¿Cuál es la única imagen de la Semana Santa rescatada durante los Sitios de Zaragoza?

En la procesión del Santo Entierro de la capital aragonesa podemos ver un paso de la Semana Santa que fue rescatado gracias a al heroico acto de una mujer durante la Guerra de la Independencia.

El Cristo de la Cama, fotografiado ayer en la capilla de Santiago de la basílica del Pilar.
El Cristo de la Cama, fotografiado ayer en la capilla de Santiago de la basílica del Pilar.
pedro etura

Los Sitios de Zaragoza supusieron un duro golpe, no solo en la vida de la ciudad y de sus habitantes -hubo miles de muertos- también en la de sus edificios, monumentos históricos y obras artísticas. Muchas de ellas fueron destruidas debido a los ataques franceses y a los incendios creados por los cañones y las minas explosivas que se sucedieron. Y esto es lo que estuvo a punto de pasarle a una figura clave para la Semana Santa zaragozana, que tiene un papel fundamental en la procesión del Santo Entierro del Viernes Santo.

Durante el segundo Sitio, unos días antes de la capitulación de la ciudad, Zaragoza vive una situación desesperada con el ejército francés entrando por diversos flancos y enfrentándose a los zaragozanos que defendían cada calle y cada casa. En ese contexto bélico, los franceses deciden poner minas en el convento de San Francisco, situado en la actual plaza de España, en el lugar que hoy se sitúa la Diputación Provincial y lo vuelan por los aires. 

El edificio, que albergaba los pasos de las procesiones de la Semana Santa zaragozana de aquel entonces, queda parcialmente derruido y una mujer, María Blázquez, en medio del fulgor de la batalla, se acuerda de las tallas y pasos de la Semana Santa y pide ayuda a algunos hombres para entrar a rescatar lo que todavía no hubiese sido destruido. La única figura que encuentran es la del Cristo de la Cama, de la Hermandad de la Sangre de Cristo, y entre todos la sacan de entre las ruinas. 

Se trata de una talla de tamaño natural de Cristo muerto realizada a finales del siglo XV. No pudieron, sin embargo, rescatar la cama de plata en la que el Cristo estaba tendido y que se perdió en la batalla. En medio de la ofensiva francesa y de los disparos enemigos, los defensores consiguen llevar la talla hasta el Palacio Arzobispal, en la plaza de la Seo, no sin sufrir algunos daños, puesto que la imagen recibió impactos de bala y huellas de bayoneta.

En su huida, la imagen del Cristo recibió impactos de bala y huellas de bayoneta

En el Palacio Arzobispal, entonces Cuartel General de Palafox, fue recibida y reverenciada por el mismo General, para posteriormente, trasladarla al Pilar. Una de las crónicas que se conservan este momento histórico es el ‘Diario de Los Sitios de Zaragoza’, de Faustino Casamayor’. En él, este ilustre zaragozano relató el episodio que nos ocupa: “Y hubo muchas voladuras de casas en el Coso, y mucha parte del convento de San Francisco; atreviéndose no obstante una mujer a entrar hasta la capilla de la Sangre de Cristo y, tomando una bandera de las cuatro que figuraban las partes del Mundo, avisó a unos hombres y pudieron sacar la efigie de Nuestro Señor en la Cama que servía para las funciones de Semana Santa, y con ella y con dos hachas marcharon a palacio, la que reverenció y adoró [Palafox]”.

En 1810, tras la guerra y durante la ocupación francesa de la ciudad, la imagen del Cristo de la Cama, fue trasladada a la iglesia de la Santa Cruz y en 1913 a la Iglesia de Santa Isabel de Portugal (San Cayetano), donde permanece en la actualidad. Cada Viernes Santo, la Hermandad de la Sangre de Cristo la saca solemnemente en la procesión del Santo Entierro, en la que participan todas las cofradías zaragozanas y de la que supone el broche de oro.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión