Los múltiples deberes del Real Zaragoza en La Coruña, según Alcaraz

El entrenador blanquillo asume la dificultad de ganar en campo del Deportivo y se marca el reto de mejorar los aspectos cruciales del juego de su equipo, algo aún por cuajar.

Lucas Alcaraz, en La Romareda al inicio del último ensayo del equipo antes de partir hacia La Coruña.
Los múltiples deberes del Real Zaragoza en La Coruña, según Alcaraz
Toni Galán

En las coordenadas por las que navega el Real Zaragoza a estas alturas de diciembre, apurado en la zona baja de la tabla, pocas cosas quedan por tratarse, por discutirse, por censurarse, por evaluarse, por contrastarse. La fotografía fija del momento es clara, nítida, con los colores, la textura, la definición y el enfoque bien trabajados desde cualquier prisma de análisis. Y es tiempo de hacer más que de decir. Son, los que vienen, partidos en los que demostrar, por encima de propósitos orales. Y ahí, Lucas Alcaraz, con la atribulación propia de estas circunstancias, no esconde los múltiples flancos a los que el entrenador del Real Zaragoza tiene que acudir de urgencia para intentar resolver el lío en el que vive el equipo hace tiempo.

"Cada partido que no ganas, el siguiente es cada vez más importante. Está claro. No podemos eludir la trascendencia de los resultados y la de los partidos que vamos a disputar. No hay quien pueda dar la espalda a eso", comenzó describiendo el granadino al inicio de su rueda de prensa previa al viaje a La Coruña.

"Me preocupa todo lo que no estamos siendo capaces de resolver por el momento. Y me ocupa todo", prosiguió su introspectiva narración, sincera, con gesto serio y responsable.

Alcaraz repasó, sin poder entrar en profundidades porque no son días para eso, los deberes principales que tiene que hacer el Real Zaragoza a partir del siguiente partido, el del domingo en Riazor (20.30) ante el Deportivo de La Coruña, el tercer clasificado. "El otro día, contra el Córdoba, creo que estuvimos cerca de ganar... pero no fuimos capaces. Incluso, al final, terminamos el partido con la sensación de que el empate peligraba. Tenemos que ser más resolutivos en los partidos. Si hubiéramos puesto el marcador de cara al principio, podíamos haber ganado. Es un cúmulo de circunstancias", citó el andaluz para enmarcar su análisis.

Su visión apriorística de cara al duro choque que aguarda en Galicia fue por estos derroteros: "Deberíamos mejorar en generar más ocasiones de gol. Y deberíamos también mejorar en la efectividad en convertirlas. El otro día contra el Córdoba tuvimos dos o tres claras. Y, sobre todo, hubo muchas ocasiones que podían haber acabado en ocasiones de gol. Pero siempre fallamos. Centramos 6 veces desde la derecha... Tenemos que generar más y ser más efectivos. Algunas, hay que meterlas", puntualizó respecto del mecanismo ofensivo del grupo.

Frente a los cordobeses, tras varias jornadas apostando por un sistema táctico de 5-3-2, con tres centrales y dos laterales largos, Alcaraz retornó al rombo de cabecera de la dirección deportiva desde el inicio del proyecto, el 4-4-2 que no funcionó desde tiempo antes de venir el granadino a relevar al despedido Idiakez. ¿Cuál será el que se vea en Riazor esta vez, ante un Dépor entrenado por Natxo González, el anterior preparador del Real Zaragoza que, por supuesto, juega con ese mismo rombo? "Hemos jugado con los dos sistemas... y seguiremos haciéndolo. A mí no me gusta asociar el sistema a los resultados. Pero el otro día, sí que es verdad que mantuvimos la portería a cero con el Córdoba y tuvimos 60 o 70 minutos muy buenos defensivamente, aunque en los últimos 10 o 15 se nos podía haber ido esa portería a cero con ese sistema. Son tantas cosas...", razonó con aire de lamento Alcaraz.

El entrenador zaragocista, en su 8º partido al frente del equipo y todavía buscando la solución mágica al jeroglífico, remató su boceto: "Intento fortalecer las cosas que se están haciendo bien. Y corregir las que se hacen mal. Pero, para coger la racha buena que hace falta, lo primero que hay que hacer es empezar... lo antes posible", recomendó (y se recomendó a sí mismo). Ese es el reto en uno de los estadios más complicados de la categoría, el del Deportivo de La Coruña, que viene de descender de Primera División y, por ello, cuenta con un presupuesto, un techo salarial y un perfil de jugadores que se escapa del alcance de la inmensa mayoría de la categoría.

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