UAGA prevé una cosecha olivarera a la mitad que la de un año normal por la sequía

David Andreu anticipa que los precios del aceite de oliva van a seguir altos

Imagen de 2021 de una finca de olivos en Cretas (Teruel).
Imagen de 2021 de una finca de olivos en Cretas (Teruel).
Laura Uranga

Los precios del aceite de oliva están altos y se van a mantener así. Lo dice David Andreu, secretario provincial de UAGA Teruel, al pronosticar que este año la producción de oliva en Aragón se quedará al 50% de una cosecha normal por culpa de la sequía. Y eso, apuntó, «siempre que el tiempo se comporte bien de aquí a noviembre, que es cuando empieza la recogida».

La caída en producción estimada para Aragón es extensible al resto de España, explicó. «En la Comunidad previsiblemente se recojan unas 35.000 toneladas de olivas frente a las 70.000 de un año bueno y en España en lugar de 1,3 millones de toneladas, unas 600.000», indicó.

«Al enlazarse dos campañas no muy buenas en el olivar más dos años consecutivos de sequía y el cierre de exportaciones desde Turquía, anunciado recientemente, ha hecho que los precios suban porque hay poca oferta en el mercado». Hace tres años, recordó Andreu, «había mucho aceite y mucha oferta». 

2021 fue un buen año, pero llegó la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, aumentó el precio de los aceites refinados y arrastró también el de oliva. Luego hemos cogido dos años sin lluvias y poca producción en Andalucía y a consecuencia de todo, el precio del aceite de oliva se ha incrementado y no bajará», repitió. 

Hace un par de años, recordó, la garrafa de cinco litros valía unos 25 euros y ahora está en 33. Se ha pasado de 3 euros el litro a más de 7. Además, «en stock quedarán en España pocas toneladas de la cosecha de 2022 y eso hará que los precios se mantengan altos», añadió.

«El aceite virgen extra estaba el año pasado a 3,6 euros el litro y ahora a 8,5 euros. Es más del doble», señaló Alfredo Caldú, presidente del Consejo Regulador de la D. O. Aceite del Bajo Aragón. «A nivel mundial hay poca cosecha y la de Andalucía se espera bastante floja. En esta denominación no estamos tan mal. Nos quedaremos a un 70% de la cosecha de un año bueno, pero solo somos una D. O.», precisó, y aún «pueden variar las producciones dependiendo del tiempo que nos venga, ya que pueden llegar tormentas que lo estropeen todo o al revés». 

Eso sí, Caldú mostró su deseo de que «los precios no suban más» al entender que «no es bueno: el consumidor está muy afectado y no es normal». Y señaló: «Sí que las primeras subidas se derivaron del incremento en el precio del aceite de girasol, pero desde entonces no ha dejado de crecer».

El aceite de oliva, según Caldú, lo utilizan como producto reclamo en los supermercados. «No hay tanta diferencia entre lo que pagan al productor y lo que abona el consumidor, a diferencia de lo que sucede por ejemplo en sectores como la fruta», apuntó. Si bien, precisó Andreu, eso solo pasa con el aceite que se vende embotellado y ni de lejos es el 100% de la producción, sino que la mayor parte se vende a granel a Italia, que se queda con el valor añadido. 

En Aragón, recordó el secretario provincial de UAGA Teruel, la producción de oliva se concentra en el Bajo Aragón, la zona de Belchite, el Moncayo, el Somontano de Huesca y la comarca de Calatayud. «La tendencia los últimos diez años era plantar más almendro que olivo y ahora es al contrario, lo que indica que los precios van a aguantar altos una temporada», indicó.

Andreu valoró que las ayudas o préstamos blandos por la sequía dadas por el Gobierno de Aragón sí incluyeron olivar y almendro, pero «el Gobierno Central no lo hizo y nos tiene enfadados», concluyó.

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