El pádel como fenómeno social

Aragón ha duplicado el número de licencias en la última década. Es un deporte divertido, que fomenta las relaciones.

Torneo solidario del colegio Rosa Molas.
Torneo solidario del colegio Rosa Molas.
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Todos hablan del pádel. El amigo, el vecino, el de la tienda… Todos tienen una partida pendiente o quieren probar un deporte que no encuentra su techo. Que sigue creciendo y creciendo, avanzando y avanzando, sin que nadie se atreva a pronosticar cuándo puede llegar su cuesta abajo.

Parece que estamos en los 2000, cuando José María Aznar lo popularizó, y no. Han pasado ya dos décadas de aquello, y los expertos aseguran que el auge continúa siendo similar al de entonces. Al de la época en que muchos lo consideraron una modalidad de "de pijos" y otros -reconocen- se engancharon.

Es el caso de Rafael Bes, actual presidente de la Federación Aragonesa y monitor desde 2002. Una de las primeras personas que se tomó esto en serio en Zaragoza, ciudad que después se vio beneficiada por el ‘boom’ de las hermanas Sánchez Alayato hasta convertirse en referencia nacional.

Bes accedió a la presidencia en 2016, cuando la Comunidad sumaba alrededor de 2.800 licencias, y ahora son más de 4.500 personas (prácticamente el doble) las que están federadas. Desarrollo que sitúa al pádel en el ‘top 5’, ranquin que, lógicamente, mejoraría si se tuviese en cuenta el número de practicantes en lugar de los registrados.

Y es que, aunque antes se jugaba fundamentalmente a un nivel avanzado, ahora se ha disparado el número de personas que se están iniciando o que tienen el pádel como segundo deporte, como ‘hobbie’ semanal.

"Un buen termómetro es el número de pistas que hay actualmente en la ciudad, y que no deja de aumentar", explica Bes, recordando que todos los clubes deportivos de Zaragoza -Helios, Stadium Casablanca, Stadium Venecia, Miralbueno-El Olivar, Tiro de Pichón- ya cuentan con su propia sección de pádel.

Además, están los clubes específicos -y privados- como Pádel Zaragoza, Pádel Plaza, Urban Sport o Regal, y las instalaciones municipales del Actur, Almozara, Delicias-Bombarda, Gran Vía, Alberto Maestro, La Granja, Torrero y Valdefierro, así como las de los barrios de Santa Isabel y San Juan de Mozarrifar.

"Cada vez es más complicado encontrar huecos libres. Hay que tener en cuenta que el pádel es un deporte social: no exige habilidades especiales ni un estado de forma óptimo y, además, adictivo y sin límite de edad", añade el presidente de la federación, destacando el "vínculo" que se puede crear entre quienes lo practican.

Los propios clubes permiten efectuar reservas a través de internet. Y también existen grupos de Whatsapp y plataformas (Playtomic) que permiten encontrar compañeros en función del nivel. Herramientas que han conseguido conectar una comunidad de jugadores diversa.

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