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Real Zaragoza: Escribá se sube a La Romareda
El entrenador valenciano solo ha perdido un partido desde su llegada al banquillo del municipal. La fiabilidad mostrada este curso en casa, con pleno de victorias, es clave en el liderato zaragocista.
Una sola derrota en 17 partidos. Los números de Fran Escribá como local hablan por sí solos. El técnico valenciano ha sabido subirse al principal activo del Real Zaragoza –su gente– para convertir La Romareda en el fortín que todo equipo pretende, en un estadio que, varios años después, vuelve a asustar a los rivales que lo visitan.
El tres de tres logrado en el inicio de esta temporada no hace más que prolongar el buen hacer de la anterior. Desde la llegada de Fran Escribá al banquillo, tan solo el Deportivo Alavés -hace ya tres meses- ha sido capaz de imponerse en la capital aragonesa. El resto de compromisos se saldan con un notable balance de nueve victorias y siete empates.
Si para aspirar de verdad al ascenso hay que hacerse fuerte en casa, el Real Zaragoza ya ha dado el primer paso. Ha conseguido cerrar la sangría de puntos escapados, tan perjudicial en etapas pasadas y con distintos entrenadores.
Juan Carlos Carcedo, en el inicio de la campaña 2022-23, ofreció unos registros deficientes. En los siete choques que dirigió antes de ser destituido en el mes de noviembre, firmó dos triunfos, tres empates y dos derrotas, nueve puntos de 21 posibles que, acompañados de la inconsistencia demostrada lejos del municipal, no dieron para estar en la zona alta.
Y lo mismo ocurrió un año antes, en el curso completo (2021-22) que se le dio a Juan Ignacio Martínez ‘Jim’ después de que obrara el milagro de la salvación. El preparador alicantino consiguió siete victorias 10 empates y cuatro derrotas, y el Real Zaragoza acabó en tierra de nadie. Lejos del ‘play off’ y también del descenso que tan cerca se vio en la 2020-21.
El propio Juan Ignacio Martínez fue el salvador, con unas estadísticas en casa (siete victorias, tres empates y dos derrotas) que, echando la vista atrás, son las que más se aproximan a las que actualmente exhibe Fran Escribá.
Nada que ver con las de Rubén Baraja e Iván Martínez le dejaron como herencia. Tanto el Pipo como su sustituto solo fueron capaces de ganar uno de los encuentros (seis y tres respectivamente) que dirigieron al calor de La Romareda, de ahí que no extrañe la dramática situación en la que Jim se encontró aquel Real Zaragoza en la jornada 18 de liga.
Otras aspiraciones
Por suerte, los objetivos ahora son muy distintos. El inmejorable comienzo de la presente 2023-24 mantiene al conjunto aragonés como líder en solitario, en buena medida, por la referida fiabilidad demostrada en su hogar.
Una de las premisas marcadas en verano, cuando se dio a conocer el calendario, era sacar los dos primeros duelos en casa. Y se hizo. Se ganó al Villarreal B (2-0) y al Valladolid (1-0), antes de visitar al Tenerife (0-1) y regresar a La Romareda para sacar un último triunfo que ha disparado la ilusión de los aficionados.
La comunión entre la grada y los jugadores el pasado domingo fue total. En el estreno del récord histórico de abonados, el campo registró su mejor entrada en mucho tiempo y el equipo respondió con su tercera victoria consecutiva en casa, algo que no se daba desde hace año y medio (marzo de 2022).
El recién ascendido Eldense, acostumbrado a otro tipo de escenarios, comprobó lo que es La Romareda. La verdadera. La de las grandes ocasiones. La que Escribá está haciendo suya, sabedor del importante papel que, de aquí a final de temporada, va a jugar el apoyo de la grada.
La siguiente oportunidad de seguir creciendo en casa llegará el viernes 15 de septiembre (21.30), frente al Racing de Santander. Antes, el zaragocismo tiene otra parada en Cartagena, donde este próximo domingo (18.30), a pesar de los casi 600 kilómetros de distancia, puede haber una nutrida parroquia de seguidores.
