El Nástic-Real Zaragoza de hace 3 meses en verano, obsoleto e inútil

José Antonio Gordillo e Imanol Idiakez, los entrenadores del bolo estival, han sido destituidos. Maikel Mesa, autor del 1-0 final ese día, juega en Las Palmas. Es la volatilidad del fútbol en pura esencia.

Idiakez, junto a sus ayudantes Gibanel y Orozco, el pasado julio en el banquillo del Nou Estadi de Tarragona en el amistoso de verano jugado allí. Superpuesto, José Antonio Gordillo, entonces técnico del Nástic, ahora ya historia tras ser despedido.
El Nástic-Real Zaragoza de hace 3 meses en verano, obsoleto e inútil
Dani Marzo/Diarimes

Uno va a jugar un bolo de verano el 28 de julio a un estadio concreto frente a un rival habitual, el calendario de la liga pone ese mismo partido ubicado en la tempranera jornada 13ª y, de repente, ya nada es igual y todo, en ambos equipos, se ha dado la vuelta como un calcetín. Es lo que sucede con el duelo Gimnástic de Tarragona-Real Zaragoza de este lunes, que pondrá fin a la décimotercera fecha liguera en el Nou Estadi del club catalán a las 21.00. Un partido que, en la última década, tiene siempre versión de verano, en modo amistoso de playa y fiesta, de manga corta y turisteo, y algo más tarde, con la liga en marcha, una cara B mucho más trascendente, ya con puntos en juego, con abrigo, nervios y mayor enjundia en el enfrentamiento.

Esta vez, el devenir de los acontecimientos sirve para ver lo volátil y efímero que es el fútbol moderno. Para que nadie se atreva a lanzar maximalismos al aire porque, quizá, en breve tiempo queden convertidos en papel mojado, en algo desechable. Y es que, del Nástic-Real Zaragoza de preparación de pretemporada, jugado en la noche del 28 de julio, al de liga que va a tener lugar entre los mismos contendientes el 12 de noviembre en el mismo foro, han mutado ya aspectos cruciales que convierten el reciente antecedente en algo obsoleto, caducado, inservible, inútil en cualquier referencia que se desee hacer.

José Antonio Gordillo era el entrenador de los tarraconenses. Imanol Idiakez el técnico de los zaragocistas. Ambos han sido ya despedidos a estas tempranas alturas del curso. No existen hace un tiempo en el día a día de cada entidad, de cada vestuario. En verano, ambos se saludaron antes del amistoso, charlaron afablemente de sus ilusiones y sus retos, de lo que aún restaba de precampaña (que era mucho). Ahora, ninguno de los dos está citado este lunes otoñal en el campo de Tarragona porque su presente está ya en otras cosas, lejos del Nástic y del Real Zaragoza. Sus sueños, sus aspiraciones, sus iniciativas, quedaron arruinadas por los malos pasos de sus respectivos equipos en el inicio de la liga de Segunda División. Gordillo salió disparado enseguida, pues el Nástic prácticamente ha vivido en la cola todo el tiempo (ahora es el colista). Idiakez lo fue hace 15 días por una racha negra que ha llevado al Zaragoza a puestos de descenso a Segunda B, algo inaudito a estas alturas.

Pero es que, en aquel bolo de julio, el Nástic ganó 1-0 a un deslavazado Zaragoza con un tanto de... Maikel Mesa, mediapunta que poco después sería fichado por la UD Las Palmas. Es decir, que el principal protagonista sobre el césped del amistoso de hace 3 meses y medio, tampoco estará esta vez en la liga. Como tampoco lo hará el portero macedonio Dimitrievski, que fue traspasado al Rayo Vallecano días después de enfrentarse en verano a los zaragozanos. En las filas blanquillas, aquella velada de verano la vivió aún Alfaro como jugador de Idiakez, antes de ser finiquitado y salir rumbo al Murcia. O Medina, ahora destarifado en los planes técnicos y esa noche titular en Tarragona, donde también jugó el filial Torras o el ahora lesionado Clemente, piezas que difícilmente se volverán a apreciar sobre la hierba del campo catalán.

Cuestiones puntuales, en forma de lesión, alejan de la escena también a los locales Uche y Arzo (dos exzaragocistas, por cierto) y a los visitantes GrippoBuff, junto al expulsado Benito. Total, que el partido de finales de julio, en el mismo lugar y con los mismos equipos, ha quedado prácticamente desnaturalizado y devaluado en grado extremo en tan solo 3 meses y unos días. Parece la historia de algo lejanísimo, como si se tratara de otra temporada distinta (Gordillo, Idiakez, Maikel Mesa, Dimitrievski, Alfaro...).

Ahora, Nástic y Zaragoza llegan a este envite bajo las batutas de Enrique Martín Monreal y Lucas Alcaraz. Último y cuarto por la cola, respectivamente. Con gente que en julio no asomaba aún en sus alineaciones por pura imposibilidad: Gual o Álvaro Vázquez (ahora blanquillo, el año anterior en Tarragona) no habían fichado todavía por los zaragocistas; o Albentosa y Cadamuro, a los que el Nástic aún no había contratado por entonces.

La vida les va muy deprisa a los dos contendientes este año. Mal que les pese, pues eso en el fútbol del siglo XXI es siempre sinónimo de errores, fracasos y rectificaciones inmediatas sobre la marcha. Por esto, precisamente, hay tantas modificaciones en noviembre respecto del partido de preparación que ambos dirimieron en julio. Desde entonces hasta hoy hay un trimestre de pifias tremendas en Tarragona y Zaragoza. Echar un vistazo a la tabla clasificatoria denuncia tal efecto. Obvio.

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