El Grupo de Delincuencia Itinerante de Zaragoza: tras la pista de ladrones de ida y vuelta
Desde octubre, en la capital aragonesa opera una unidad pionera dentro de la Policía Nacional especializada en los delitos cometidos por bandas que se desplazan por todo el país.
Su base de operaciones se encontraba en Madrid, desde donde los miembros de la banda se desplazaban a puntos como Granada, Málaga y Zaragoza. Aunque también actuaban el resto del año, se especializaron en robar la recaudación de las cajas registradoras de jugueterías durante las campañas de Navidad. La Policía Nacional dio a conocer la semana pasada en la capital aragonesa una operación que, con seis detenciones, ha permitido la desarticulación de un grupo criminal al que le atribuye 14 robos entre 2020 y 2024. Para sus ‘golpes’ los ladrones emplearon un depurado método, se escondían dentro de la tienda y esperaban hasta la hora de cierre. También usaron medios tecnológicos sofisticados y se valieron de su movilidad, de su facilidad para poner rápidamente kilómetros de por medio con el lugar del delito.
En su día a día, la Policía Nacional ha constatado que la delincuencia itinerante está al alza en España y particularmente en Zaragoza, cuya condición de nudo de comunicaciones la convierte en un objetivo apetecible y accesible para los amantes de lo ajeno. “La capacidad de desplazarse de un lado a otro es una característica que se da ya en todos los tipos de delincuencia, desde los más básicos a los más sofisticados”, afirma el inspector Gonzalo de Miguel, jefe del Grupo de Delincuencia Itinerante de Zaragoza, la unidad que llevó el peso de la ‘Operación Lightyear’, el nombre dado a la investigación sobre los robos en jugueterías.
Especialmente destaca los delitos contra el patrimonio como los hurtos y los robos con fuerza. “La facilidad de acceso a medios de transporte como los automóviles hace que sea muy sencillo para cualquier delincuente actuar hoy en Zaragoza y mañana en Valencia”, comenta. “Se desplazan desde Madrid y Barcelona, lugares en los que les resulta sencillo esconderse y desde los que pueden viajar a muchos puntos de España en pocas horas”, continúa.
Inicialmente, el Grupo de Delincuencia Itinerante estaba ligado al de hurtos. Sin embargo, a la vista del aumento de casos y de la complejidad de las investigaciones, en la Jefatura Superior de Policía de Aragón y en la Brigada de Policía Judicial se optó por crear una unidad centrada exclusivamente en los delincuentes de ida y vuelta. “Somos pioneros, solo en la Comisaría General de Madrid hay un grupo análogo al nuestro”, comenta De Miguel. La unidad se puso en marcha en octubre y la conforman nueve agentes. “El volumen de operaciones que estamos manejando es muy alto”, resalta su responsable. “Nos encontramos bandas muy especializadas, con métodos muy depurados, y otras que se dedican, por ejemplo, a sustraer móviles de alta gama en centros comerciales y cuyos miembros consiguen vivir solo de eso porque lo realizan de forma masiva por toda España aunque pueda parecer un delito menor”, narra.
“Como hecho aislado, un hurto está penado como máximo con 18 meses de prisión, por eso inicialmente es complicado que los ladrones entren en la cárcel de manera preventiva. Sin embargo, la situación cambia cuando empiezan a acumular ilícitos”, destaca. Al respecto, en muchas de sus investigaciones buscan poder imputar a los sospechosos los delitos de grupo criminal y de blanqueo de capitales, lo que eleva el posible castigo que imponga el juez si los considera probados.
El Grupo de Delincuencia Itinerante está muy atento y mantiene nexos de unión permanentes con las grandes superficies comerciales y, entre otras, con las empresas de logística y transporte que sufren el asalto de sus camiones. “También estamos muy volcados con la gente mayor”, destaca Gonzalo de Miguel. No en vano, los ancianos son las víctimas de muchos de los delitos a los que se enfrentan y en los que juega un papel muy importante el engaño y las estafas. Recientemente el grupo ha detenido en Aranjuez (Madrid) a un hombre acusado de hurtar en Zaragoza a mujeres de avanzada edad. Haciéndose pasar por técnico de una empresa de electricidad habría conseguido 2.000 euros en efectivo y joyas valoradas en 22.000 euros.
