Los alcaldes de la ribera urgen reparar más de una decena de motas dañadas en la última crecida del Ebro

La CHE garantiza actuaciones “inminentes” en aquellas que lo necesiten, pero los arreglos definitivos no se podrán hacer hasta el verano.

El alcalde de El Burgo de Ebro, Vicente Royo, y Alejandro Vela, uno de los concejales de la localidad, ayer, en una de las motas dañadas
El alcalde de El Burgo de Ebro, Vicente Royo, y Alejandro Vela, uno de los concejales de la localidad, ayer, en una de las motas dañadas
Ayto. El Burgo de Ebro

Los alcaldes de la ribera urgen a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) a arreglar las motas dañadas durante la última crecida, que alcanzó los 1.633 metros cúbicos por segundo en Zaragoza capital. El Ayuntamiento de El Burgo de Ebro ha sido el primero en dirigirse por escrito a la CHE y al Instituto Aragonés del Agua para reclamar un refuerzo de las defensas ante las posibles riadas que pudieran producirse en primavera por las lluvias y el deshielo. “El río se ha comido más de la mitad de la mota. Tenemos que, ante una avenida extraordinaria, no aguante”, avisa su alcalde, Vicente Royo.

El regidor recuerda que esta demanda viene ya “desde hace tiempo”. En 2021 se hizo un refuerzo extraordinario para proteger las viviendas del municipio, pero los trabajos, insisten desde el Ayuntamiento, han demostrado no ser suficientes “y, por si fuera poco, otras motas que protegen campos al este del núcleo urbano se encuentran actualmente en un estado muy precario”. Tanto es así que un tramo del camino que bordea el río ha tenido que ser cerrado “por el riesgo de colapso”.

“No queremos pecar de alarmistas, pero lo hemos venido repitiendo y, pese a ello, poco se ha hecho. La riada que acabamos de vivir ha sido de poca intensidad, pero como en primavera llegue una extraordinaria podemos tener verdaderos problemas”, afirma.

Solo en Pina habría que reparar hasta tres motas, según su regidor, Pablo Blanquet. Una de ellas -la de la zona de Talavera- está totalmente rota, mientras que la que protege el pueblo “tendría que ser reforzada” tras haber quedado “debilitada”. También habría que reparar y sanear una tercera que ha hecho que en este episodio se hayan inundado “más de 300 hectáreas”. “Actuar es importante, pero lo que creemos prioritario es la limpieza del río; sacar gravas para dar una mayor amplitud al cauce. Cada vez, con menos volumen, los destrozos son mayores”, expone.

El municipio no esperaba que con una crecida de 1.600 metros cúbicos por segundo se produjeran semejantes daños. “Hemos pasado a la CHE un informe con el estado de cada una de las motas y me consta que ellos mismos han estado haciendo inspecciones sobre el terreno. Les pedimos que no echen balones fuera; que no intenten dividir y enfrentar a los pueblos. Esto es responsabilidad de la Confederación, el Gobierno de España debe tomar medidas y limpiar el río. Si fuera por nosotros ya lo hubiésemos hecho”, dice el también portavoz del PP en la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ).

Blanquet teme que las defensas “vayan a quedarse un tiempo así”, una preocupación que abordarán este viernes en el marco de la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias (Famcp). En Novillas, donde el río entró con cerca de 2.000 metros cúbicos por segundo, hay una mota “completamente rota” en la margen izquierda, en la que también tienen zonas de riego por limpiar y caminos agujereados por la fuerza del agua. “En la derecha hay otro par de tramos mordidos. No está rota al 100%, pero habrá que retocarla un poco”, apunta su alcalde, Abel Vera.

El descenso del caudal ha permitido confirmar daños “en mayor o menor medida” en cerca de 300 hectáreas de la margen izquierda y 100 de la derecha. “Vamos a solicitar que reparen las motas lo antes posible por lo que pueda venir. Esta vez no fueron los 3.000 metros cúbicos por segundo de 2021, pero al final, aquí se registraron unos 2.000, por lo que sí ha sido una avenida importante. Aún así, esperábamos que las defensas hubieran aguantado algo más. En el lado derecho no debería de haber habido problemas”, admite.

"Se trabaja antes, durante y después"

Desde la CHE recalcan que los técnicos de la Confederación trabajan “antes, durante y después” de cada avenida. Ya en los días previos, los agentes ambientales analizaron motas y cordones para comprobar si estaban en condiciones de afrontar el episodio. Una vez superado “se va a seguir actuando”. 

Por el momento toca evaluar en qué estado han quedado y hacer arreglos provisionales en aquellas que lo necesiten. No obstante, para las consolidaciones definitivas habrá que esperar hasta el verano con el fin de garantizar que no haya peligro, ya que, en estos momentos, el nivel del río hace imposible que los operarios puedan trabajar con unas mínimas condiciones de seguridad. En estos casos no solo se procederá al arreglo, sino que se estudiará cada defensa para ver si se replica su estado anterior o se apuesta por soluciones diferentes.

Fuentes de la Confederación destacan, asimismo, las labores preventivas que se han hecho a lo largo del río durante los últimos años para lograr una disminución del riesgo de inundación, con cauces de alivio, áreas de inundación controlada, perímetros de protección en núcleos urbanos y retranqueos y refuerzos de motas, entre otras actuaciones.

Todo esto, destacan, ha conseguido que en esta crecida no se hayan ocasionado prácticamente daños en los núcleos urbanos, que es el objetivo principal, y que se hayan minorado las afecciones en bienes, campos y explotaciones ganaderas. "El balance de esta avenida en esos aspectos ha sido mejor que en anteriores ocasiones, ayudado también por unos menores caudales", agregan.

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