Jefe de la sección de Deportes de HERALDO DE ARAGÓN

Real Zaragoza: Adrián Liso como síntoma

Adrián Liso intenta burlar la oposición de Reina.
Adrián Liso intenta burlar la oposición de Reina, del Mirandés.
Carlos Gil/Prensa2

La irrupción de Adrián Liso es una de las pocas buenas noticias con las que puede alegrar algo el gesto el aficionado zaragocista esta temporada. Siempre conviene manejar con prudencia la entrada de un canterano en el primer equipo, porque ya se sabe que lo difícil no es llegar (que también), sino mantenerse. El chaval solo ha jugado dos ratos, pero su presentación en sociedad, sin llegar a ser absolutamente deslumbrante, ha dejado buenas sensaciones. Su tren inferior es formidable, es potente en carrera, pone muy buenos centros, sabe asociarse y tiene gol, aunque aún no lo haya demostrado con los mayores.

En el partido y medio que ha jugado con el Real Zaragoza ha sido –tal vez– el principal argumento ofensivo del equipo. Cuando coge el balón, el aficionado estira ligeramente el cuello como para prestar más atención, porque intuye que algo puede pasar. Aunque al final todavía no haya pasado, esto ya es mucho. La presencia de Adrián Liso es, lo dicho, una buena noticia, pero también es un síntoma. Que un chaval del juvenil sea la gran esperanza ofensiva del equipo a diez jornadas del final evidencia la magnitud del problema en el que anda metido el equipo. El Zaragoza ni hace goles ni oposita para hacerlos. Con Fran Escribá llegó un momento en el que a los rivales no les metía ni miedo, con Julio Velázquez se agudizó el problema y con Víctor Fernández de momento no ha habido demasiados síntomas de mejoría.

Sinan Bakis se ha convertido en otra de las apuestas del técnico del barrio Oliver. Desde luego, si el Real Zaragoza quiere tener alguna opción de recuperar al jugador que llegó a ser –en el Pirineo andorrano, no a orillas del Ebro–, la única manera es ponerlo en el campo. Lo malo es que el tiempo ‘encorre’ al equipo, y el ariete no da demasiadas buenas ‘vibras’, que se dice ahora. Con Víctor Mollejo lesionado, los argumentos ofensivos del Real Zaragoza se reducen a un Maikel Mesa más efectista que efectivo, un Iván Azón fuera de su mejor momento, un Manu Vallejo al que cuesta encontrar signos de vida, un Sergi Enrich casi perdido para la causa, un Germán Valera que siempre promete más de lo que acaba haciendo... Jugadores que sobre el papel pueden ser válidos, pero que atraviesan un estado de ofuscación y ansiedad que parece bloquearlos. Con lo que hay, ¿alguien duda de que Adrián Liso será titular el domingo ante el Tenerife?

En medio de este panorama, el juvenil ha irrumpido con las piernas fuertes y la mente fresca. Lo mejor que puede hacer es quitarse definitivamente los miedos y nervios y jugar con el descaro con el que lo hacía en el pabellón de El Burgo de Ebro o en el campo del Montecarlo.

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