"Cada problema vial lo pagan los transportistas y además nos cobran"

Las patronales aragonesas se muestran críticas ante la prohibición de la circulación de camiones por dos carreteras catalanas.

Un vehículo de transporte de mercancías circula por una carretera nacional.
Un vehículo de transporte de mercancías circula por una carretera nacional.
Raquel Labodía

Con airadas críticas y evidente enfado respondieron este viernes los representantes de las patronales aragonesas del transportes de mercancías por carretera a la decisión del Gobierno de prohibir desde este domingo la circulación de camiones por dos carreteras catalanas. Una decisión que afecta a numerosas empresas de Aragón ya que las intensas relaciones comerciales con la comunidad vecina provocan un intenso transporte entre ambas regiones.

"De nuevo se está demonizando al transporte de mercancías. Siempre tiran perdigones sobre los mismos. Cada vez que hay un problema vial lo pagamos nosotros y encima tenemos que pagar", se lamentó este viernes el presidente la asociación de transportistas autónomos Tradime, Santiago López Montenegro, en referencia al desembolso que supondrá la conducción por las autopistas, aunque se haya rebajado el coste.

López-Montenegro criticó que esta prohibición encarecerá el trabajo de los transportistas y no solo porque tendrán que pagar por circular por las vías de pago alternativas, sino porque "supone unos costes operativos que antes no teníamos".

El responsable de Tradime advirtió además de los problemas que pueden ocasionarse en los accesos y salidas de ambas autopistas ante el incremento del tráfico pesado. "Articulan medidas que nos cuestan dinero pero no ofrecen soluciones para repercutir ese coste", insistió.

"Total rechazo"

Muy criticos se mostraron también desde la Federación de Empresas de Transporte de Mercancías de Zaragoza (Fetraz). Su secretario general, Fernando Viñas, manifestó la "lógica oposición y el total rechazo" del sector a una prohibición que supondrá "un aumento innecesario de kilómetros e importantes pérdidas de tiempo derivadas de las complicaciones que conlleva acceder o abandonar las vías de peaje".

Entre los "graves y costosos problemas" que esta decisión añadirá a las empresas del sector, Fetraz destacó la imposibilidad de acceder a las áreas de servicio situadas en la N-340 y la N-420, tanto para repostar y realizar el mantenimiento de los vehículos como para descansar. "Se está privando a nuestros conductores de servicios básicos debido al insuficiente número de áreas de descanso en las autopistas AP-7 y AP-2", criticó Viñas.

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