La riada está ya "en claro descenso" desde Zaragoza hasta Gelsa y la UME se retira
La punta de la riada ha llegado a primera hora de este sábado a la comarca de la Ribera Baja.
La riada está ya "en claro descenso" desde Zaragoza hasta Gelsa, pero todavía quedan varios municipios por los que tiene pasar la punta hasta su llegada al embalse de Mequinenza, como Escatrón o Sástago. No obstante, por la ubicación del río en esta zona no se prevén grandes problemas.
Ante la favorable evolución de la situación ha llevado al Gobierno de Aragón a descender al nivel 1 del Plan de Emergencias por Inundaciones, por lo que la Unidad Militar de Emergencias (UME) se va a retirar y se va a proceder a desmontar el puesto de mando.
Seguirán trabajando en el operativo alrededor de medio centenar de efectivos de la DGA, así como del Centro de1 Coordinación de Emergencias. "La avenida ya está llegando al embalse de Mequinenza y está en descenso en todos los aforos de la Comunidad, aunque va a ser lento, ya que se trata de una meseta larga de entre seis y doce horas", ha explicado en Pina, tras la reunión del Cecopi, el director general de Interior y Emergencias, Miguel Ángel Clavero.
La punta de la riada ha llegado a primera hora de este sábado a la comarca de la Ribera Baja. En Villafranca de Ebro, de momento, la situación está tranquila, según cuenta su alcaldesa, Volga Ramírez. El agua no está bajando con tanta fuerza como en episodios de años anteriores. No obstante, sí que ha llegado a entrar en parte de las parcelas agrícolas. Aún así, los vecinos de esta localidad todavía miran con preocupación al río. "No es lo que ha venido, es lo que vendrá, todavía pasaremos días con mucha agua", explica. La mirada la tienen puesta sobre todo en las motas que han construido alrededor de los campos, que "están muy blandas", aunque de momento no han roto, a excepción de una de ellas por donde sí se ha empezado a colar el agua.
Precisamente en Pina de Ebro la crecida ha obligado a cortar la carretera A-1107. Allí también el agua ha anegado actualmente unas 300 hectáreas de chivo y ha obligado a desalojar una explotación ganadera con 400 cabezas de ovino. La punta está empezando a bajar la localidad y el nivel del río comienza a bajar unos centímetros, por lo que el casco urbano del municipio ya parece que ha quedado fuera de peligro. Sin embargo, el alcalde, Pablo Blanquet, lamenta que pese a que las crecidas son de menor tamaño los problemas con cada una están siendo "mayores". "Los daños están siendo muy grandes, sobre todo porque afectan a las principales fuentes de empleo en el municipio", recalca. El caudal ha alcanzado los 1.600 metros cúbicos por segundo, según las mediciones del SAIH. Por eso dice Blanquet que la limpieza del Ebro es "innegociable".
Ayer, los alcaldes de la la zona seguían con una “preocupación sobrellevada” la evolución de la crecida del Ebro.
A diferencia de otros episodios, esta vez no ha sido necesario hasta el momento reforzar las motas. En localidades como Pina se han revisado por precaución y en Villafranca, el río ha roto una. “El agua está entrando y ahora ya no pueden acceder las máquinas. Regará zonas de cultivo, aunque estamos más tranquilos que otras veces. Han venido responsables de la CHE y de la UME, estamos bien atendidos”, confirmaba su regidora, Volga Ramírez. Ella misma avisó a todos los ganaderos el martes, antes incluso de los primeros avisos. “Pero hasta donde yo sé no han sacado ningún tocino”, decía.
Desde la Confederación avisan de que las precipitaciones previstas para los próximos días podrán dar lugar a nuevos repuntes de caudal en los afluentes de la margen izquierda del Ebro entre su cabecera y el Gállego. “No obstante, todos ellos serán bastante menores que los de este último episodio. La cota de nieve, que se mantiene baja, hará que aumenten significativamente las reservar nivales en las cotas altas del Pirineo y que, por otro lado, las escorrentías no sean demasiado importantes en los afluentes pirenaicos”, señalan.
