sucesos

Los vándalos agujerean, hunden y roban barcas de madrugada en el puerto fluvial de Vadorrey

Los delincuentes arrancaron el motor de una embarcación y se lo llevaron en otra que terminaron abandonando de noche en medio del río Ebro.

Pablo Polo, terminando de achicar agua de una de las embarcaciones que hundieron los vándalos.
Pablo Polo, terminando de achicar agua de una de las embarcaciones que hundieron los vándalos.
Oliver Duch

La Policía Nacional trata de identificar y detener a los vándalos que desde el pasado fin de semana y hasta la madrugada de este martes han estado causando cuantiosos daños en las instalaciones del embarcadero de Vadorrey de Zaragoza. La primera incursión se produjo la noche del domingo al lunes, cuando llegaron a arrancar el motor de una barca para llevárselo en otra que finalmente abandonaron en el Ebro. Parece que varios ciudadanos la vieron flotando sin nadie en el cauce del Ebro y avisaron a los Bomberos, que tuvieron que remolcarla. No conforme con ello, los delincuentes han vuelto esta pasada madrugada al embarcadero para hundir una de las dos falúas de la asociación Iberflumen, muy conocidas por ser las que tradicionalmente se utilizan cada 12 de octubre para hacer la ofrenda fluvial a la Virgen del Pilar.

“Dejamos las embarcaciones encadenadas, como hacemos siempre. Pero el lunes nos las encontramos sueltas: una piragua para ocho remeros estaba agujereada y la otra, a la que llamamos El Cabezudo, a la deriva en el río”, explica Pablo Polo, quien ha denunciando en comisaría los actos vandálicos y el intento de robo en nombre de Iberflumen. Según este, por los daños causados y la fuerza empleada, han tenido que ser “no menos de cuatro” personas las que han asaltado el embarcadero. “Había tres cadenas rotas, con eslabones de hierro de seis milímetros. Y el motor que arrastraron para cargarlo en el Cabezudo pesa 95 kilos”, explica.

El portavoz de la asociación reconoce que estos hechos han supuesto para ellos “un duro mazazo, económico y anímico”. “Somos solo 17 socios y no tenemos ningún tipo de ayuda ni subvención. El motor, arreglar los desperfectos causados, comprar nuevos remos y sustituir todo el material dañado puede costarnos cerca de 5.000 euros. Y la gente está cansada de tanta desidia y abandono”, se lamenta Polo. Y lo hace porque llevan mucho tiempo reclamando más seguridad para las instalaciones sin obtener, dice, ninguna respuesta.

Los vándalos arrancaron este motor e intentaron llevárselo en esta barca que finalmente abandonaron en el río Ebro.
Los vándalos arrancaron este motor e intentaron llevárselo en esta barca que finalmente abandonaron en el río Ebro.
Pablo Polo

“Creemos que con la colocación de algún sencillo detector de movimiento que encendiera algún foco por la noche se evitarían bastantes incursiones vandálicas de las que sufrimos. Y si no, que vallen directamente el embarcadero para impedir el acceso por las noches”, dice el representante de Iberflumen. “Lo que está claro es que así no podemos seguir. Después de esto -apunta Polo- varios socios han hablado de suspender la ofrenda fluvial de este año, porque es difícil asumir tantos gastos. Pero a mí me dolería mucho tener que hacerlo”.

El colectivo se fundó hace más de 30 años y ha sido uno de los principales impulsores de la navegación recreativa y deportiva en el tramo urbano del Ebro. Cada domingo pasean en sus falúas y de forma gratuita a cuantos ciudadanos lo desean. Ahora, tratan de reponerse de un sabotaje al que no encuentran sentido.

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