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La dirección del Real Zaragoza pretende reunirse con Víctor Fernández al regreso de Valladolid

El veterano entrenador aragonés aún no ha sido contactado personalmente por nadie de la regencia de la SAD pese a que en las últimas horas sí se tanteó a su entorno por primera vez para saber de su disposición a relevar a Velázquez. 

Víctor Fernández, en el anterior paso por el banquillo del Real Zaragoza, hace cuatro años.
Víctor Fernández, en el anterior paso por el banquillo del Real Zaragoza, hace cuatro años.
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En el seno de los despachos nobles del Real Zaragoza hay desazón, nervios, miedos y unas gotas de desorientación ante la envergadura que han alcanzado los acontecimientos en lo que es la segunda crisis profunda de entrenador en los 7 meses que van de temporada. Julio Velázquez, que llegó prácticamente aniquilado al partido de este sábado en Valladolid, ha salido del estadio de Zorrilla totalmente fulminado. No seguirá y será destituido cuanto antes sea posible oficializar. 

Y es tal en alboroto de ideas que surgen entre los rectores de la SAD cuando, en las últimas fechas, se ha barajado qué hacer cuando Velázquez salga del puesto de entrenador, que se ha terminado coligiendo que es Víctor Fernández el único técnico que aglutina un alto grado de consenso para ofrecerle las riendas de este equipo, cuando hasta hace unos días era una salida totalmente descartada

Ahora, cuando por segunda vez en esta campaña el equipo se halla en caída libre en la clasificación y con síntomas futbolísticos harto preocupantes, ya sí aflora la figura de Fernández. La cercanía de la zona de descenso a Primera RFEF en la tabla y el hecho de que ya comience la recta final de la liga, la decisiva, ha modificado los criterios.

Pero hasta anoche, a última hora del sábado 9 de marzo, minutos después de caer 2-0 ante el Real Valladolid, aún nadie del Real Zaragoza ha hablado directa y personalmente con Víctor Fernández, aunque sí con su entorno.

Ese paso está por darse. Es más, cuando acabó el partido anterior ante el Amorebieta en La Romareda, hace seis días, con Víctor tampoco nadie se había comunicado. La iniciativa, aún en fase inicial, de proponer a Fernández que sea el salvador de este gran lío tiene escasas horas y está en los primeros pasos. Se mueve en los alrededores, en el entorno del laureado entrenador aragonés, que aguarda con incertidumbre la desembocadura de este episodio tan singular. 

La peculiaridad se circunscribe principalmente a que algo ha cambiado radicalmente en el parecer de los gestores del actual Real Zaragoza desde noviembre hasta ahora, justo el espacio de tiempo en el que Julio Velázquez ha ejercido su papel en el vestuario y el banquillo zaragocista. Porque entonces, cuando Escribá iba a ser despedido, el mismo entorno del Víctor Fernández con el que ahora se han llevado a cabo algunos escarceos para hacerle llegar al preparador zaragozano que cuentan con él, ofreció la posibilidad de que Víctor fuera el sucesor de Escribá y, así, con un mercado de invierno adecuado, reconducir al Real Zaragoza a la zona alta de la tabla de la que había caído tras un inicio de liga impecable. Entonces, Víctor estaba con el talante cargado de ganas, de ilusión, de planes, de adrenalina zaragocista en positivo para abanderar una campaña que podía llevar al Real Zaragoza a Primera a largo plazo si se hacían las cosas adecuadamente. Pero los rectores de la sociedad decidieron que su perfil no era el adecuado, que un regreso al pasado no casaba con su filosofía de cambio, de modernidad, de tiempos nuevos, de neofútbol en todos los sentidos. No era la primera vez que la nueva propiedad dejaba caer que de los tiempos gloriosos, de la era en Primera, de los episodios europeos y de títulos, no quería vinculación directa alguna. Un modo de concebir el presente que, ahora, ha sufrido una mutación, seguramente por la gravedad del momento y por la evidencia de los yerros cometidos en decisiones claves en el último año y medio. 

Ahora, el escenario es otro bien diferente. No tiene apenas ninguna conexión con aquel de noviembre. Y a Víctor Fernández (como es de razón) le puede provocar -y le provoca- un modo de ver la situación muy alejado de aquel que tuvo en noviembre y que desde el club rechazaron. 

Es un detalle clave resaltar que, camino de la medianoche de este sábado, cuando el equipo y los directivos vuelven por autopista desde Valladolid en la madrugada del domingo, el veterano entrenador aragonés aún no ha sido contactado personalmente por nadie de la regencia de la SAD pese a que en las últimas horas sí se tanteó a su entorno por primera vez para saber de su disposición a relevar a Velázquez. 

Esa reunión se quiere que sea cuanto antes, una vez todos estén ya en Zaragoza y hayan descansado del batacazo en Zorrilla. Y de lo que se pueda hablar, discutir, pactar, asumir, descartar y planificar en ella depende que Víctor dé el sí o de que, finalmente, la respuesta pueda ser negativa. 

No es sencillo el papel de Víctor Fernández en esta nueva posición del Real Zaragoza. Noviembre y lo que ahí pasó está aún caliente. Y la encomienda, con el equipo metido en una espiral negativa de órdago a la grande, tiene aristas cortantes y peligrosas a todas caras. Por ello, se van a vivir horas decisivas en el arranque de la semana para saber si es posible que Fernández vuelva al club de su vida o si los ejecutivos del Real Zaragoza deben buscar otra solución distinta y alejada del perfil del aragonés. Algo que en noviembre tuvieron claro que era lo adecuado y que los hechos, tozudos, han acabado por demostrar que no era así. 

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