Heraldo del Campo

Ganadería

Más bienestar animal a incómodos precios

Bruselas trabaja en una nueva normativa de bienestar animal que de llevarse adelante  incrementará los costes al ganadero y encarecerá, aseguran los productores, el precio de los alimentos.

Una explotación avícola.
Una explotación avícola.
Heraldo.es

Los consumidores han variado sus hábitos de consumo y de su cesta de la compra -ahora mucho más cara- han desaparecido productos que antes se dejaban ver con más o menos asiduidad. No ha sido un capricho del paladar. Lo ha provocado una inflación disparada en el precio de los alimentos que ha dado protagonismo -aunque también se compra menos- a la proteína de menor precio, como el pollo y el cerdo, y ha desplazado a otro tipo de carnes y a los pescados del menú de muchos españoles.

Ahora se teme que esos alimentos "más asequibles" dejen de serlo, porque en los despachos de Bruselas se cuece una vuelta de tuerca más en el bienestar animal que impactaría de lleno en los costes de los sectores avícola, porcino y cunícola y que tendría un efecto inmediato en los bolsillos de los consumidores.

La Interprofesional de Carne Avícola (Avianza) ya ha advertido que el pollo podría convertirse en un artículo de lujo para la mayoría de los consumidores. Las exigencias que se debaten en la Unión Europea reducen casi en un 30% la capacidad actual de las granjas, por lo que muchas desaparecían y las que quedarán lo harían tras acometer millonarias inversiones para ampliar sus instalaciones. Y, asegura la interprofesional, que no habría otro remedio que repercutir los costes sobre el precio de la carne, que podría duplicarse e incluso triplicarse hasta alcanzar los 20 euros por kilo de pechuga.

Lo advierten también desde el sector porcino, que habla de "incremento desmesurado" del kilo de carne de cerdo. Porque Bruselas estudia reducir el número de animales que actualmente alberga una sala de partos, lo que abocaría a una pérdida de producción o a la necesidad de realizar desembolsos superiores al medio millón de euros por explotación para disponer de más espacio.

Pero, sin duda, la peor parte se la llevan los cunicultores. Como ya sucediera con las gallinas ponedoras, las sensibilidades más animalistas de la Europa comunitaria quieren terminar también con la utilización de las jaulas en las explotaciones de conejo de carne y que los animales vivan sueltos sobre suelo.

De aprobarse la medida, insisten desde las organizaciones agrarias, el sector cunícola -que lleva años soportando una crisis de consumo- quedaría herido de muerte y podría darse el caso, ya no que haya que pagar el doble por este alimentos, sino que en las carnicerías y lineales de la distribución española no pueda encontrarse producto nacional.

Para frenarlo, COAG ha presentado ante a la CE un informe con el impacto socio-económico que tendría la norma. Y no es poco.

Todo comenzó a gestarse un 2 de octubre de 2020 cuando llegó a la Comisión Europea una iniciativa ciudadana de nombre ‘End the Cage Age’ (Acabemos con las jaulas), rubricada por 1.397.113 firmas en todos los países de la Unión Europea -85.756 de ellas en España-, que, como da buena cuenta su nombre, pedía acabar con este tipo de habitáculos para la cría de animales. Bruselas recogió el guante y se comprometió a presentar, a finales de 2023, una propuesta legislativa para hacerlo realidad, apoyándose en la publicación de varios informes científicos de la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria).

A Michel Campanales, cunicultor y responsable del sector en UAGA, no le suena a nueva la pretensión europea. "Hace ya cinco años que llevamos arrastrando el preámbulo de lo que ahora pretende la norma", asegura el productor, que lamenta que la cunicultura "está en un limbo" al que no se acercan ni las Administraciones ni sus ayudas.

Campanales explica que el 95% de la producción de conejo en España se realiza en jaulas. "No es un capricho, se les aísla de las deyecciones y se libera a los animales de enfermedades a las que van a estar más expuestos si están en suelo", asegura. La "reconversión" que plantea la Comisión Europea no subirá el precio de la carne de conejo, como así se prevé en el pollo o en porcino, "porque no habrá producto que vender", afirma el sindicalista. "Para nuestro sector es la desaparición", advierte Campanales, que recuerda que en apenas cinco años han echado el cierre la mitad de las explotaciones de la Comunidad -en 2021 había quedan poco más de 180 granjas, aunque muchas de ellas ni siquiera tienen producción y se encuentra en vacío sanitario para mantener la actividad-. Porque, insiste, el sector está inmerso en una "incertidumbre" que desaconseja poner en marcha cualquier tipo de inversión.

"Me preocupa la sinrazón de los que no escuchan al sector ni entienden que el bienestar animal es mucho más que las jaulas", lamenta el sindicalista, que insiste en que si Bruselas escucha las demandas de poco más de 1,3 millones de personas y hace oídos sordos al sector, "será el final de la cunicultura española".

En el porcino

En su informe, COAG pone cifras al impacto que tendría que soportar el sector porcino -el principal sector ganadero de la Comunidad- para cumplir la nueva ley que ahora estudia Bruselas. Se reducen las salas de parto. Y así, en una explotación tipo de 1.200 cerdas estas instalaciones tendrían que pasar de albergar 16 cerdas o un máximo de 12 animales. Dado que se perderían cuatro parideras por sala, señala el documento que ya ha llegado a la Comisión Europea, si se quiere mantener la producción habría que construir una nueva nave para disponer de 62 parideras, a 3.200 euros cada una de ellas. Habría además que remodelar las ya existentes -otros 21.662 cada sala-, lo que podría elevar el coste total a 324.932 euros. O lo que es lo mismo, entre una y otra inversión, el desembolso superaría con creces los 500.000 euros.

Se podría optar por reducir el censo, pero, advierte COAG, el productor no se librará de tener que costear una adaptación de las salas de parto que supondría un desembolso cercano a las 325.000 euros.

Hay otros muchos "inconvenientes" añadidos. Los explica Jorge Lizama, ganadero de porcino de Gallocanta (Zaragoza), que recuerda que si hay jaulas en los paritorios es porque hay estudios que demuestran que con las cerdas sueltas se pueden producir un 14% más de bajas en lechones por aplastamiento. "Las jaulas están diseñadas con una especie de balancines para que el animal se tumbe poco a poco y no aplaste a sus lechones. Y en estos espacios la cerda no demuestra ningún comportamiento agresivo ni nada parecido, lo que pasa es que claro, desde fuera, parece que están incrustadas", detalla Lizama.

El también responsable del sector porcino en UAGA explica que la desaparición de las jaulas también supone un riesgo a la hora de manejar a los animales. "Unas cerdas paren más cerdos que otras, por lo que intentamos igualar las camadas para los lechones tengan suficiente leche", dice. El temor que existe es que estando sueltas muestren un comportamiento agresivo cuando se les vaya a quitar los lechones. "Si están en la jaula, que no te ven, pues coges al animal, lo cambias y no pasa nada", añade el ganadero.

Lizama, que sabe bien lo que es tener que invertir por los constantes giros de las normas de bienestar animal, advierte que el coste de la nuevas exigencias no solo llegará con las ampliaciones de las instalaciones. "Si en un cebadero donde metías 2.000 cerdos reducen un 30% la capacidad, esos 600 animales que no están dejan de generar calor y tienes que aportarlo con más consumo energético, es decir, con más dinero", señala Jorge Lizama, que explica que igual situación se producirá en las salas de partos. "Todo esto inevitablemente tendrá que afectar al consumidor porque el ganadero ya no puede asumir más gastos", avanza.

Advierte que "habrá muchas explotaciones que no podrán adaptarse". Primero, porque a nivel administrativo el sector no sabe muy bien qué va a pasar ya que se está limitando la expansión. Otras granjas ni siquiera podrán plantearse la inversión, "porque simplemente no tienen espacio para ampliar", añade.

En la avicultura

La misma preocupación cunde entre los productores de avicultura de carne. La recomendación de la EFSA es que la densidad ganadera por explotación sea de 11 kilos por metro cuadrado, cuando actualmente se permiten 33 kilos para ese mismo espacio, una cifra ya restrictiva porque en otros países alcanza hasta los 40 kilos.

Eso significa que una explotación con capacidad para 33.000 pollos perderá 22.000 plazas. Además de tener que realizar una inversión que puede llegar al millón de euros para adecuar su granja a las "ambiciosas medidas" que rondan por los despachos de Bruselas, "el descenso de producción reducirá una tercera parte los ingresos del productor y se traducirá en un aumento desorbitado del precio de la carne", señala Eloy Ureña, granjero aragonés y responsable del sector en COAG.

Y las cuentas son claras. Podría suceder, si Bruselas no lo remedia, que los 3,25 euros el kilo que ahora cuesta un pollo entero en los lineales escalase hasta los 9,75 euros. O, en el peor de los casos, que la cabaña se reduzca y el producto llegue países en los que el bienestar ni está ni se le espera.

Explotación de porcino.
Explotación de porcino.
Heraldo.es

Por un bienestar con retorno económico

Los ganaderos lo repiten sin cesar. "Nadie pone en jaulas a sus animales porque quiera maltratarlos", recuerda también el porcicultor y responsable del sector en UAGA, Jorge Lizama, que explica que las constantes y ambiciosas normativas «tanto nacionales y europeas» que se están aplicando en España siempre suponen un elevado coste económico para los granjeros, que tienen que desembolsa centenares de miles de euros para adaptarse a todas esas exigencias. "Todas estas normativas generan mucha incertidumbre y eso, en mi opinión, es lo peor para cualquier sector porque retrae las inversiones".

Lizama insiste en que materia de bienestar animal hay muchas medidas por aplicar que podrían tener un retorno económico. Entre ellas cita las inversiones en bioseguridad "que previenen enfermedades infectocontagiosas", así como eliminar el amoniaco dentro de las granjas «que mejoraría la productividad y con ello la rentabilidad de la explotación». 

Explotación de conejos.
Explotación de conejos.
Heraldo.es

Para la cunicultura es "la pena capital"

Los cunicultores llevan años en una travesía por el desierto que no consiguen abandonar. "Estamos en el limbo", señala el responsable del sector en UAGA, Michel Campanales, que lamenta que frente a la protección de la ganadería extensiva y el apoyo que se da a la intensiva, la cunicultura es "la gran olvidada". No deja de estar amenazada por las exigentes normativas de bienestar animal, no dispone de ayudas de la PAC, no alcanza el equilibrio productivo (sus costes son altos y los precios bajos) y las Administraciones, "sobre todo la aragonesa", denuncia, no han tenido ni un gesto de apoyo desde hace años. Por eso, Campanales, que no entiende la "sinrazón" de los que se empeñan en eliminar las jaulas en las que se crían los animales, advierte que la normativa en la que trabaja Bruselas "será la pena capital de la cunicultura española". Y, como aviso a navegantes, advierte que estas granjas están en el medio rural más desfavorecido y emplean numerosa mano de obra femenina.

Explotación avícola.
Explotación avícola.
Heraldo.es

Criar menos no tiene por qué ser criar mejor

Desde el sector avícola de carne se afirma con contundencia que no está probado científicamente que el bienestar animal vaya a mejorar con las medidas que propone la EFSA y que se centran esencialmente en reducir la densidad ganadera en la explotación.

Y lo defiende con contundencia porque, como asegura el responsable del sector en COAG, el aragonés Eloy Ureña, las naves actuales están preparadas con sistemas de calefacción, sistemas de refrigeración y sistemas de ventilación que aseguran en todo momento y en todo tipo de circunstancias climáticas, unas condiciones óptimas de temperatura y calidad de aire.

"Criar a menos densidad no es sinónimo de tener estos parámetros mejor controlados", insiste Ureña. Es más, este ganadero de Fayón (Zaragoza), asegura que incluso puede ser más difícil y costoso conseguir mantener las temperaturas de una forma adecuada en una instalación con un 30% menos de animales

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión