'El problema de los 3 cuerpos', a la búsqueda de un nuevo pelotazo

Irrumpe en escena la nueva serie de los creadores de 'Juego de tronos', basada en otra saga 'bestseller', que da pie a múltiples teorías

El problema de los 3 cuerpos
El problema de los 3 cuerpos
Netflix

El problema de los 3 cuerpos no tiene solución. La teoría de los 3 capítulos, quizás tampoco. Viene siendo un problema, sobre el que aquí se teoriza, una frase extendida entre algunos, demasiados, seriéfilos irredentos: "Aguanta porque a partir del tercer episodio te engancha sin remedio". Algunas grandes apuestas serializadas en streaming arrancan bailando con un ritmo moroso y no atrapan al espectador hasta la tercera entrega, o más, de su primera temporada. No siempre merece la pena el sacrificio. No todo el mundo llega, y no es una obligación, máxime si no se estrena la serie del tirón. Disney + se dio cuenta con 'Andor', derivada de 'Star Wars'. Crecía y crecía pero no mostraba su interés real hasta el final del tercer episodio, de ahí que se lanzasen tres piezas del tirón. Con 'El problema de los 3 cuerpos' viene a pasar parecido, aunque su sesión inicial está disponible al completo en Netflix. Cuesta entrar en esta historia de ciencia-ficción liderada por David Benioff y D. B. Weiss como showrunners, los mismos que arrasaron con 'Juego de tronos', aunque destrozaran, para muchas mentes críticas, las novelas de partida. Ahora se basan en otro hit literario, buscando un nuevo pelotazo, escrito por el ingeniero informático y juntaletras Liu Cixin, cuya publicación se inició en 2006.

El problema de los 3 cuerpos no tiene solución, como anticipábamos. Habla de mecánica orbital y el dilema plantea lo difícil que es predecir el movimiento de tres cuerpos celestes que pertenecen a un mismo sistema. Cuestión de gravedad. Al incluir un tercer objeto, se genera el caos y la destrucción. Los protagonistas de la serie son científicos que intentan comprender algunos fenómenos extraños que suceden en su día a día. Algunos reciben como obsequio, sin remite, un extraño casco dorado que les permite entrar en un videojuego donde todo parece real. Al solucionar las cuestiones que plantean los diferentes niveles, van conociendo la realidad de un planeta inestable, San-Ti, que tiene un sistema solar de tres soles que fluctúa dando pie a épocas de equilibrio o desestabilización.

En torno a esta idea se teje un relato con un reparto coral, diverso e internacional. Varios personajes, con diferentes características, físicos, teóricos y agentes de algo, se entrecruzan, enfrentándose a una amenaza que no asoma realmente la patita hasta la conclusión de, es fácil adivinarlo, el tercer episodio de un total de ocho entregas que dejan varias puertas abiertas en el gran clímax de la temporada, interpretada por Eiza González, Benedict Wong, Jess Wong, Rosalind Chao, Jonathan Pryce...

'El problema de los 3 cuerpos', la serie, tampoco tiene solución, porque enseguida deja entrever su esquema, extendido en las series que buscan el éxito actualmente en Netflix. La fórmula consiste en el citado casting multicultural, algunos flash-backs, variedad notable de localizaciones y continuos giros, cliffhangers incluidos al finalizar cada capítulo. Una plantilla conocida que no siempre funciona como debiera. Aquí hay información densa, un gran problema para llegar al gran público, y las escenas espectaculares que prometían las imágenes de avance son escasas, salvo cuando los protagonistas se emplean a fondo con las gafas de tecnología futurista y los juegos inmersivos. El quinto episodio rompe esquemas, con una secuencia brutal, de la cual hablaremos más adelante, pero la sensación que transmite esta producción de altura es que ocho episodios son muchos para sembrar la semilla de una épica que está por llegar. La audaz propuesta crece, llega por fin ese enganche esperado, una vez los ingredientes están sobre la mesa, pero son ultraprocesados.

El texto de partida se simplifica, inevitablemente, y se van acelerando los acontecimientos a medida que se aproxima la "season finale" que dará pie a incontables artículos y videos en YouTube con la odiosa etiqueta de "final explicado". Por cierto, el libro multiventas de Liu Cixin, el primero de la trilogía titulada 'El recuerdo del pasado de la Tierra', cuenta con una versión china que puede verse de manera gratuita, si queremos más y una interpretación más fidedigna. Consta de una treintena de entregas en torno a 40 minutos de duración por pieza. Está en Viki, la plataforma de series asiáticas de Rakuten que no pide al usuario el número de tarjeta de crédito para la suscripción.

Una serie que requiere concentración

'El problema de los 3 cuerpos' requiere de cierta concentración por parte del espectador. No es una serie que puede elegirse como ruido de fondo mientras hacemos otras cosas, como "tuitear" o mirar vídeos de TikTok. Los desafíos científicos a los que se enfrentan los protagonistas requieren nuestra atención. Para hablar de algunos puntos fuertes de la serie, es inevitable destriparla un poco. En el citado tercer episodio, donde se arroja luz sobre lo que acontece, se confirma un dato que probablemente ya imaginábamos como espectador activo: la humanidad está en peligro porque está en camino una invasión extraterrestre. Precisamente una buena baza de esta adaptación es que acaba su primear temporada sin que conozcamos el aspecto físico del ultimátum que viene del espacio exterior. Los alienígenas son una incógnita en este sentido. Es como 'V' pero elevada al cubo. ¿Se mostrarán como son en la continuación? Además, sus intenciones quedan claras a medida que avanza la acción. Los humanos son mentirosos, luego convivir con ellos no es una opción.

Benioff y Weiss ya han adelantado que necesitarán por lo menos cuatro temporadas para adaptar el material escrito. Si la serie funciona por encima de las expectativas, estirarán el chicle como ya hicieran en 'Juego de tronos'. De momento, el número de visionados no llama la atención, aunque las críticas son positivas en un gran tanto por ciento. No hay grandes batallas a las que esperar preparando el terreno. En la quinta entrega hay una secuencia escalofriante que debería haber aparecido antes -qué terrible es el prólogo del primer capítulo, por cierto-. Violencia explícita a la hora de representar los daños colaterales cuando se pone freno a la posible invasión, que tardará siglos en llegar a nuestro plantea. Un barco es troceado como una salchicha con afilados filamentos de nanofibra, dando lugar a algunas imágenes tan estremecedoras como espectaculares. El paralelismo con algunos hechos trágicos de actualidad es inexcusable. Estamos en guerra.

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