lo que la Consejería de Agricultura realizará un estudio para elaborar un censo que detalle la proporción de estos animales por hectárea. "Tenemos que conocer hasta donde tenemos que aumentar la presión, pero sin pasarnos", explica el director general de Caza, Jorge Valero.

Esta presión se materializará no solo intensificando la caza –la nueva ley incorporará el uso de rifles del calibre 22 que son más silenciosos– sino convirtiendo en poco habitables, utilizando por ejemplo repelentes naturales, las madrigueras de estos animales, que se expanden sin control especialmente por infraestructuras, como el AVE y las autovías. Lo que la Dirección General de Caza tiene claro es que una de esas medidas de control poblacional no es precisamente la reintroducción del lince.

Datos oficiales

No hay datos concretos oficiales que cuantifiquen el daño de la plaga de conejos en los cultivos aragoneses. Pero se habla de pérdidas millonarias en miles de hectáreas. Parece que los daños descendieron el año pasado en el secano por los efectos de la sequía, pero el impacto en el regadío "está disparado", señala el director general de Caza y Pesca del Gobierno de Aragón, Jorge Valero, que destaca que "cuando llegan los fríos, el conejo se activa y le encanta roer los frutales, matando plantaciones enteras". Y anuncia que, aunque se están repasando los datos, "por desgracia", nada ha cambiado en los 135 municipios en los que se ha declarado una sobrepoblación de conejos.

Por eso, y aunque asegura que "el problema del conejo y los daños que ocasiona es muy complejo y desgraciadamente de muy difícil solución", insiste en que el Ejecutivo regional, que "aspira a encontrar una solución", está trabajando para conseguir reducir su impacto.

"El problema del conejo y los daños que ocasiona es muy complejo y desgraciadamente de muy difícil solución"

Pero para enfrentarse a la plaga de conejos hay que conocer primero su magnitud. Así lo considera la consejería de Agricultura, Ganadería y Alimentación, que, como medida prioritaria, va a realizar un estudio para cuantificar cuántos animales por hectárea hay en Aragón. "A día de hoy, lo único que sabemos es que el conejo cosecha una gran parte de los campos del valle de Ebro", señala el director general de Caza y Pesca, Jorge Valero, quien asegura que la administración está dispuesta a elevar la presión de las medidas, pero que tampoco puede pasarse.

"Hay que mantener un equilibrio con una población que no provoque los daños actuales. Somos conscientes de que el conejo es la base de la cadena de alimentación de nuestro medio natural y queremos que siga en nuestro territorio, pero a unos niveles que no arruinen a nuestros agricultores", señala Valero, quien parece haber suavizado ahora el mensaje que trasladaba cuando era presidente de la organización agraria Araga desde la que pedía con contundencia echar mano de la "lucha biológica" o de "mecanismos de castración de los ejemplares" para evitar su elevada capacidad de reproducción.

Para realizar este censo se seleccionarán "zonas testigo" por los diferentes municipios afectados (135 en total de los que 44 pertenecen a la provincia de Huesca, siete a la de Teruel y 84 a la de Zaragoza). Sobre ellas volarán drones dotados con cámaras térmicas que permitan disponer de imágenes en el momento en el que suele ser más habitual y visible la presencia de conejos. "Hemos comprobado que si uno pasa por el día ve 20 conejos, si pasa de noche con luz artificial verá 80 y las pruebas que hemos empezado a hacer nos están enseñando que con visión térmica y nocturna estos números se multiplican por dos o tres", detalla Valero, que asegura que el Gobierno de Aragón ya dispone de esta tecnología y solo tiene que comenzar a utilizarla. Para ello, dado que se trata de una actividad regulada, desde el Ejecutivo se está primero recabando las autorizaciones pertinentes para realizar los vuelos nocturnos.

No hay una fecha concreta para disponer de este estudio. "Confiamos en poder empezar a tener una imagen clara de la situación a lo largo de 2024", afirma Valero, quien insiste en que no hay que olvidar que no se trata de matemáticas sino de seres vivos que se adaptan a situaciones sobrevenidas como puede ser, por ejemplo, la sequía. «Por eso es tan necesario conocer su comportamiento y saber cómo va evolucionando», añade.

Madrigueras inhabitables

Otro de los frentes en los que luchar contra la sobrepoblación de conejos es sus propias madrigueras, construidas preferentemente al abrigo de infraestructuras viarias, hídricas y ganaderas, parques solares, polígonos industriales... "Tenemos muy claro, que por mucha presión cinegética que se ejerza, si el conejo sigue teniendo santuarios en los que no se puede actuar tenemos la batalla perdida, porque la caza no será totalmente efectiva hasta que desaparezca esta reposición que sale de refugios", detalla el director general.

Es por eso que una de las líneas en las que trabaja el Departamento de Agricultura es la utilización de productos naturales para hacer inhabitables sus madrigueras y conseguir que el animal no se encuentre cómodo en dichos vivares y termine abandonándolos y trasladándose a zonas en las que resulte más fácil actuar para controlar su presencia. "Hemos comenzado a realizar pruebas con repelentes naturales como la cayena, derivados de la sangre, pimientas y otros productos y estamos investigando sobre dosis y métodos de aplicación, para diseñar un sistema ágil y lo más barato posible", afirma Valero.

Las nuevas medidas que diseña el Gobierno aragonés ante esta temida (por voraz) plaga incluyen también el uso de nuevas armas. De hecho, el director general avanza que la ley de caza de Aragón incluirá la posibilidad de utilizar el calibre 22 –más silencioso–. Es una de las medidas que reclama el sector, entre las que también figura el uso del silenciador, que dado que lo prohíbe el reglamento de armas, «autorizarlo no entra dentro de las posibilidades del departamento», matiza Valero.

Puede que existan, sin embargo, otras posibilidades para hacer frente a la plaga. "Estamos explorando y probando todas las opciones que nos da la Ley de Caza aragonesa y la Ley 42/2007 de patrimonio natural y biodiversidad, para poder hacer frente a este problema", explica Valero que asegura que su departamento realizará los trámites pertinentes para modificar las normativas para poder aplicar de forma generalizada "aquellos métodos que solo se pueden usar de manera excepcional y que veamos que son efectivos". También se están buscando soluciones para abordar el "importante problema" que suponen aquellas parcelas abandonadas que se convierten en refugio de estos molestos animales ya que en ellas no se puede cazar "por el estado de suciedad y broza que presentan".

¿Y el lince?

Lo que al director general de Caza y Pesca no le parece una "buena política" es la intención de la consejería de Medio Ambiente, dirigida por el popular Manuel Blasco, de reintroducir el lince en la Comunidad. "Dada la experiencia con el oso, la coexistencia de este depredador con las rehalas de perros, imprescindibles para el control del jabalí, nos produce bastante preocupación", asegura Valero, quien muestra su "preocupación" por la coexistencia del lince con especies como la perdiz, la codorniz o aquellas que cuentan con protección, como el cernícalo primilla o la avutarda común.

Y se muestra contundente al hablar de la reintroducción de este depredador como posible solución a la plaga de conejos. "Tajantemente no. El lince come uno o a lo sumo dos conejos al día. Y se estudia soltar cuatro en 500.000 hectáreas. Muchos agricultores atropellan más conejos cada noche de riego que los que va a comer el lince", afirma el director general, que recuerda que está más que probada la animadversión de este carnívoro con otros depredadores como el zorro –cazador letal de conejos–, con el que es incompatible.

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