Así está el entorno del puerto de Vadorrey de Zaragoza: grafitis, cristales rotos y problemas con el botellón
Los colectivos llevan años reclamando un proyecto de ampliación y mejora de las instalaciones.
El entorno del puerto de Vadorrey sigue degradándose como consecuencia del vandalismo. A los grafitis y cristales rotos se unen los problemas habituales con el botellón. “Intentamos disuadir, pero no hay forma. Lo hemos puesto en conocimiento tanto del Ayuntamiento como de la Policía Local”, explican los deportistas consultados.
La imagen actual, marcada por los efectos de la bajada de las compuertas del azud, dista mucho de la habitual. “Normalmente hay mucha vida. La Policía suele pasar a menudo, pero cuando ven que no hay nadie, los delincuentes se aprovechan. Estamos siempre con la lucha”, añaden.
A raíz de los episodios vividos en 2022 -cuando los vándalos llegaron a sabotear varias embarcaciones, llegando a arrancar el motor de una de ellas y a dañar dos de las falúas de la asociación Iberflumen, con el consiguiente mazazo “económico y anímico” para sus socios- se llegó a valorar la posibilidad de instalar cámaras para reforzar la seguridad del entorno. “Pero se nos dijo que, por ley, no era posible salvo que las pusiese la Policía. Se pidió, pero se denegó por cuestiones de privacidad”, lamentan.
La lucha contra los grafitis se da ya por perdida, ya que si se borran no tardan en ‘reaparecer’. Desde Iberflumen llevan años reclamando un revulsivo para esta zona. “Hace dos, todos los deportistas con sede en la instalación del puerto presentamos un proyecto de ampliación de los hangares. El mayor problema, en todo caso, radica en la dársena, sus lodos y la invasión de los juncos, que no solo bloquean la bocana sino que representan un peligro”, señala su presidente, Pablo Polo.
Cree, asimismo, que si las tareas de mantenimiento se alargan hasta principios de mayo como indican desde el Ayuntamiento podría producirse un “importante” daño a la fauna y haber “consecuencias sanitarias” por la presencia de mosquitos.
