Adrián Liso, la ilusión de El Burgo de Ebro

Apenas ha jugado media hora en el Real Zaragoza, pero Adrián Liso ya da que hablar. Este futbolista diferente ha llamado la atención de Víctor Fernández, que, nada más tomar las riendas del equipo, ha apostado por su velocidad, descaro y poderío. Antes, ya lo había ascendido al filial Emilio Larraz, después de brillar de forma poderosa con Javier Garcés en el Zaragoza juvenil. Junto a Ramón Lozano, son los padres de la criatura que encarna la ilusión del zaragocismo, un muchacho de apenas 18 años de El Burgo de Ebro.

Los padres futbolísticos son los antes enumerados; los padres biológicos, Rosa y Jesús. Desde que Adrián tenía 11 años, subían y bajaban al delantero hasta el campo José Luis Violeta, en el barrio de La Paz. Allí rompió en goleador consumado: 48 goles en el Montecarlo alevín. Antes de acabar la temporada, lo firmó Ramón Lozano para el Real Zaragoza infantil, anticipándose a la oferta del Atlético de Madrid. Ya en la Ciudad Deportiva, confirmó todo lo que apuntaba. Goles y más goles hasta llamar a las puertas del primer equipo.

Adrián Liso continúa viviendo en El Burgo de Ebro, en el extrarradio de Zaragoza. Allí lo conoce todo el mundo. Este lunes se juntó toda su pandilla en el pabellón en el que dio sus primeras patadas al balón. Todos de su misma edad. Con algunos compartió el colegio María Moliner (ahora llamado La Cabañeta), con otros fue al instituto de Fuentes, con todos comparte una estrecha amistad. "Es la ilusión de todos, de los amigos, de todos los que jugamos en El Burgo con él", sintetizó Pablo Guerrero, estudiante de Ingeniería. "Tiene una zurda de lujo, es buenísimo", precisó David Vidal, estudiante de Segundo de Bachiller y practicante de gimnasia artística. Verónica Rica aportó literatura futbolística desde su pertenencia al Sala Zaragoza y su formación en un Grado Superior de Deporte: "Yo también jugué con él a fútbol sala en El Burgo. Adrián siempre ha destacado mucho. Metía muchos goles desde pequeñito. No pude ir a ver su debut en La Romareda pues tuve que jugar con el Sala Zaragoza en Canarias el fin de semana".

En edad benjamín, ya destacaba poderosamente en El Burgo de Ebro, pero quizá por no estar adaptado totalmente al campo de césped, pues venía de practicar el fútbol sala, se quedó a las puertas del Real Zaragoza en la primera criba de la Ciudad Deportiva en edad alevín. Atento a la jugada, lo firmó Juan Guerrero para el Montecarlo, en una generación en la que casi todo el equipo acabó en el fútbol base del Real Zaragoza: Guille Lobato, Pablo Navascués, Ian Caraballo, Edson So Delgado, José Carp, Adrián Dos Santos...

También fue fundamental el respaldo de Adrián Aranaz, técnico del Montecarlo de División de Honor Infantil y cuñado desde hace seis años de Adrián Liso. "Es mejor que hable en el campo, que es donde hay que hablar. Hasta ahora, lo ha hecho en todas las categorías del Real Zaragoza, donde ha ofrecido un alto rendimiento y goles. Todos deseamos que siga rindiendo. Nosotros ya solo podemos seguir generando el mejor ambiente posible para su crecimiento humano y deportivo", apuntó Aranaz.

Mientras, entre las prudentes palabras de Adrián Aranaz, los amigos continuaban alabando al héroe local que tanto promete en el Real Zaragoza. Daniel García, estudiante de Segundo de Bachiller, fue a La Romareda el domingo pasado: "Jugué con él en El Burgo y en la selección. Ahora juego en el Pina a fútbol". No pudo asistir el encuentro ante el Espanyol por un asunto familiar otro amigo, Ángel López, estudiante de Robótica Industrial. Diego Gracia, estudiante de Químicas, también le deseó lo mejor, aunque él haya dejado de jugar para centrarse en la carrera. Samuel Martínez, ‘Chuku’, que cursa un Grado Superior de Robótica, también anhela su triunfo.

La afición femenina, además de Verónica Rica, también está con Adrián. Además, les gusta tanto el fútbol sala, que hasta juegan en el equipo femenino de El Burgo. Son Andrea Arpal, Carla Sebastián, Lucía Tello, Julia Velasco e Irene González. Todas estudian, todas juegan, todas apoyan a Adrián Liso.

Y cuando ya se hacía tarde, también se incorporó al cónclave Jorge López, que estudia un Grado Superior de Higiene Bucodental y, aunque no llegó a la hora para salir en la foto, sí quiso decir lo que piensa: "Jugué con él antes de que fichara por el Montecarlo con 11 años. Entonces ya era una pasada. Seguro que va a triunfar en el Real Zaragoza".

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