Francés es baja en Miranda de Ebro el próximo partido, el de la jornada 32. El defensa central aragonés, capitán esta temporada de la selección sub 21 de España, ha sido reclamado nuevamente por la federación para la ventana de partidos internacionales que paralizan el fútbol mundial el próximo fin de semana en sus ligas principales y países más relevantes... menos la Segunda División española, tan ponderada por La Liga (LFP) cuando interesa vender ínfulas y tan menospreciada en este apartado concreto que suele menoscabar a varios equipos irremediablemente. 

Alguien de ese flanco tendrá la tentación, enseguida, de levantar el dedo y contraatacar a este enfoque de la información arguyendo que Francés está castigado por haber visto la quinta tarjeta amarilla de su ciclo el pasado domingo frente al Espanyol. Eso es tan cierto como tiene un cien por cien de mentira en su origen. Alejandro provocó esa quinta amarilla, en los minutos de aumento, sabedor de que su concurso en Miranda es imposible porque no tiene el don de la ubicuidad. Y, como es habitual en estos casos en el mundillo del fútbol, aprovechó (el club, realmente) que estaba apercibido de castigo para ver la cartulina que lo sanciona y, ya que La Liga no le permite jugar en el campo de Anduva, que al menos ese perjuicio sirva de algo positivo. Así, se quedará limpio de amonestaciones de cara al importante esprint final del torneo. 

Conocido este preámbulo, a Víctor Fernández le toca sustituir a uno de los futbolistas que, dentro de un año horrible en general, lleno de mediocridades y carencias, al menos está aportando los mínimos exigibles en muchos de los días de hojalata y fiascos. A Francés lo suplirá en Miranda Lluís López. 

El central catalán no contó para nada en el inicio del torneo para el primer entrenador de este fracasado proyecto, Fran Escribá. Por el contrario, sí que fue una de esas apuestas particulares que los técnicos ponen en marcha cuando llegan a un sitio de segundo plato, por aquello de innovar, y Velázquez sí que tuvo siempre a López en su pensamientos y hechos, favorecido todo por el hecho de jugar siempre con tres centrales en defensa de cinco piezas. 

Ahora, el tercer inquilino del banquillo, Víctor Fernández, empezó sus retoques defensivos dejando fuera de nuevo a Lluís López en el debut frente al Espanyol, en gran parte por derogar la citada defensa de cinco, que ha pasado a ser de nuevo de cuatro, con solo dos centrales. Y eso que, uno de los cuatro de la plantilla, el uruguayo Mouriño, ha sido reubicado por Fernández como lateral derecho, puesto en el que el charrúa se movió en sus inicios en su país pero en el que, de entrada, chirrió por cierta inadaptación y algunas mermas en sus movimientos básicos. Víctor busca estatura en un equipo demasiado escaso en centímetros, lo que repercute en dificultades a la hora de jugar por arriba, tanto en defensa como en ataque. 

La idea de Víctor es insistir en su plan A, el que enseñó ante el Espanyol en su estreno. De entrada, salvo que la evolución de la semana derive en otro tipo de criterios por las razones que fueren, la permuta de la pieza de Lluís López en el espacio dejado por Francés puede ser la única que se vea en Anduva. Al plan A, el sentido común pide una nueva semana de asunción de automatismos y costumbres. El cambio de conceptos es tan hondo en algunos casos (juego rápido, vertical, muchos metros más adelantado que de costumbre en los 7 meses previos) que los cuatro entrenamientos que tuvo Fernández antes de la puesta de largo con el Espanyol se vio que quedaron muy cortos para que los jugadores, si es que son capaces de acabar desarrollando lo que se les pide, tengan cierta destreza en el nuevo modelo.