Entre los 12 minutos de rueda de prensa de Alberto Zapater, este martes en la Ciudad Deportiva, sobresalen algunos mensajes por su carga de profundidad y contundencia que tienen como destinatarios al resto de miembros de la plantilla, tal vez incluso a ámbitos anejos por su contenido más global. El capitán del equipo aragonés nunca da puntada sin hilo. Dice siempre lo imprescindible, lo necesario en cada momento y, además de eso, no deja pasar la oportunidad de dejar su sello, su marca personal con el escudo del león en el lacre.

Esta vez, el ejeano emitió varios pensamientos llenos de intención, repletos de ingredientes sustanciales para sus destinatarios. Nadie podrá decir desde este martes 4 de diciembre que no se les ha advertido, desde dentro mismo de la caseta, de los defectos y pecados capitales que son causantes de que el Real Zaragoza esté ahora mismo cuarto por la cola y pisando el fuego del descenso a Segunda B.

"En las circunstancias en las que estamos, no tenemos que estar pensando en uno mismo, en individualismos, en quien juega. Lo importante es ahora el bien común, el equipo", espetó Zapater cerca del corolario de su comparecencia. Una corta misiva que no necesita traducción, especialmente para algunos componentes del equipo. "No sé qué idea llevará el entrenador (de cara al partido contra el Córdoba), pero todo pasa también por los jugadores. Todos tenemos que dar más", abundó en el mismo sentido.

Y, asimismo, para limar, en la medida de lo posible, presión y trascendencia al ambiente en el que se van a disputar los próximos partidos del Real Zaragoza a consecuencia de su falta de oxígeno en la clasificación, Zapater lanzó otra filípica que llevaba guinda en su parte final: "Esta no es una situación nueva. Disfrutar del fútbol, ganar Balones de Oro o Champions League, son cuatro los que lo hacen cada año. Los demás, no. Lo que nos está pasando ahora a nosotros es lo que les sucede al 90 o 95 por ciento de los futbolistas, que atraviesan por estas situaciones. La mayoría de los equipos pasan por casos así. Por eso, el año pasado, cuando yo veía a chavales jóvenes disfrutar porque todo iba sobre ruedas (en la segunda vuelta) y era de color de rosa, yo quería que lo disfrutasen. Y yo no era partidario de salir con un megáfono después de ganar, porque sé que, en el fútbol, la delgada línea que separa eso del sufrimiento es muy fina", argumentó, en una clara alusión final a Pombo, que era quien en el curso precedente siempre agarraba el megáfono del fondo norte cuando el equipo salía tras las victorias al césped a celebrar el éxito con ese sector de la afición.

"En dos semanas que pierdes, te puedes meter en una dinámica como la que tenemos ahora. En la que sufres, en la que te cuesta ganar los partidos. Cuando salgamos de esta, ellos valorarán mucho más los puntos, el hecho de ganar y lo difícil que es esto", concluyó el de Ejea.