Jefe de la sección de Deportes de HERALDO DE ARAGÓN

Real Zaragoza: esta foto lo dice todo

Entrenamiento del Real Zaragoza en la Ciudad Deportiva.
Entrenamiento del Real Zaragoza en la Ciudad Deportiva, con dos jugadores de la cantera observando la sesión.
Francisco Jiménez

Observen la fotografía que ilustra este artículo. Creo que dice más de lo que parece. Son dos chavales de la cantera del Real Zaragoza que acaban de terminar de entrenar con el equipo ¿alevín?, y que observan ahora la sesión del primer equipo. Los jugadores que tienen debajo son sus ídolos. Son lo que ellos un día quieren llegar a ser. Cada fin de semana se fijan en ellos en La Romareda. Observan cada gesto, cada movimiento, cada esfuerzo... En estos tiempos en los que vienen mal dadas, los jugadores de la primera plantilla deben dar la cara. Tienen que sacar su orgullo por ellos, por su afición y también por esos chavales que les admiran y que un día quizá vistan esa misma camiseta.  

No se espera una tarde tranquila este próximo domingo en La Romareda. A no ser que haya un gol rápido –del Real Zaragoza, se entiende–, que permita encauzar las emociones del personal hacia uno sentimientos positivos, las previsiones hablan de tiempo revuelto en el viejo estadio municipal. El banquillo le empieza a quemar a Julio Velázquez, y la reacción que tuvo la marea blanquilla desplazada a Villarreal no supone un buen precedente para él si las cosas no vienen bien dadas contra el Amorebieta.

El técnico tiene su responsabilidad en la situación actual, por supuesto. Pero no hay que perder de vista el papel de los jugadores. La plantilla del Real Zaragoza fue elogiada por su calidad a principio de temporada. El paso del tiempo ha destapado la carencia de algunos perfiles y las lesiones no han ayudado, precisamente. Pero los futbolistas de este equipo se supone que dan para algo más que para esquivar la permanencia y ganar un partido de cada cinco.

Ahora es su momento. Llega la hora de dar la cara, de sacar el orgullo, de demostrar que merecen defender al escudo del león. En partidos como el de mañana ante el Amorebieta, con la tensión ambiental que se puede vivir en determinadas circunstancias, es el momento de ver quién da la cara y quién se arruga. El paso del tiempo ha demostrado que no es lo mismo jugar en La Romareda defendiendo al Real Zaragoza que hacerlo en cualquier otro contexto, ahora que Julio Velázquez ha puesto tan de moda esta palabra.

Aunque resulta complicado ver el vaso medio lleno, el equipo tiene ante el colista una oportunidad de lujo para reconciliarse con su afición y consigo mismo. Un buen triunfo daría algo de margen a Velázquez, calmaría a la grada y rellenaría algo las reservas de confianza de los jugadores. Pero para eso hace falta ganar. Y, a ser posible, ganar bien. 

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