El juez no se fía de los cabecillas de la 'cacería' que acabó en una brutal paliza en Zaragoza

Acaba de negarles la libertad por los hechos ocurridos en febrero, cuando enviaron al hospital a dos jóvenes y un policía de paisano.

Triple paliza en pleno centro de Zaragoza
Triple paliza en pleno centro de Zaragoza
V. M.

El juez de Zaragoza que investiga la brutal paliza de la que fueron víctimas el pasado febrero dos jóvenes y el policía de paisano que intentó defenderlos acaba de negar la libertad a los dos cabecillas de aquel violento ataque, en el que según los informes de la Policía Nacional podrían haber participado hasta diez personas. Las víctimas y varios testigos explicaron que la mayoría de lo agresores eran chavales que no habían cumplido la mayoría de edad. Y lo cierto es que un juzgado de Menores instruye una causa paralela en la que hay otros tres investigados.

Los hechos se produjeron en torno a las 6.40 del 11 de febrero en la confluencia del Camino de las Torres con la calle de Lacarra de Miguel, en pleno centro de la capital aragonesa. Cuatro amigos acababan de salir de una conocida discoteca de la zona cuando escucharon a un grupo de jóvenes coreando una especie de ‘himno o cántico’. Los primeros se asustaron y aceleraron el paso con intención de coger un taxi, pero no les sirvió de nada. Porque al llegar a la altura del número 145 del Camino de las Torres les dieron alcance y empezaron a agredirles. Y no solo soltando puñetazos y patadas, sino también lanzándoles botellas de cristal e incluso piezas de una vajilla que cogieron de un contenedor.

Un agente de la Jefatura Superior de Policía de Aragón fue testigo de la agresión y trató de ponerle fin. El funcionario estaba libre de servicio, pero al ver sangrando a dos de los jóvenes se identificó como agente de la autoridad con su placa. Lejos de deponer su actitud, los agresores la emprendieron también contra él propinándole “una brutal patada en la cabeza” que lo hizo caer al suelo “completamente noqueado”. Finalmente, tanto el policía como los otros dos chicos, de 21 y 23 años, acabaron en el hospital. De hecho, los dos últimos tuvieron que pasar por el quirófano.

Al ver llegar a las primeras patrullas, los atacantes se dieron a la fuga. Sin embargo, la Policía Nacional logró detener poco después a cinco: dos adultos, hombre y mujer, y tres menores de 16 y 17 años. Entre los arrestados se encontraba el presunto líder del grupo, Osmy Eliu O. A., de 19 años y nacionalidad nicaragüense. Según los testigos, él era quien entonaba los cánticos que después repetía el resto de la banda y también fue él quien se empleó con más violencia. A la postre, fue el único que ingresó en un primer momento en prisión.

No había trascendido hasta ahora, pero por la triple paliza se produjo días después una nueva detención, la de José Carlos E. O., también de Nicaragua, quien justo aquella madrugada celebraba su 30 cumpleaños. La titular del Juzgado de Instrucción número 10 de Zaragoza, en funciones de guardia, decretó el 21 de febrero su ingreso en prisión provisional.

"Violencia gratuita, injustificada y alevosa"

Al cumplirse casi dos meses de su envío al centro penitenciario de Zuera, las defensas de los dos encarcelados solicitaron su puesta en libertad, a la que se opusieron tanto la Fiscalía como los abogados de las víctimas. También lo ha hecho el titular del Juzgado de Instrucción número 1, que dirige la causa, quien atendiendo a la gravedad de la agresión y el riesgo de fuga ha optado por mantenerlos presos. 

El magistrado recuerda que se trata de hechos de “violencia gratuita, injustificada y alevosa” que, sin perjuicio de la calificación definitiva, podrían llevar a los encausados al banquillo por delitos de lesiones y atentado. Se trata de ilícitos castigados con penas de más de dos años de prisión y, dado que los investigados no se han mostrado en ningún momento colaboradores con la Justicia, el instructor teme que puedan aprovechar su salida de prisión para huir.

Por la gran cantidad de personas involucradas en el ataque y los cánticos que entonaban los agresores, la Policía Nacional no puede descartar que lo ocurrido fuera una especie de cacería de alguna de las bandas latinas que operan en Zaragoza: Dominican Don’t Play (DDP), Black Panther (BP) o Trinitarios. Pero tal extremo todavía no se ha podido confirmar. En cualquier caso, el instructor de la causa también habla de la comisión de un posible delito de pertenencia a grupo criminal por parte de estos dos encausados.

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