El capitán y el origen del problema: "Las altas expectativas fueron un error"

Alberto Zapater, la sinceridad, el meter sin temor el dedo en la llaga, la asunción de responsabilidades sin tapujos, la franqueza de sus razonamientos... ¡qué suerte tiene el actual cuadro de mandos ejecutivo del Real Zaragoza de contar con un capitán de esta categoría humana y profesional! El ejeano, por enésima vez desde su retorno al club zaragozano hace ya dos años y medio, salió a la palestra este martes, en plena depresión blanquilla, cuando nadie tiene valor para dar la cara y contar media docena de cosas con sustancia públicamente. Y, en dos docenas de pinceladas certeras, trajo unos gramos de calma, de esperanza y puso unas buenas dosis de realismo al tremendo problema en el que se ha metido el equipo y, con él, la SAD, en una liga que camina por un sendero bien alejado a las previsiones iniciales.

A Zapater, en puertas de un partido dramático ante el Córdoba (penúltimo) el próximo domingo, de nuevo en La Romareda, se le preguntó por cómo esperan los futbolistas que sea el envoltorio de la afición, una vez se consumó el pasado viernes un nuevo fiasco con la derrota por 0-1 ante el Cádiz que ha metido al equipo por segunda vez en lo que va de torneo en puestos de descenso a Segunda B. La respueta fue cortita y al pie: "¿La Romareda? Está en nuestras manos darle la vuelta a esta situación. Somos los culpables de que la gente haya perdido un poco la ilusión", subrayó el capitán.

Tenía ganas de concretar cuál es, a su juicio, el origen del problema ambiental que se respira desde hace semanas en todo el zaragocismo. "Esto es así por unas expectativas muy altas que todos nos habíamos marcado después del año pasado. Creo que ahora tenemos que ser realistas y olvidarnos de eso. Seguramente fue un error. Que todos cometimos. Lo de pensar que íbamos a empezar muy bien este año. Y no es el primero, ni el segundo, ni el tercer año en Segunda División y todos conocemos esta categoría, la dificultad de ella", razonó con crudeza Zapater.

Y al hilo de esta acusación directa, el '21' blanquillo cerró su tesis con una recomendación: "Ahora hay que tener más humildad que nunca. Cada domingo es vital. A la gente de La Romareda, lo que le demos nos lo va a devolver. Poco más les podemos pedir. Esta situación la tenemos que salvar todos juntos", concluyó al respecto.