ciclismo
Duelo con la lluvia, el barro y el viento en el arranque de la Far West de Calatayud
Sergio Mantecón se adjudica con autoridad la etapa UCI, marcada por la climatología, por delante de Marek Rauchfuss y de Tiago Ferreira.
Lejos del calor abrasador y el sol de justicia que se retratan en tantas y tantas películas del oeste americano, los cerca de 600 participantes de la carrera ciclista de montaña Far West Race de Calatayud se han enfrentado este sábado por la mañana, en el arranque de la prueba, a una climatología igualmente adversa, pero totalmente opuesta: lluvia a la que se ha unido el viento. A pesar de todo ello, tanto competidores como el público han respondido: los primeros por el esfuerzo y los segundos por el apoyo. Así, la victoria en este primero de los dos envites se la adjudicaba Sergio Mantecón, del Scott Cala Bandida.
El santanderino, un habitual ya de las pruebas BTT que acoge el territorio bilbilitano, ha dominado la prueba casi de principio a fin. Tomaba la delantera al dejar el recinto ferial de Claretianos, donde se ubica la salida y la meta de la prueba, pero era el vigente campeón, Mark Rauchfuss, del Ceska Sporitelna, el que se llevaba el primer punto de control, clavando los mismos tiempos. Antes de la salida, demorada una hora, el checo reconocía que en esta, su tercera visita, la veía "más difícil, por el tiempo". "Es mi primera carrera de este año y veré cómo estoy yo y el resto", confesaba.
En los siguientes, Mantecón imponía su pericia para lidiar con el terreno embarrado y llegar el primero hasta el final -con dos minutos de ventaja- donde de nuevo el público vitoreaba a los participantes. Al tercer cajón del podio se aupaba el campeón del Mundo y de Europa Tiago Ferreira, del Vouzela BH, a una distancia de poco menos de un minuto. En la cuarta plaza, a rueda del portugués, entraba el orensano Pablo Rodríguez, del Buff Megamo, por delante de otro de los favoritos, el ruso Alexei Medvedev, del DMT italiano.
En cuanto a la nota aragonesa, el alcañizano Jorge Lamiel, del Soria Oxígeno Puro, que el año pasado acabó tercero de la general, era el séptimo mejor posicionado, por detrás del neerlandés Wim de Bruin. En categoría femenina, la catalana Txell Figueras, del Cannondale Vas Arabay, se imponía con bastante holgura -cerca de 10 minutos- a la actual campeona, la checa Karla Karla Löffelmann Stepanova, y por delante de Marta Torà, del Protour Barcelona. Las posiciones finales de la prueba se disputarán mañana.
Toda la parrilla se enfrentaba a un terreno muy complicado por las lluvias de la madrugada, lo que no deslucía la espectacularidad de un entorno que en algunos puntos se asemeja a ese lejano oeste americano, con formaciones erosionadas por la lluvia y el viento y de colores rojizos. el Espatarrao, la subida de la Aventadora, la Cruz de Armantes y el Mirador de los Castillos daban cuenta del espectáculo. En cuanto al tramo urbano de la etapa, era sin duda la subida a la ermita de San Roque.
Allí, en uno de los puntos más emblemáticos, con la colaboración de Interpeñas y de la Cofradía del santo, los participantes eran animados por aplausos, gritos y la música de una charanga. Además, la Cofradía se encargaba de repartir chocolate al público para suavizar las rachas de viento del último tramo de la mañana. "Las previsiones meteorológicas no eran tan malas y hemos tenido que hacer un esfuerzo enorme para que todo saliera bien", reconocía Jorge Palacios, portavoz de la organización.
"A las cinco de la mañana hemos salido a revisar los recorridos, con coches, motos y bicis y hemos podido evitar los tramos más conflictivos suprimiendo unos ocho kilómetros. Hemos enviado los cambios a los participantes y hemos conseguido los permisos", apuntaba el representante de Interclubes Calatayud (Inca), la unión de equipos de Calatayud y Ateca que ha capitaneado la cita.
Como balance de este primer asalto, Palacios incidía en que "la gente sabemos que se ha quedado con un buen sabor de boca".
