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Las últimas marcas aragonesas en el paseo de la Independencia de Zaragoza: "Somos como una aldea gala"

Las tiendas de enseñas locales se pueden contar con los dedos de la mano en una de las principales calles comerciales de la capital aragonesa, donde van ganando terreno las multinacionales.

Jerónimo Ors, farmacéutico y director de la marca de cosméticos Paquita Ors.
Jerónimo Ors, farmacéutico y director de la marca de cosméticos Paquita Ors.
Oliver Duch

"Somos como una aldea gala", resume de forma muy gráfica Jerónimo Ors, sobre las marcas aragonesas que se mantienen en el paseo de la Independencia de Zaragoza, al igual que el pequeño pueblo que resistía la invasión romana en los comics de 'Astérix'. Ors se encuentra al frente del negocio de cosmética que fundó con su madre hace cuarenta años. El emblemático establecimiento de Paquita Ors es todo un referente en la vía 'prime' de la capital aragonesa. "No solo resistimos, sino que nos va bien", asegura el farmacéutico y director de la marca aragonesa, defensor de la presencia del comercio en el centro de las ciudades. La sustitución de negocios tradicionales por franquicias resulta similar al vivido en otras calles como la de Alfonso I.

Una firma de moda (Reija, fundada en 1963), una de complementos (Sanci, 1943), ambas pertenecientes al sector 'luxury', y una cadena de frutos secos (El Rincón) encabezan el reducido grupo de comercios con firma local. El desembarco de las grandes multinacionales toma protagonismo este año con la macrotienda que prepara Inditex en la antigua sede de CAI. Un estudio de la consultora inmobiliaria CBRE apunta que el 80% de los locales se encuentran ocupados ya por cadenas nacionales e  internacionales. El total se eleva a una decena de firmas locales frente a 53 nacionales o internacionales. En el cómputo se incluyen dos farmacias, una administración de lotería, un estanco y una cafetería, entre otras del sector servicios.

Vuelta al centro de la ciudad

Tienda de Paquita Ors en el paseo de la Independencia de Zaragoza.
Tienda de Paquita Ors en el paseo de la Independencia de Zaragoza.
Guillermo Mestre

"Hasta finales de los 80 Independencia comercialmente estaba muerta", asegura Ors, que ha vivido la evolución de la que hoy es considerada por las inmobiliarias una 'high street' o calle principal para el comercio, con unos precios de los alquileres de los locales por encima del resto y al alcance de muy pocos. Su establecimiento se ubica en la entrada del pasaje Argensola, en el que "desde el principio teníamos claro que queríamos que fuera con salida a Independencia", su entrada principal.

La llegada de grandes cadenas de distribución considera que aportan movimiento a todo el sector aunque dejen menos hueco para negocios locales. "El comercio atrae al comercio, el grande atrae al pequeño y el pequeño también al grande. El comercio es vida, las grandes civilizaciones se han hecho a base de comercio", afirma. 

Ante los elevados precios de los locales entiende que siempre quedan las bocacalles del paseo. "Las grandes cadenas buscan locales gigantescos. En segunda fila como en la calle Zurita o Sanclemente se pueden encontrar más pequeños y la gente que acude a comprar también se da un paseo alrededor", apunta.

Para Ors se está asistiendo a "la vuelta al centro y a la ciudad" de las grandes cadenas, tras la fiebre de las aperturas en los centros comerciales. De hecho, Zara ha anunciado el cierre de su tienda en Grancasa a la par que la ampliación de su presencia a pie de calle. "Va a haber una vuelta a la cercanía", reitera.

Falta de relevo generacional y operaciones inmobiliarias

Reija, una de las marcas aragonesas en el Paseo de la Independencia de Zaragoza.
Reija, una de las marcas aragonesas en el Paseo de la Independencia de Zaragoza.
Guillermo Mestre

El farmacéutico lamenta los negocios tradicionales que han ido desapareciendo de la zona. "Hay un cierto declive, a partir de la pandemia han cerrado muchas tiendas. Me da pena cuando cierra una tienda porque veo una historia familiar detrás, el dolor y la perplejidad de pensar 'ahora qué hago'". En estos años, los cierres han venido causados también por jubilaciones y operaciones inmobiliarias como la compra del establecimiento de la cadena aragonesa Helados Italianos, ahora en alquiler.

Entre las causas se puede encontrar la falta de relevo generacional. "Las segundas y terceras generaciones son complicadas. Uno monta un negocio con entusiasmo, la segunda generación no lo ve tan claro y la tercera no tiene nada que ver", pone como ejemplos. "Los negocios son muy esclavos, es un concepto muy vocacional", añade. 

En su caso, la vocación la tuvo clara desde siempre. Sus padres eran farmacéuticos. "Cuando salía del colegio iba a la farmacia y hacía castillos con las cajas de medicamentos", recuerda. "Me he criado en una farmacia, en el trato con la gente, en ayudar, que te cuenten sus historias", repasa. Estos aspectos cree que pueden ayudar a los comercios más pequeños a sobrevivir. En su caso, tiene asegurado el relevo con sus hijos.

Además de la calidad, defiende ese trato con la gente que solo pueden dar los negocios de proximidad. "Hoy en día que el 30% de la gente vive sola quiere cariño y atención. Eso lo van a encontrar en el comercio de cercanía", concluye.

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