fútbol

La SD Huesca, ante el cometido de rellenar el depósito de la moral

Las derrotas frente al Racing de Ferrol (2-1) y Real Zaragoza (1-2) frenan en seco una dinámica que parecía conducir llanamente hacia la salvación. Por delante, seis encuentros para sellar la permanencia.

Los futbolistas de la SD Huesca, celebrando el 1-0 frente al Real Zaragoza en El Alcoraz.
Los futbolistas de la SD Huesca, celebrando el 1-0 frente al Real Zaragoza en El Alcoraz.
Verónica Lacasa

Después de firmar la segunda racha de partidos consecutivos sin perder más duradera en toda la historia del club -once encuentros invicto-, la SD Huesca tiene por delante seis exámenes de elevada dificultad para lograr la ansiada permanencia.

Para ello, deberá recargarse de confianza y moral después de sufrir un contraste de resultados que, después de una extraordinaria racha, acostumbra a tener consecuencias más allá de los futbolístico. Especialmente, por aquello de bajar de las nubes y caer al suelo de golpe y porrazo. Así pues, uno de los retos de Antonio Hidalgo será el de mantener a sus jugadores al margen de las inseguridades para insuflarles tranquilidad, fe y determinación en los dos meses que restan de competición.

Una confianza que puede verse afectada a causa de las dos últimas derrotas (2-1 frente al Racing de Ferrol y 1-2 ante el Real Zaragoza), que han desembocado en una situación que difiere por completo con la que se vivía hace un par de semanas, cuando se acumulaban once encuentros consecutivos sin conocer la derrota. Pero aquella dinámica, que se alargó durante dos meses y medio, ya es historia, y los futbolistas de Antonio Hidalgo, además de aferrarse a su fortaleza defensiva y demás puntos fuertes, tienen el trabajo extra de volver a creer en sí mismos para mostrarse superiores a sus rivales gracias al juego que estaban desplegando.

Naturalmente, tarde o pronto iba a llegar un momento de dificultad para el cuadro azulgrana, que debe levantar la cabeza y seguir confiando en la apuesta que le ha hecho abandonar la zozobra del descenso para plantarse fuera del mismo durante más de diez semanas consecutivas. Restan seis compromisos para cumplimentar con la permanencia en Segunda División. Nadie dijo que fuera fácil. Menos, todavía, teniendo en cuenta el complicado calendario que le espera al cuadro de Hidalgo. Para ello, será necesario que el conjunto vuelva a mostrar las señas de identidad que ha sabido exhibir hasta hace un par de semanas.

Carácter e identidad, especialmente, en la defensa como bloque, en una solidez que llegó a traducirse en ocho encuentros consecutivos manteniendo la portería a cero. Un equipo que, ciertamente, ha aumentado sus galones cuando dispone del balón, con el que está siendo más incisivo últimamente.

Sin pasar por alto la recuperación del olfato goleador y la mejora colectiva de un conjunto al que cada vez costaba más hacerle daño, y que ha demostrado madurar paulatinamente conforme avanzaba la temporada. Todo ello, sumado a una plena confianza en la idea y a lo que se invente Hidalgo, como el juego directo -contranatura- que se mostró en Ferrol con innegable éxito, puede ser lo que rebaje las pulsaciones del aficionado de la SD Huesca que cavile con el descenso a los infiernos.

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