El alpinista aragonés Javier Camacho recopila 25 años de fotos de montaña: "Cada vez que las veo, vuelvo a subir"

El zaragozano presenta este lunes en la capital aragonesa su libro 'Mountain Dreams', con más de 200 fotografías de su vida en la montaña. 

Javier Camacho
Una de las fotografías del libro 'Mountain Dreams'
Javier Camacho

El alpinista aragonés Javier Camacho presenta en su tierra el que probablemente sea su proyecto más personal. Nacido en 1971 en Zaragoza, lleva más de 30 años dedicando sus esfuerzos a sus dos grandes pasiones: la montaña y la fotografía. Ha coronado cimas de todo el planeta, solo o acompañado, con o sin oxígeno, con algunos imprevistos o tal y como estaba planeado, pero siempre consiguiendo un estado de felicidad plena al llegar a lo más alto. 

Este lunes presenta en el Paraninfo (19.00) su libro 'Mountain Dreams', una recopilación de 25 años de fotografía de montaña. ¿Cómo se captura una vida en imágenes?Todo empezó con ocho años cuando empecé a subir montañas. Mi primer 'tresmil' fue Los Astazus del Pirineo Aragonés y desde ese momento ya llevaba una cámara de fotos conmigo. En aquellas primeras excursiones, lo que buscaba era dejar un testimonio de la cumbre y un recuerdo de lo que se veía desde arriba. Después, empecé a soñar con subir montañas más altas, como los Alpes o los Andes, y allí la fotografía ya tomaba un papel más importante. Intentaba que esos regalos que me daba la naturaleza, pudiera dárselos también a los demás o mostrar sitios que mucha gente no va a poder visitar nunca. Y esta es la historia de mi libro, una manera de intentar recopilar todas esas imágenes que he tomado durante más de 25 años en cadenas montañosas de todo el planeta. 

¿Cómo surgió esta pasión por la fotografía?Por querer guardar recuerdos. La fotografía te permite coleccionar todos esos instantes que la vida te ha dado y que de otra manera se irían perdiendo. Si tú algo que has visto lo guardas en una fotografía, queda para siempre contigo. Yo puedo volver a recordar aquella Vía Láctea sobre el Everest con los alpinistas subiendo, un amanecer, un atardecer en la montaña, y cada vez que las veo, vuelvo a subir otra vez.

Javier Camacho
La Cresta Cimera de los Picos Infiernos en los Pirineos
Instagram / @javier_camacho_gimeno

Es alpinista de Montañeros de Aragón y en sus expediciones no se separa de la cámara...Así es, para mi la fotografía como pasión va unida a la montaña. Yo no subo montañas porque me gustan los deportes de aventura, sino porque me gusta lo que se ve desde ahí, ese paisaje tan simple, tan bonito, tan lejano y tan puro. Además, gracias a los concursos de fotografía a los que me presento, obtengo una fuente de ingresos pequeña como para seguir viajando y haciendo montaña. Entonces, la fotografía es tan importante como la propia montaña.

¿La fotografía es su única fuente de ingresos?No, yo tengo mi trabajo propio. Para mí la fotografía y la montaña son solo hobbies. Además, hoy en día, vivir de la fotografía o de la montaña es prácticamente imposible porque es algo que no está muy reconocido en nuestro país. Yo siempre quise que estas dos cosas fueran una pasión y que no se enturbiaran.

"El hecho de querer obtener ciertas imágenes, me ha llevado a hacer esfuerzos grandes"

¿Recuerda la primera foto que capturó?De aquellas primeras cumbres que hice cuando era pequeño, en el Valle de Pineta, en Los Astazu. Recuerdo que hacía fotos muy mediocres que solo enseñaban una ensalada de un montón de montañas que se veían hasta donde me llegaba la vista. Eran cosas muy simples, pero que me traen muchos recuerdos.

Si tuviera que quedarse con una, ¿cuál sería?Yo creo que me quedaría con una fotografía del Alpamayo -una montaña de la cordillera de Los Andes- con la que he ganado bastantes concursos. La imagen es como un rombo y está surcada por un montón de canales, con sombras y luces muy bonitas. Para muchos es la montaña más bonita del planeta y para mí, posiblemente también.

La fotografía del Alpamayo capturada por Javier Camacho
La fotografía del Alpamayo capturada por Javier Camacho
Instagram/ javier_camacho_gimeno

¿Qué es lo más importante para usted a la hora de sacar una buena fotografía?Que te apasione lo que estás haciendo y que lo hagas porque te gusta, porque si no te vas a frustrar o vas a creer que estás perdiendo el tiempo. Yo utilizo la fotografía como una excusa para salir a descubrir paisajes. Al final, el hecho de querer obtener ciertas imágenes, me ha llevado a hacer esfuerzos grandes por ir a sitios muy bonitos. Esto me ha permitido también tomar fotos y conocer a la gente de abajo.

Habla de fotografiar a la gente de abajo...Sí, una de las cosas bonitas que tiene subir montañas es conocer la gente que vive alrededor, su cultura, su religión. En los reportajes que hago busco mostrar, además del paisaje y de la montaña, la gente que vive alrededor y cómo viven. Normalmente, esta fotografía social la hago en blanco y negro porque dramatiza un poco la situación para centrarte en la actividad y en el esfuerzo.

Ha ganado más de 200 distinciones fotográficas a lo largo de toda su carrera. Sí, llevo muchos años presentándome a concursos porque era uno de los pocos recursos que tenía para poder sufragarme los gastos de los viajes. Así, he obtenido premios en concursos internacionales o nacionales como el Memorial María Luisa o el MontPhoto. 

Javier Camacho
Javier Camacho en el Everest desde el campo 4 a 8.000 metros
Javier Camacho

¿Cuál fue su expedición más especial?Es muy complicado elegir porque hemos estado en muchos sitios muy bonitos, pero una de las que considero que tiene más valor, principalmente por la forma en la que lo hice, fue la cumbre del Lhotse -la cuarta montaña más alta del planeta con 8.516 metros-. La subí solo y sin utilizar oxígeno artificial. Además, conseguí hacerla tres años después de intentarlo por primera vez en 2015. Aquella vez me pilló el terremoto de Nepal, en el campo base del Everest y del Lhotse, cuando iba a comenzar a subir. Allí, debido a una avalancha gigante, murieron 23 personas y pensé que me iba a quedar ahí también.  

"Usar oxígeno en el Everest me dejó un mal sabor de boca porque al utilizarlo, no estás a la altura que tiene la montaña"

Aún así, después de esta experiencia, decidió subir el Lhotse solo.Sí, pero al final hay más gente alrededor. Vas tú solo y eres el responsable de todo, pero hay más personas. Encontrar un compañero de expedición con el que ir es muy difícil por el coste económico y por el tiempo que tienes que estar fuera de casa. Pero aún así, la mayoría de veces las he hecho con algún compañero. 

¿Considera que el Everest ha sido su mayor hito?Bueno… mi intención era subir también el Everest sin utilizar oxígeno artificial, como todos los 'ochomiles' en los que he estado, pero al final los problemas de salud me obligaron a tener que utilizarlo. Mi intención era lo contrario. Al final, el hecho de tener que usarlo te dice que lo que has hecho no es lo que buscabas en un principio y que si subes el Everest con oxígeno, pues no has estado a la altura que tiene la montaña. Si tú utilizas oxígeno no estás a 8.848 metros, estás a lo mejor a 7.000 dependiendo de la cantidad de botellas que utilices. Entonces, te deja un mal sabor de boca en el sentido de que no has subido por ti mismo, ¿no? Pese a ello es muy bonito, porque no dejas de estar en el punto más alto del planeta.

¿El libro es su proyecto más personal?Yo creo que sí, porque al final no deja de ser una recopilación de fotografías de los momentos más hermosos, de todos los viajes y de mi pasión por la montaña. Además, es algo muy propio, muy tuyo, que te trae muchos recuerdos de experiencias que han acontecido durante media vida.

Hemos hablado de pasado, pero, ¿cómo se ve Javier Camacho en un futuro?Me gustaría seguir haciendo lo mismo que estoy haciendo ahora. Aunque también es cierto que conforme pasa el tiempo y uno se va haciendo más mayor, sus expectativas bajan un poco. No sé si podré volver a subir un 'ochomil', entonces hay que buscar otras montañas, otros sitios que también son muy hermosos, aunque con un sacrificio menor. Como dice el título de mi libro, hay que seguir soñando ya sea con 'ochomiles' o 'sietemiles', con culturas, religiones personas o entornos nuevos, eso sí, todo relacionado con la montaña.

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