Pan para tres meses de inanición: el Real Zaragoza, obligado a ganar al Mallorca

El equipo aragonés solo ha vencido un partido esta temporada en casa, el primero al Majadahonda a mitad de agosto.

La plantilla del Real Zaragoza, en el entrenamiento de este viernes en la Ciudad Deportiva, a 24 horas de recibir al Mallorca.
Pan para tres meses de inanición: el Real Zaragoza, obligado a ganar al Mallorca
José Vidal

El Real Zaragoza afronta el partido de este sábado en La Romareda ante el Real Mallorca con una presión extra, al margen de la propia del caso, de la rutina competitiva de cualquier club: necesita los 3 puntos ante los baleares, además de para dar consistencia a la resurrección vivida el lunes pasado en Tarragona (donde ganó 1-3 para poner fin a una racha de 8 jornadas sin triunfos), para romper con una dinámica negativa y nociva que está arruinando su temporada como local, pues solo ha sido capaz de derrotar a un visitante en el estadio municipal zaragozano y de eso hace ya 3 largos meses. Fue el 18 de agosto, al Rayo Majadahonda, en la primera jornada liguera, por 2-1.

Lleva, pues, un trimestre entero el equipo blanquillo sin saber ni poder dar una alegría a su multitudinaria afición, la más numerosa de la actual Segunda División española, con más de 27.000 abonados. Tras aquel esperanzador comienzo de curso, en pleno verano, todo han sido soponcios. Derrotas ante el Lugo y el Granada, ambas por 0-2 (con los granadinos, hace solo dos semanas, en la última comparecencia como anfitriones). Y empates con Las Palmas, Osasuna y Tenerife (los tres 1-1).

En el tiempo que une los días de la Virgen de Agosto con esta segunda quincena de noviembre, La Romareda ha sido jauja para quienes han venido a jugar aquí. Un chollo donde, como mínimo, todos se han llevado un punto y han dejado a los zaragocistas con unas mermas tremendas en sus rentas. Hasta 12 puntos han sido incapaces de sujetar los muchachos del Real Zaragoza en su papel de locales. Una sangría que la clasificación denuncia y que, a largo plazo, de no surgir una reconducción drástica de esa mala solvencia manifiesta, es indicio de un evidente incumplimiento de los objetivos planteados al principio de la competición.

Este es el valor añadido que presenta para el Real Zaragoza su enfrentamiento de este sábado ante los mallorquines. Ganar es un mandamiento inexcusable cuando se parte de la 16ª posición y las estrecheces en la tabla son fuertes y han derivado en cuestiones mayores, como la destitución del primer entrenador del curso (Idiakez), la lentitud en el relanzamiento de equipo por parte de sus sustituto (Alcaraz, que perdió sus dos partidos al frente del grupo y tuvo que esperar a su tercer capítulo como técnico para conseguir un éxito) y, sobre todo, el hecho de haber pisado durante una dura semana los cuatro puestos de descenso a Segunda B con un susto morrocotudo en todo el entramado del club.

Pero, con un plano de análisis más cercano, más enfocado en el envoltorio concreto de este Real Zaragoza-Real Mallorca de dentro de unas horas, ganar es la única forma de no seguir aumentando la horquilla de días en los que la afición zaragocista no disfruta en su localidad de una victoria de los suyos, una aspiración legítima cada año, la de marcharse a casa tras cada partido en La Romareda con la satisfacción de haber superado al visitante de turno. La gente tiene hambre de triunfos. Es duro mirar para atrás y ver que, uno tras otro, Granada, Tenerife, Lugo, Osasuna y Las Palmas fueron pasando por el coliseo zaragozano dejando, unos más y otros menos, en evidencia la falta de eficacia del Real Zaragoza.

Tras el agradable 1-3 de Tarragona, que ha devuelto oxígeno y pulso a un catatónico Zaragoza antes de ese choque en el Nou Estadi tarraconense del otro día y ha aliviado sensiblemente la sensación de vértigos y miedos que se instaló sin remedio en todos los poros del zaragocismo, la perentoria reacción hacia zonas más estables y calmadas de la clasificación requiere continuidad. Otra victoria seguida. Ir añadiendo eslabones a la cadena reactiva hasta poder compensar, con un tiempo prudencial de por medio, el perjuicio que han generado los dos meses sin sumar de 3 en 3 que se dieron entre la 4ª y la 13ª jornada. Un marco temporal que, con el Real Zaragoza como titular de La Romareda, se agranda a tres meses de inanición que obliga a llevarse ya algo consistente a la boca: ser superiores a los mallorquines y dormir el sábado por la noche con 3 puntos más.

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