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El nuevo entrenador, la 'bala' que no puede fallar el Huesca

Los azulgranas manejan una amplia lista de candidatos para suceder a Ziganda, cambio que podría no ser el único dentro de la entidad.

Ibaibarriaga, Martín González, Larraz y Callizo, durante el entrenamiento del jueves.
Ibaibarriaga, Martín González, Larraz y Callizo, durante un entrenamiento.
Javier Navarro

Se avecinan días intensos en la SD Huesca. La elección de un nuevo entrenador tras la destitución el sábado de Cuco Ziganda precipitada por la derrota por 0-1 con el Eldense -la tercera en una semana- en la que el equipo estuvo lejos de abandonar su dinámica negativa y en la que parte de la grada volvió a mostrar su descontento con cánticos hacia los responsables del club es lo prioritario. Se quiere tomar con serenidad al considerarse que es un aspecto en el que no se puede fallar para reflotar al vestuario y la entidad. “Es una bala que no se puede fallar”, se afirma. Al mismo tiempo, tampoco se puede descartar que haya más modificaciones dentro de su estructura, opción que se está explorando en paralelo a la del técnico.

Entre lo que se habría puesto sobre la mesa está el regreso de Agustín Lasaosa, el que fuera presidente y hombre clave en el crecimiento del Huesca junto a Petón y que quedó apartado con el estallido de la Oikos. La posibilidad no es la primera vez que se trata y no resulta sencilla. Cuenta con afines y detractores en el consejo de administración y habría que solucionar su nuevo encaje en El Alcoraz.

En cuanto al inquilino del banquillo, Ángel Martín González lleva pegado al teléfono realizando gestiones desde la noche del sábado, no antes. Como es costumbre en el director deportivo, el asunto se está tratando de forma sigilosa. Se espera que el lunes sea un día decisivo al respecto y lo ideal sería que el nuevo responsable cogiese ya las riendas en el entrenamiento previsto para el martes, en el que el equipo comenzará a preparar la visita al Eibar del próximo domingo (18.30). No es, de todos modos, una fecha límite.

La lista de candidatos que se maneja es amplia. Antes de que Ziganda salvase una primera situación complicada con la victoria sobre el Alcorcón (0-2), la única en diez jornadas, ya habían aflorado algunos probables nombres. De ellos, Luis Carrión se encuentra ahora en el Oviedo y Julián Calero, en el Cartagena, los otros equipos de Segunda que previamente ya habían optado por el relevo de técnicos. También sonaron Ramis, Gaizka Garitano y Rubi, ex con el que se logró el primer ascenso a Primera División y cuyo perfil se ha convertido desde entonces en el paradigma de lo que el Huesca persigue cada vez que busca un entrenador. El caché de todos ellos estaría por encima de lo que la entidad oscense en pleno proceso de restructuración económica puede permitirse. 

También ha aparecido otro nombre recurrente en estos casos, el de Julio Velázquez, con amplia experiencia en Primera, Segunda División y fútbol internacional que la temporada pasada fue capaz de lograr la salvación del Fortuna Sittard en la Eredivisie de Países Bajos tras cogerlo en descenso en la séptima jornada.

El Huesca quiere a alguien que sea capaz de levantar la moral de un equipo bloqueado por los malos resultados, especialmente en El Alcoraz, donde aún no ha ganado, y por la destitución de Ziganda. También, que tenga experiencia en la categoría, que haya demostrado que es capaz de solventar situaciones complejas como la actual y que, a poder ser, proponga un fútbol más atractivo que el practicado por su predecesor.

El panorama clasificatorio que se encontrará el nuevo entrenador será el de siete puntos sumados de treinta posibles con un bagaje de una victoria, cuatro empates y cinco derrotas. Un equipo que desde la segunda jornada solo ha estado una vez fuera del descenso y que se encuentra a dos puntos de la salvación, que podrían ser tres si el Elche gana hoy al Andorra; a una victoria en cualquier caso. A los ilicitanos tocará recibirlos la semana que viene tras el cruce con el Eibar, que acumula cinco victorias consecutivas, y después el mes concluirá en Albacete.

Desde el club se subraya que aún restan 32 jornadas, margen de tiempo que permite hacer un llamamiento a la calma y la unidad. La salida de Ziganda y de sus ayudantes más directos, el segundo entrenador Mossa y el preparador físico Alberto Martínez ha sido una decisión dolorosa al estar considerados como grandes personas y profesionales, pero se observa que ante los marcadores, el juego y la deriva general se había convertido en algo necesario.

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